Crust¨¢ceos capaces de fragmentar micropl¨¢sticos en trozos m¨¢s peque?os que unas c¨¦lulas
Varios estudios demuestran que unas especies producen nanopl¨¢sticos durante su proceso de digesti¨®n. Estas part¨ªculas pueden dispersarse por todos los ¨®rganos del animal
Cada a?o entran en el mar entre 5 y 13 millones de toneladas de pl¨¢stico y se suman a los cinco billones que ya est¨¢n flotando. Miles y miles de especies marinas tragan fibras de este material contaminante de no m¨¢s de cinco mil¨ªmetros mientras nadan o se alimentan. Fue para a?adir una pieza m¨¢s a este panorama que Alicia Mateos C¨¢rdenas, investigadora postdoctoral en la Universidad College Cork (Irlanda), analiz¨® un invertebrado de r¨ªo, que se parece a una gamba diminuta de unos dos cent¨ªmetros, llamado Gammarus duebeni. Quer¨ªa confirmar que tambi¨¦n ten¨ªa micropl¨¢sticos en su organismo, algo que se hab¨ªa demostrado en otros anf¨ªpodos de aguas marinas de entre 7.000 y 10.890 metros de profundidad. ¡°Se encuentran en todas las especies marinas que se investigan. Est¨¢n en todas partes¡±, comenta. Aun as¨ª, al diseccionarlo, tuvo una sorpresa: el animal hab¨ªa fragmentado el pl¨¢stico en trozo min¨²sculos m¨¢s peque?os que una c¨¦lula, los nanopl¨¢sticos.
Los resultados publicados este jueves en Scientific Reports concluyen que esta especie, cuyo g¨¦nero est¨¢ distribuido por todas partes del mundo, es capaz de triturar hasta el 66% del pl¨¢stico ingerido en tan solo cuatro d¨ªas. Al hacerlos a¨²n m¨¢s peque?os, el invertebrado multiplica las capacidades de expansi¨®n por su organismo y adem¨¢s, al ser el alimento de peces y aves, la transmisi¨®n es inevitable. En general, m¨¢s alto se encuentra el animal en la cadena alimenticia, m¨¢s cantidad de pl¨¢stico se halla en su cuerpo. Los gr¨¢nulos fecales de estos anf¨ªpodos tambi¨¦n pueden desplazar estos fragmentos de pl¨¢stico flotante al fondo marino donde, de nuevo, pueden ser tragados por accidente.
¡°Que los crust¨¢ceos sean capaces de triturar pl¨¢stico no es algo positivo ni se tiene que ver como una soluci¨®n¡±, advierte Mateos, la autora del nuevo estudio. Su equipo vio que el animal era capaz de fragmentar un mayor n¨²mero de trozos en respuesta a tiempos de exposici¨®n m¨¢s largos y a mayores concentraciones de micropl¨¢sticos. Adem¨¢s, seg¨²n cuenta el estudio, la proporci¨®n de piezas m¨¢s peque?as fue m¨¢s alta cuando hab¨ªa comida durante el proceso digestivo. Estos matices destacan el papel crucial, todav¨ªa poco estudiado, que la biota puede jugar en el destino de los micropl¨¢sticos en los ecosistemas acu¨¢ticos.
?Y ahora qu¨¦? ¡°No sabemos realmente el impacto que tiene, pero una de las posibilidades que se barajan es que, al ser tan peque?os, se puedan acumular en las c¨¦lulas y meterse en el tejido de los animales¡±, explica Mateos. Un estudio de hace casi dos a?os monitore¨® nanopl¨¢sticos en el molusco Pecten maximus. Las part¨ªculas se dispersaron en tan solo seis horas por todos los ¨®rganos del animal e incluso atravesaron las membranas epiteliales. Richard C. Thompson, uno de los autores y director del Instituto Marino de la Universidad de Plymouth (Reino Unido) admite que detectar estos elementos es uno de los mayores desaf¨ªos y que no encontraron si causaba da?os en el organismo, pero lo que estaba claro era ¡°la extrema rapidez del proceso¡±.
