Un f¨®sil robado en los Pirineos cambia la historia evolutiva de los cocodrilos

En junio de 2013 los investigadores del Instituto Catal¨¢n de Paleontolog¨ªa recibieron una llamada de un grupo de j¨®venes de Coll de Narg¨®, un peque?o municipio de los Pirineos de Lleida, famoso por albergar en su tierra de arcilla rojiza espectaculares yacimientos de dinosaurios. Los habitantes de la zona, que a fuerza de encontrar f¨®siles cerca de sus casas han aprendido a distinguir la roca de los huesos, avisaron a los cient¨ªficos de que hab¨ªa restos de un animal desconocido muy cerca de un nido de huevos de titanosaurio. El paleont¨®logo Albert G. Sell¨¦s cuenta que cuando descolg¨® el tel¨¦fono y oy¨® la noticia se qued¨® ¡°de piedra¡±. ¡°Lo primero que pens¨¦ era que hab¨ªan encontrado una cr¨ªa de dinosaurio¡±, cuenta.

Emocionado con la idea, Sell¨¦s habl¨® con su equipo y al d¨ªa siguiente fueron al lugar del hallazgo para hacer una primera inspecci¨®n. ¡°Inmediatamente nos dimos cuenta de que era otra cosa, un animal que no conoc¨ªamos¡±. El esqueleto ¡ªcuenta Sell¨¦s¡ª estaba entero. Ten¨ªa todos los huesos bien conservados y en su sitio. Los investigadores pidieron permiso para excavar y a los pocos d¨ªas volvieron al lugar con cinceles y martillos. El paleont¨®logo explica que una excavaci¨®n como esa puede durar aproximadamente cinco d¨ªas. ¡°Empezamos el lunes y el jueves ya ten¨ªamos casi todo el esqueleto listo para extraer, pero empez¨® a llover y con lluvia no se recomienda sacar nada de la tierra, porque la arcilla se vuelve m¨¢s blanda, pierde consistencia y puede afectar al f¨®sil¡±.

Sell¨¦s decidi¨® tapar el esqueleto con una lona especial para sacarlo a la ma?ana siguiente. El problema fue que, al volver, el f¨®sil ya no estaba all¨ª. ¡°Yo fui el responsable de quitar la lona. Se me qued¨® la cara de tonto al ver que no hab¨ªa nada¡±, dice el paleont¨®logo. Los huesos hab¨ªan desaparecido. Lo ¨²nico que quedaba eran marcas de yeso en la tierra y huellas de las ruedas de una extra?a furgoneta. Los investigadores, expertos en fauna del Mesozoico, en especial en los dinosaurios que habitaban la zona norte de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica hace 70 millones de a?os, llamaron a los Mossos d¡¯Esquadra para pedir ayuda. Acordonaron la zona, investigaron, recogieron pruebas, hablaron con testigos y determinaron que hab¨ªa sido un robo.

Las pesquisas para encontrar al culpable duraron m¨¢s de un mes. El ladr¨®n, un vecino de 60 a?os de la localidad, devolvi¨® el f¨®sil en un ¡°estado extremadamente lamentable¡±, cuenta Sell¨¦s. Los huesos del extra?o animal estaban manipulados y rotos. ¡°Lo que al principio era un bloque entero qued¨® fragmentado en siete u ocho pedazos distintos¡±, se lamenta el investigador al recordar la impotencia que ¨¦l y su equipo sintieron durante esos d¨ªas. ¡°No entend¨ªamos por qu¨¦ alguien iba a venir a robar un esqueleto que no tiene ning¨²n valor econ¨®mico¡±. La ley catalana proh¨ªbe la venta y la comercializaci¨®n de estos f¨®siles, subraya el paleont¨®logo.

El f¨®sil estuvo dos a?os embargado mientras se resolv¨ªa el proceso jur¨ªdico. Una vez termin¨® la custodia, el esqueleto lleg¨® por fin a los laboratorios del Instituto Catal¨¢n de Paleontolog¨ªa. Los investigadores tardaron casi dos a?os en repararlo y, en 2017, comenzaron a estudiar sus caracter¨ªsticas taxon¨®micas y morfol¨®gicas en alianza con el Museo de la Conca Dell¨¤, la Universidad de A Coru?a y la Universidad de Barcelona. Los hallazgos de la investigaci¨®n, publicados la semana pasada en la revista Scientific Reports, revelan que el esqueleto era de un peque?o cocodrilo terrestre desconocido hasta ahora y bautizado Ogresuchus furatus, que significa ¡°cocodrilo-ogro que fue robado¡±.

La nueva especie forma parte de la familia de los seb¨¦cidos, un linaje de cocodrilos terrestres abundantes entre el Paleoceno y el Mioceno Medio, hace entre 66 y 15 millones de a?os. Seg¨²n Sell¨¦s, uno de los aspectos m¨¢s interesantes del trabajo es que el f¨®sil tiene 71,5 millones de a?os y representa el esp¨¦cimen m¨¢s antiguo descubierto. ¡°Ogresuchus es 10 millones de a?os m¨¢s antiguo que cualquier otro seb¨¦cido conocido hasta la fecha, por lo que el hallazgo nos obliga a redefinir la historia evolutiva de esta familia¡±, se?ala el investigador.

