Dos cient¨ªficos nazis pierden sus cr¨¢teres en la cara oculta de la Luna
La Uni¨®n Astron¨®mica Internacional considera "inapropiado" mantener el homenaje a dos f¨ªsicos que se distinguieron por apoyar a Hitler e impulsar el antisemitismo en la ciencia
¡°Voy a cortarle la garganta a ese sucio jud¨ªo¡±. Esta fue una de las amenazas que tuvo que escuchar Albert Einstein por parte de un joven antisemita antes de suspender una conferencia en Berl¨ªn en la d¨¦cada de 1920, mientras f¨ªsicos compatriotas como Philipp Lenard y Johannes Stark despreciaban su trabajo por no ajustarse a la ¡°pureza germana¡± y considerarlo ¡°f¨ªsica jud¨ªa¡±. Con la llegada de Adolf Hitler al poder, Lenard y Stark impulsaron un proyecto para sustituir a los profesores universitarios con ¡°f¨ªsicos arios¡±. En aquellos d¨ªas, Lenard, Stark y Einstein ya hab¨ªan recibido el Nobel de F¨ªsica y d¨¦cadas despu¨¦s los tres obtuvieron un homenaje astron¨®mico por sus m¨¦ritos cient¨ªficos: un cr¨¢ter de la Luna con su nombre. Hasta ahora. El sat¨¦lite de la Tierra no cargar¨¢ con el homenaje a estos dos cient¨ªficos profundamente antisemitas. La ciencia, como ha hecho el movimiento Black Lives Matter en todo el mundo, tambi¨¦n reflexiona sobre la historia de sus monumentos.
La Uni¨®n Astron¨®mica Internacional (IAU, por sus siglas en ingl¨¦s) anuncia a EL PA?S que va a reemplazar en 10 d¨ªas a los cient¨ªficos nazis que dan nombre a los cr¨¢teres Lenard y Stark en la cara oculta de la Luna. ¡°Tan pronto como nos enteramos del problema, el presidente del Grupo de Trabajo para la Nomenclatura Lunar inici¨® el proceso de eliminaci¨®n de estos nombres y prepar¨® una propuesta para renombrar estos dos cr¨¢teres¡±, asegura la astr¨®noma alemana Rita Schulz, presidenta del grupo encargado de dar nombre a los objetos planetarios. Para Schulz, experta en cometas, Lenard y Stark son ¡°dos nombres inapropiados¡±.
¡°Tan pronto como nos enteramos del problema, se inici¨® el proceso de eliminaci¨®n de estos nombres y se prepar¨® una propuesta para renombrar estos dos cr¨¢teres¡±Rita Schulz, presidenta del Grupo de Trabajo para la Nomenclatura Planetaria
No se trata de dos cient¨ªficos que tuvieron que someterse al r¨¦gimen en el que viv¨ªan, como hicieron otros, sino que abrazaron desde muy temprano las ideas nazis y fueron decisivos en la difusi¨®n del antisemitismo en la ciencia. Ya en agosto de 1930, cuando el Partido Nazi estaba punto de convertirse en la segunda fuerza electoral del pa¨ªs, Lenard organiz¨® junto a su colega Stark la primera reuni¨®n del grupo de Cient¨ªficos Alemanes por la Preservaci¨®n de la Pureza de la Ciencia. All¨ª se despreci¨® la relatividad como ¡°f¨ªsica jud¨ªa¡± y se acus¨® a Einstein de plagiario y charlat¨¢n, seg¨²n se narra en La era de la radiaci¨®n (The Age of Radiance, de Craig Nelson). En su feroz antisemitismo, Lenard y Stark continuaron acosando a sus colegas durante el r¨¦gimen nazi. Por ejemplo, despreciaban la f¨ªsica cu¨¢ntica de Werner Heisenberg, al que acusaron de ¡°jud¨ªo blanco¡± y ¡°pe¨®n jud¨ªo¡±. Heisenberg no era jud¨ªo, pero se serv¨ªa de la mejor ciencia disponible, no solo de la aria.
