Por qu¨¦ el panda no come carne: las mol¨¦culas del bamb¨² iluminan el origen de su dieta vegetal
Un nuevo estudio sugiere que el microARN de las plantas puede incorporarse al torrente sangu¨ªneo de los osos y facilitar la adaptaci¨®n a una alimentaci¨®n herb¨ªvora

El panda gigante es un aut¨¦ntico oso, igual que el pardo o el polar, poderosos depredadores. El adorado oso end¨¦mico de China tambi¨¦n posee una flora bacteriana carn¨ªvora, pero sigue una dieta esencialmente vegetal, lo que se refleja en su dentici¨®n y tambi¨¦n en la musculatura de la mand¨ªbula. El bamb¨² es su plato estrella y puede pasar hasta 14 horas diarias mastic¨¢ndolo, pese a que carece de enzimas suficientes para digerir la celulosa. Lleva siendo un disidente de su g¨¦nero desde hace unos siete millones de a?os y la raz¨®n podr¨ªa estar en el microARN de esta planta proveniente del continente asi¨¢tico. As¨ª lo sugiere un nuevo estudio que se ha publicado en la revista Frontiers in Veterinary Science, pues estas peque?as mol¨¦culas ¨Dque intervienen en los procesos de desarrollo y adaptaci¨®n de las plantas en el ambiente ¨Dser¨ªan capaces ingresar en el torrente sangu¨ªneo de estos animales y adaptar la respuesta de los pandas al bamb¨².
Mediante un an¨¢lisis comparativo, investigadores de la Universidad Normal del Oeste de China identificaron 57 microARN derivados del bamb¨² en muestras de sangre de siete pandas gigantes ¨Dtres hembras adultas, tres machos adultos y una hembra joven¨D obtenidas entre mayo y junio de 2022. El estudio detect¨® que las mol¨¦culas pueden ajustar los niveles de la dopamina en los pandas gigantes, influyendo as¨ª en sus preferencias alimentarias, lo que podr¨ªa desempe?ar un papel vital en su proceso de adaptaci¨®n diet¨¦tica.
¡°Los microARN del bamb¨² tambi¨¦n intervienen en la regulaci¨®n del olfato y el gusto, relacionados con sus h¨¢bitos alimentarios¡±, se?al¨® Feng Li, investigador principal del hallazgo, en un comunicado. Durante la infancia, los microARN se adquieren de la leche materna, donde regulan el crecimiento y el desarrollo. A medida que el panda madura y el bamb¨² se incorpora a su dieta, los microARN contin¨²an modulando su expresi¨®n gen¨¦tica. Los cient¨ªficos sostienen que los individuos de especie emblem¨¢tica para la conservaci¨®n de la biodiversidad acumulan, a lo largo de los a?os, las mol¨¦culas de la planta. Y estas pueden regular diferentes procesos fisiol¨®gicos, incluido el crecimiento y el desarrollo, los ritmos biol¨®gicos, el comportamiento y las respuestas inmunes.
Silvia D¨ªaz, t¨¦cnica del Programa de Especies de WWF Espa?a, explica que este animal es ¡°muy especialista en su dieta. Solo toma bamb¨² el 99% de las veces y la investigaci¨®n ofrece un hallazgo novedoso que podr¨ªa explicar su comportamiento¡±, opina. Sin embargo, de los 12 kilos de hojas y tallos de bamb¨² que come el panda gigante a diario, solo logran digerir aproximadamente el 17%.
La adaptaci¨®n del panda gigante a una dieta herb¨ªvora ha intrigado a los investigadores durante mucho tiempo. En 2009, un grupo de cient¨ªficos descubri¨® no posee los genes necesarios para digerir el alimento vegetal, luego de secuenciar por primera vez el genoma completo de este oso. Otro an¨¢lisis del microbioma del intestino, publicado en la revista Nature, determin¨® que las tripas del panda tienen microbios t¨ªpicos de los animales carn¨ªvoros.
Alejandro Cabrera, del Departamento de Conservaci¨®n del Zoo Aquarium de Madrid, sostiene que el bamb¨² logra traspasar sus c¨¦lulas sangu¨ªneas, lo que favorece la metabolizaci¨®n de la dopamina. ¡°Eso hace que el panda gigante tenga la necesidad de seguir comiendo bamb¨²¡±, indica. El estudio tambi¨¦n detect¨® que los pandas gigantes de diferentes edades y sexos ten¨ªan diferentes composiciones de microARN en su sangre. Regulan, por ejemplo, los procesos reproductivos; y por este motivo, solo se pueden encontrar en la sangre de pandas de un determinado sexo o edad. Los cient¨ªficos descubrieron que los machos adultos ten¨ªan una mayor concentraci¨®n de microARN.
Por otro lado, la capacidad de los microARN para enviar se?ales de las plantas a los animales puede permitir el estudio del tratamiento y prevenci¨®n de enfermedades en animales. ¡°Los microARN vegetales tambi¨¦n tienen la capacidad de regular el sistema inmunol¨®gico de los animales, potenciando la resistencia de estos a las enfermedades¡±, indic¨® Li. El siguiente paso de los cient¨ªficos detr¨¢s del nuevo estudio ser¨¢ recolectar muestras de sangre de pandas j¨®venes que a¨²n no hayan comido bamb¨² para comprender un poco m¨¢s sobre c¨®mo se lleva a cabo este proceso.
Los esfuerzos de conservaci¨®n del panda
En la actualidad, la Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza ha catalogado esta especie como vulnerable. Desde WWF han realizado campa?as y colaboraciones desde la d¨¦cada de los ochenta. La ONG se convirti¨® en la primera organizaci¨®n internacional invitada por China para trabajar sobre conservaci¨®n de esta especie. Hasta la fecha, se han protegido m¨¢s del 70% de los h¨¢bitats naturales del panda gigante que hay a lo largo del pa¨ªs.
¡°Le ayudamos al Gobierno chino creando una red de reservas naturales para los pandas gigantes, y tambi¨¦n corredores ecol¨®gicos que les permitan conectar poblaciones que estaban aisladas. Estas acciones han ayudado a proteger no solo a los osos pandas, sino tambi¨¦n al resto de especies que viven all¨ª¡±, sostiene Silvia D¨ªaz. Desde Espa?a, tambi¨¦n se han hecho esfuerzos para conservar esta especie.
El Zoo Aquarium de Madrid ha llevado a cabo con ¨¦xito el programa de conservaci¨®n y reproducci¨®n al criar seis ejemplares. ¡°Ha sido hist¨®rico para un zool¨®gico europeo. Tuvimos gemelos en 2010, en 2021 y dos ejemplares individuales en 2013 y 2016¡å, recuerda Alejandro Cabrera, que trabaj¨® como cuidador de estos osos devoradores de bamb¨².
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