La ¨¦tica de la vacunaci¨®n
El investigador Lluis Montoliu defiende la segunda dosis para quienes se vacunaron antes de tiempo, aunque su conducta sea moralmente inaceptable
Lo hemos visto infinidad de veces en pel¨ªculas que nos hablaban de pandemias. La picaresca, las trampas, las peleas para conseguir una vacuna antes que el otro, el saltarse los turnos, el mercadeo de las vacunas, las ventas de las mismas al mejor postor, los acuerdos que no son transparentes. Ahora todo esto ocurre en el mundo real. Resulta muy dif¨ªcil de aceptar que la campa?a de vacunaci¨®n sea m¨¢s compleja que el desarrollo de la vacuna contra la covid-19, un hito cient¨ªfico y biotecnol¨®gico sin precedentes logrado en un tiempo r¨¦cord. La covid-19, causada por el coronavirus SARS-CoV-2, es una pandemia. Afecta a todo el mundo. Y, por lo tanto, la soluci¨®n a esta pandemia debe ser global. De nada sirve vacunar a Europa y Estados Unidos si no vacunamos en igual medida a ?frica o a Sudam¨¦rica. Y, en nuestro rinc¨®n del mundo, de nada sirve vacunar exhaustivamente a un pa¨ªs europeo si no podemos vacunar adecuadamente al resto. As¨ª no vamos a erradicar ni a controlar esta pandemia.
?Qu¨¦ nos dice la ¨¦tica de la vacunaci¨®n? Recordemos que la ¨¦tica nos ayuda a resolver dilemas frente a valores (lo que hemos decidido como sociedad que est¨¢ bien o mal) que entran en conflicto. El cuarto de los principios de la bio¨¦tica (la ¨¦tica aplicada a las ciencias de la vida) es el de justicia. Que todo aquel desarrollo terap¨¦utico, toda vacuna o tratamiento desarrollado para mejorar la salud de las personas debe ser accesible a todo el mundo, sin distinci¨®n de g¨¦nero, de origen, de edad, de estado social, de nivel econ¨®mico. Y ya vemos que con la campa?a de vacunaci¨®n de la covid-19 a nivel mundial este cuarto principio est¨¢ saltando por los aires.
El mismo Secretario General de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) recuerda que no es aceptable que algunos pa¨ªses occidentales reserven y acumulen millones de dosis, en n¨²mero superior a las que necesitan para vacunar a su poblaci¨®n (y que, entre ellos, algunos consigan m¨¢s vacunas y m¨¢s r¨¢pidamente, pagando un importe superior), mientras que otros pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo apenas hayan conseguido unos pocos centenares de dosis, absolutamente insuficientes para sus necesidades.
Pero de entre todas las situaciones que pueden darse en una campa?a de vacunaci¨®n ha sorprendido en nuestro pa¨ªs la aparici¨®n de personas, la mayor¨ªa con cargos de responsabilidad, de todas las Administraciones y de todo el espectro pol¨ªtico, que se han saltado los turnos establecidos y se han vacunado antes de tiempo, cuando todav¨ªa no estaban vacunadas todas las personas del primer grupo, los residentes y personal sanitario y sociosanitario de las residencias de personas mayores y de atenci¨®n a grandes dependientes. O las del segundo grupo, el personal sanitario y sociosanitario de primera l¨ªnea, tal y como especifica la estrategia de vacunaci¨®n covid-19 en Espa?a. Esto est¨¢ mal, es moralmente inaceptable, sin excusas.
Ahora surge la duda de si debemos administrarles a estas personas la segunda dosis o no. Y la ¨¦tica de la vacunaci¨®n sale en nuestra ayuda. Estas personas deben recibir la segunda dosis, porque es mayor el bien que obtenemos al vacunarles (protegi¨¦ndoles a ellos y al resto de la poblaci¨®n) que el da?o que ellos cometieron a la sociedad al vacunarse antes de tiempo
Pero ahora surge la duda de si debemos administrarles a estas personas la segunda dosis o no. Y la ¨¦tica de la vacunaci¨®n sale en nuestra ayuda. Estas personas deben recibir la segunda dosis, porque es mayor el bien que obtenemos al vacunarles (protegi¨¦ndoles a ellos y al resto de la poblaci¨®n) que el da?o que ellos cometieron a la sociedad al vacunarse antes de tiempo, o que el da?o que causar¨ªamos a la sociedad al interrumpir el protocolo de vacunaci¨®n y ponerles en riesgo a ellos y a su entorno. Es por lo tanto ¨¦ticamente recomendable administrarles la segunda dosis, con independencia que reciban un castigo, repudio o penalizaci¨®n administrativa, social o econ¨®mica, que pueda conllevar sanciones, multas, dimisiones o ceses. Estos infractores siguen teniendo el derecho a ser (correctamente) vacunados, por inaceptable que haya sido su conducta. ?ticamente, no podemos penalizarlos dej¨¢ndolos sin la segunda dosis de la vacuna, sin completar el proceso, donde adem¨¢s acabar¨ªamos perdiendo las dosis ya administradas y, al trasladarlos a la cola de vacunaci¨®n, acabar¨ªan recibiendo, de nuevo, las dos dosis y habr¨ªamos malgastado la primera.
Necesitamos poner sobre la mesa conceptos tales como solidaridad, justicia y generosidad. Necesitamos que el protocolo Covax lanzado desde la OMS se aplique, que los pa¨ªses ricos adquieran o ayuden a adquirir vacunas para los pa¨ªses menos favorecidos, que les cedan sus excedentes que no vayan a utilizar. Necesitamos humanizar la administraci¨®n de vacunas contra la covid-19 para que estas lleguen a todo el mundo, equitativamente, siguiendo los protocolos que se establezcan, atendiendo primero a quienes m¨¢s las necesitan. Necesitamos, en definitiva, tambi¨¦n durante la campa?a de vacunaci¨®n, no olvidarnos de la ¨¦tica.
Lluis Montoliu es investigador cient¨ªfico del CSIC y del CIBER de Enfermedades Raras en el Centro Nacional de Biotecnolog¨ªa
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