Un cient¨ªfico espa?ol descubre un cuadro in¨¦dito de las ¡®Monoman¨ªas¡¯ de G¨¦ricault perdido hace 200 a?os
¡®El hombre melanc¨®lico¡¯ es una de las pinturas m¨¢s relevantes para entender la relaci¨®n entre arte, locura y ciencia m¨¦dica
Th¨¦odore G¨¦ricault, el autor del famoso cuadro La balsa de la Medusa y uno de los maestros del romanticismo franc¨¦s, pint¨® diez retratos de pacientes con enfermedades mentales en los asilos de Par¨ªs durante los primeros a?os del siglo XIX. Esta serie, llamada Monoman¨ªas, fue un encargo del doctor ?tienne-Jean Georget, jefe de psiquiatr¨ªa del hospital de Salp¨ºtrier, para ense?arles a sus estudiantes cu¨¢les eran las formas y las expresiones de los rostros de las personas con trastornos ps¨ªquicos. De esos diez retratos hasta ahora solo se conoc¨ªan cinco correspondientes con la envidia, la ludopat¨ªa, la fijaci¨®n obsesiva, la cleptoman¨ªa y la pederastia. Los dem¨¢s hab¨ªan permanecido ocultos para la ciencia y el arte durante m¨¢s de 200 a?os.
El bi¨®logo molecular espa?ol Javier Burgos ha publicado este jueves un art¨ªculo en la revista The Lancet Neurology que revela la existencia del sexto de los retratos de las Monoman¨ªas de G¨¦ricault: El hombre melanc¨®lico. El investigador afirma que la condici¨®n de tristeza o depresi¨®n plasmada en el cuadro se confirma por la presencia de arrugas en el entrecejo del paciente retratado, que representa la forma del cl¨¢sico signo griego omega, descrito por el psiquiatra alem¨¢n Heinrich Sch¨¹le como un rasgo distintivo de la melancol¨ªa.
La pintura, adem¨¢s, refleja varias de las caracter¨ªsticas principales de las dem¨¢s Monoman¨ªas. Burgos cuenta que el tama?o de retrato es congruente con los otros cinco cuadros; la composici¨®n es similar, un rostro iluminado sobre un fondo oscuro; y el protagonista viste una prenda religiosa de un color similar al pa?uelo rojo del retrato que representa la envidia. ¡°Otra cosa importante es que el cuadro no est¨¢ firmado, los rom¨¢nticos franceses no firmaban sus obras, ser¨ªa muy dudoso que si tuviera el nombre del pintor fuera una monoman¨ªa original¡±, explica Burgos.
El cuadro in¨¦dito hallado por Burgos tras varios a?os de b¨²squeda es una de las pinturas m¨¢s relevantes para entender la relaci¨®n entre arte, locura y ciencia m¨¦dica. El cient¨ªfico espa?ol cuenta que la obra, encontrada en una colecci¨®n privada italiana despu¨¦s de una ardua investigaci¨®n secreta, fue utilizada para transformar la idea de que los enfermos mentales sufr¨ªan alguna maldici¨®n sobrenatural.
Burgos explica que, en esa ¨¦poca, ¡°los pacientes de los psiqui¨¢tricos eran tratados como animales, los ataban con grilletes a las paredes, les pegaban, les pon¨ªan camisas de fuerza, los privaban de comer y de beber¡±. ¡±Los psiquiatras franceses, incluido el doctor Georget, fueron los primeros en aplicar el m¨¦todo cient¨ªfico con estos enfermos, los comenzaron a ver como personas, hicieron una caracterizaci¨®n de la enfermedad e incluso intentaron curarlos¡±, a?ade. Burgos insiste en que las pinturas de G¨¦ricault fueron determinantes en todo ese proceso de reconocimiento de los enfermos mentales como seres humanos.
De acuerdo con Burgos, especialista en neurobiolog¨ªa del alzh¨¦imer, la fisiognom¨ªa y la frenopat¨ªa del siglo XIX trataban de demostrar la influencia de la forma del cr¨¢neo o de la expresi¨®n facial en el desarrollo de las enfermedades mentales. ¡°Estas teor¨ªas en las que G¨¦ricault particip¨® al retratar a los enfermos fueron las primeras corrientes cient¨ªficas que pusieron al paciente en el centro de gravedad del estudio de la enfermedad mental¡±, dice Burgos. El investigador espa?ol, autor del libro Geograf¨ªas de la locura, reconoce que en la actualidad se ha demostrado que no es posible identificar ninguna enfermedad vi¨¦ndole la cara a nadie¡±, pero insiste en que hay que considerar que esas teor¨ªas fueron las precursoras del enfoque de la enfermedad desde el estudio del cerebro como ¨®rgano de la mente y el abandono de las supersticiones.
El descubrimiento de Burgos es, en palabras de la catedr¨¢tica de arte Laura M¨ªnguez, ¡°un hito, una haza?a equiparable al hallazgo de una obra perdida de cualquiera de sus contempor¨¢neos, como Francisco de Goya, por la importancia de G¨¦ricault en la historia de la pintura francesa y la Historia del Arte en general¡±. Esta profesora experta en el arte del romanticismo franc¨¦s cuenta que, cuando el doctor Georget muri¨®, sus dos disc¨ªpulos se repartieron los cuadros a raz¨®n de cinco cada uno: ¡°Mar¨¦chal se habr¨ªa llevado sus cinco cuadros a Inglaterra, donde se les perdi¨® el rastro, mientras los que le correspondieron a L¨¤cheze han llegado a nuestros d¨ªas y cuelgan de las paredes de los museos m¨¢s importantes del mundo¡±.
De acuerdo con la catedr¨¢tica de arte, a d¨ªa de hoy no se ten¨ªa ¡°noticia alguna de los cinco lienzos que correspondieron a Mar¨¦chal, incluso se hab¨ªa llegado a dudar de su existencia a pesar de los documentos en los que qued¨® constancia del reparto¡±. Por ello, dice M¨ªnguez, el descubrimiento de un sexto lienzo afianza la idea de que G¨¦ricault s¨ª realiz¨® las diez pinturas completas, cuatro de las cuales permanecen a¨²n desaparecidas. El descubrimiento de Burgos tambi¨¦n confirma que los cinco lienzos nuevos expresan otros tipos de monoman¨ªas distintas a las presentes en los primeros y no incluyen a los mismos cinco pacientes retratados en otros momentos de su enfermedad, como se crey¨® antes, sino a unos distintos.
¡°Si tenemos en cuenta que el per¨ªodo creativo del pintor fue solamente de 12 a?os y que su producci¨®n fue muy limitada, el descubrimiento de una de sus obras adquiere una relevancia extraordinaria adem¨¢s de que es un artista al que podemos equiparar con Goya en el hecho de que ambos representan la transici¨®n de los modelos cl¨¢sicos a las nuevas formas¡±, dice M¨ªnguez.
Puedes seguir a MATERIA en Facebook, Twitter, Instagram o suscribirte aqu¨ª a nuestra newsletter
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.