En 1937, Stark escribi¨® en la revista de las SS que no bastaba con imponer la raza aria y excluir a los jud¨ªos, sino que hab¨ªa que ¡°erradicar el esp¨ªritu jud¨ªo¡± y sus ideas. En 1947, fue juzgado y condenado a cuatro a?os de c¨¢rcel (que no tuvo que cumplir) como ¡°criminal de primer orden¡±. Hab¨ªa ganado el Nobel en 1919 por descubrir c¨®mo los campos el¨¦ctricos afectan la luz emitida por los ¨¢tomos, el llamado efecto Stark. En 1905 le concedieron el Nobel a Lenard por su trabajo con los rayos cat¨®dicos. H¨²ngaro de nacimiento, Lenard fue asesor de Hitler y el Partido Nazi le recompens¨® nombr¨¢ndolo Jefe de la F¨ªsica Aria. Cuando los aliados llegaron a Alemania en 1945, Lenard fue expulsado como profesor em¨¦rito de la Universidad de Heidelberg y se retir¨® su nombre a las instituciones acad¨¦micas que llevaban su nombre porque no se pod¨ªa seguir celebrando a un nazi.
La propuesta para renombrar los dos cr¨¢teres est¨¢ lista y ahora el grupo de Schulz lo revisar¨¢ (incluyendo informaci¨®n en profundidad sobre estas personas) y si todo est¨¢ en orden, se aprobar¨¢ por votaci¨®n en los pr¨®ximos d¨ªas. ¡°Los dos cr¨¢teres no pueden permanecer sin nombre, porque deben ser claramente identificables para estudios y publicaciones cient¨ªficas¡±, aclara Schulz. No es la primera vez que se quita un cr¨¢ter a un cient¨ªfico nazi: en 2002 se retir¨® el homenaje al doctor Hans Eppinger, que tortur¨® en sus experimentos a los gitanos de Dachau al darles para beber ¨²nicamente agua salada. En los ¨²ltimos meses, la IAU, que engloba a astr¨®nomos, ha revisado su pol¨ªtica contra el acoso y ha manifestado su compromiso con la inclusi¨®n y contra el racismo y la discriminaci¨®n.
La actual retirada de los nombres se debe al f¨ªsico cu¨¢ntico Mario Krenn, de la Universidad de Toronto, tras leer sobre Stark y Lenard en el libro Al servicio del Reich. La f¨ªsica en tiempos de Hitler, del cient¨ªfico y divulgador Philip Ball. Como cuenta Ball en un art¨ªculo, Krenn le contact¨® para advertirle sobre ese homenaje a los f¨ªsicos antisemitas y este le puso en contacto con la IAU. El responsable de la Luna en esta organizaci¨®n de astr¨®nomos, Charles Wood, le explic¨® que los nombres se pusieron porque en la documentaci¨®n de apoyo a sus candidaturas, planteadas en la d¨¦cada de 1970, no se inclu¨ªan referencias a su ferviente nazismo. ¡°No se menciona el pasado nazi de Stark en su biograf¨ªa de la Fundaci¨®n Premio Nobel¡±, afirma Wood. En la de Lenard s¨ª se cita ese v¨ªnculo nazi, pero la referencia que se us¨® fue un diccionario biogr¨¢fico de 1968 que obvi¨® ese importante aspecto del personaje.
¡°Rita Schultz y yo creemos que estos nombres, Philipp Lenard y Johannes Stark, deber¨ªan reemplazarse r¨¢pidamente¡±, respondi¨® Wood a Krenn, que celebra la decisi¨®n de la IAU por ¡°r¨¢pida, decisiva y ejemplar¡±. En su art¨ªculo, Ball asegura que el episodio de los cr¨¢teres nazis refuerza su idea de que los monumentos no son una protecci¨®n frente a la amnesia hist¨®rica, sino que en realidad son consecuencia de esa amnesia. Y se pregunta: ¡°?Y si estuvi¨¦ramos discutiendo estatuas de nazis? ?Realmente queremos verlos conmemorados en nuestros espacios p¨²blicos en aras de ¡®preservar la historia¡¯?¡±.
Stark tiene en realidad cuatro cr¨¢teres a su nombre: uno de 47,7 kil¨®metros de di¨¢metro y otros tres m¨¢s peque?os justo en su contorno, denominados Stark Y, R y V. El de Lenard tiene 47,6 kil¨®metros y su nombre fue revisado en 2005 para a?adirle otro peque?o cr¨¢ter, seg¨²n explica Schultz. En ese momento, tampoco nadie se acord¨® de que Lenard escribi¨® junto a Stark estas palabras sobre Hitler y los nazis: ¡°Nos aparecen como regalos de Dios de tiempos antiguos, cuando las razas eran m¨¢s puras, las personas eran m¨¢s grandes y las mentes estaban menos enga?adas... ?l est¨¢ aqu¨ª. Se ha revelado como el F¨¹hrer de lo sincero. Le seguiremos¡±. Lo escribieron en 1924 y la amnesia ha durado hasta hoy.
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