El paleont¨®logo Francisco Ortega, del grupo de Biolog¨ªa Evolutiva de la Universidad Nacional de Educaci¨®n a Distancia, afirma que el esqueleto de Coll de Narg¨® es un ejemplar llamativamente completo que servir¨¢ para entender el comportamiento de este linaje de cocodrilos en Europa. ¡°Este cocodrilo terrestre es quiz¨¢s el mejor caracterizado de nuestro continente, porque tiene el cuello, la columna y la cola completos, partes del brazo, de las piernas y del cr¨¢neo. Para las personas que trabajamos en este campo es un descubrimiento importante que ayuda a mostrar c¨®mo ha sido la historia evolutiva del grupo¡±, concluye Ortega.

La caracter¨ªstica principal de los seb¨¦cidos es que, a diferencia de los cocodrilos actuales, ten¨ªan sus patas situadas bajo el cuerpo. ¡°Esta particularidad anat¨®mica les permit¨ªa moverse de forma parecida a los mam¨ªferos actuales y ser depredadores muy activos¡±, explica Sell¨¦s. Otro de los aspectos sorprendentes de este cocodrilo es su tama?o. ¡°Med¨ªa 80 cent¨ªmetros de longitud. Era muy peque?ito, en comparaci¨®n con los otros espec¨ªmenes de la familia de seb¨¦cidos encontrados, por ejemplo, en el sur de Latinoam¨¦rica, en Brasil y Argentina, que pod¨ªan alcanzar los cuatro o cinco metros de largo¡±. Sell¨¦s explica que todos los indicios encontrados apuntan a que el f¨®sil era de un cocodrilo adulto. ¡°Lo podemos saber por la fusi¨®n de sus v¨¦rtebras, cuando un animal es joven las v¨¦rtebras de la columna no est¨¢n unidas. Cuando crece, se fusionan para dar robustez y estabilidad. En nuestro caso est¨¢n as¨ª, fusionadas¡±, detalla.

La paleont¨®loga ?ngela Delgado, de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, reconoce que es un descubrimiento muy interesante para aclarar ¡°c¨®mo llegaron estos bichos a Europa¡±. ¡°Este hallazgo ayuda a confirmar que la pen¨ªnsula Ib¨¦rica actuaba como un puente de conexi¨®n entre los continentes del sur y los del norte. Lo interesante del nuevo cocodrilo es que revela que esta conexi¨®n se realiz¨® muchos millones de a?os antes de lo que la gente cre¨ªa¡±. Delgado afirma que la ¨²nica cr¨ªtica que tiene sobre el trabajo es que los investigadores ¡°descartan sin justificar la relaci¨®n del Ogresuchus con otra especie similar y de la misma ¨¦poca llamada Doratodon¡±. ¡°No estudian las similitudes y las diferencias, lo nombran en la introducci¨®n, pero lo descartan muy r¨¢pido. Dejan la duda abierta. Yo no digo que sean la misma especie, pero era una oportunidad para desvelar cu¨¢l es la relaci¨®n entre uno y otro, teniendo en cuenta que son del mismo linaje y tienen caracter¨ªsticas morfol¨®gicas parecidas¡±, opina.

Delgado, sin embargo, coincide con Sell¨¦s en reconocer que el f¨®sil encontrado en los campos de Coll de Narg¨® pertenece al cocodrilo seb¨¦cido m¨¢s antiguo, m¨¢s peque?o y el primero en llegar al territorio hoy conocido como Europa. Tres caracter¨ªsticas que hacen de este hallazgo uno de los m¨¢s relevantes de los ¨²ltimos a?os en este campo. El ¨²ltimo rasgo que sorprendi¨® a los investigadores es que el esqueleto de cocodrilo apareci¨® a menos de 50 cent¨ªmetros de un nido de huevos de titanosaurio. ¡°Lo primero que nos preguntamos fue c¨®mo hab¨ªa llegado hasta ese punto. Hicimos un estudio especializado y los resultados mostraron que el animal muri¨® ah¨ª, no fue transportado por ning¨²n r¨ªo, sino que qued¨® al lado del nido, a un paso de distancia¡±, se?ala Sell¨¦s.

A partir de ese hallazgo, se abre una hip¨®tesis: este peque?o reptil terrestre carn¨ªvoro y con dientes en forma de cuchillo se podr¨ªa alimentar de las cr¨ªas de dinosaurio. ¡°Un titanosaurio adulto es un animal que med¨ªa 15 metros de longitud, pero sus cr¨ªas reci¨¦n nacidas solo ten¨ªan 30 cent¨ªmetros, eran una presa relativamente f¨¢cil de cazar para un depredador como este¡±, dice Sell¨¦s. El paleont¨®logo Ortega, sin embargo, es un poco m¨¢s esc¨¦ptico en este punto: ¡°Podr¨ªa haber alg¨²n tipo de relaci¨®n biol¨®gica, pero la investigaci¨®n no aporta una hip¨®tesis muy robusta porque se basa solamente en una relaci¨®n casual¡±.

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