En el organismo de una especie llamada Orchestia gammarellus y de los krills de la Ant¨¢rtida (Euphausia superba), tambi¨¦n se observ¨® un mecanismo parecido de deterioro del pl¨¢stico. El O. gammarellus podr¨ªa, seg¨²n sugiere el estudio, triturarlo en 1.75 millones de piezas microsc¨®picas distintas. Pero lo que todav¨ªa no se sabe es lo que est¨¢ ocurriendo realmente dentro del crust¨¢ceo. ?Qu¨¦ es lo que le ayuda a hacer esto? ?Qu¨¦ hace el pH? ?Y los microbios de su sistema digestivo? Daniella J. Hodgson, autor de uno de los estudios e investigadora en el Royal Hollway y en el Museo de Historia Natural de Londres, asevera que tambi¨¦n es necesario descubrir si estos fragmentos producen estr¨¦s oxidativo, inflamaciones y problemas reproductivos en estos animales. ¡°Tenemos que ver si afectar¨¢ a largo plazo su poblaci¨®n¡±, a?ade.
Algunos crust¨¢ceos m¨¢s grandes llevan a cabo un proceso muy curioso. Alexandra McGoran, autora de un estudio reciente sobre cangrejos de mar publicado en Environmental Pollution e investigadora a su vez en las mismas instituciones que Hodgson, explica que su mecanismo de alimentaci¨®n y su anatom¨ªa digestiva parecen tener un efecto opuesto. Los cangrejos utilizan las estructuras que tienen en el est¨®mago que se parecen a dientes para enredar las fibras en bolsas que pueden llegar a tener unas 100 piezas distintas y fibras muy largas. ¡°Sin embargo, la fragmentaci¨®n de los pl¨¢sticos por estos crust¨¢ceos m¨¢s peque?os, especialmente a nanoescala, podr¨ªa cambiar la forma en que los pl¨¢sticos interact¨²an con el medio ambiente¡±, opina.
Lo que ha llamado la atenci¨®n de Cristina Romera, experta en las consecuencias de la degradaci¨®n del pl¨¢stico en el ICM-CSIC, es otra cosa: la poca cantidad de micropl¨¢sticos que ingieren estos anf¨ªpodos, es decir, menos del 0.001% de las concentraciones que le pusieron en el vaso. La hip¨®tesis de la experta es que si el pl¨¢stico hubiera estado colonizado, la ingesta habr¨ªa sido m¨¢s alta, como se ha observado con otro anf¨ªpodo, el Orchestia gammarellus. ¡°Cuando el pl¨¢stico llega al medio acu¨¢tico es colonizado por microorganismos como bacterias, algas y hongos, en cuesti¨®n de pocos d¨ªas, formando biofilm. Se ha observado que varios organismos tienen preferencia por el pl¨¢stico cuando est¨¢ cubierto de este biofilm, posiblemente porque emite compuestos vol¨¢tiles que los atraen¡±, detalla. Para la experta es importante saber que estos animales pueden fragmentar el pl¨¢stico y ser una fuente de trozos que excretan al medio marino.
M¨¢s residuo que beneficio
¡°El pl¨¢stico es un material fant¨¢stico y por eso est¨¢ en todas partes¡±, dice Hodgson. Pero el problema no es el pl¨¢stico en s¨ª, sino la falta de atenci¨®n que hay sobre el final de su vida, opina el director del centro de su investigaci¨®n, Richard C. Thompson. ¡°Hay que empezar a pensar en el principio de la cadena, es decir, en la etapa del dise?o¡±, propone. Bajo su punto de vista, el pl¨¢stico tiene un gran beneficio, pero a plazo muy corto, mientras que, como residuo, tiene un impacto durante mucho tiempo. Y, justamente, en esa segunda parte, no se presta suficiente atenci¨®n. ¡°Ya sabemos suficiente como para tomar acciones¡±, insiste, en armon¨ªa con el resto de expertas consultadas.
Para Sara Rodr¨ªguez-Mozaz, experta en la materia en el Instituto Catal¨¢n de Investigaci¨®n del Agua (ICRA) y Marta Coll, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona (ICM-CSIC), est¨¢ claro que estudios como estos son importantes porque ponen el foco en el papel que juega la fauna acu¨¢tica en el recorrido del pl¨¢stico: del agua hasta el tejido de los animales. ¡°Est¨¢ claro que la vida acu¨¢tica juega un doble papel en la interacci¨®n de los pl¨¢sticos en el medio ambiente. Se pueden ver impactados negativamente incluso en su metabolismo celular. Por lo tanto, es muy importante estudiar tanto los procesos de degradaci¨®n biol¨®gica y centrase en el efecto que tienen en los propios organismos vivos¡±, concluye Rodriguez-Mozaz.
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