Carnicer¨ªa de delfines evitable en el Estrecho de Gibraltar
Una investigaci¨®n detalla los golpes, mutilaciones, amputaciones y desgarros que sufren los cet¨¢ceos por pr¨¢cticas de pesca deportiva y la navegaci¨®n de barcos de recreo, as¨ª como la soluci¨®n al problema
¡°El delf¨ªn com¨²n se ha convertido en el menos com¨²n de los delfines en el Mediterr¨¢neo¡±. Su poblaci¨®n se desplom¨® a principios del siglo XX y en 40 a?os, su presencia ha descendido en un 50%. Aunque su estado de conservaci¨®n mundial es de ¡°preocupaci¨®n menor¡±, en Espa?a est¨¢ considerado como ¡°vulnerable¡± (Cat¨¢logo Nacional de Especies Amenazadas) y, en Andaluc¨ªa, est¨¢ en peligro cr¨ªtico de extinci¨®n. ¡°En la bah¨ªa de Algeciras tenemos un enclave fundamental para su supervivencia¡±. As¨ª lo advierte Jos¨¦ Carlos Garc¨ªa G¨®mez, catedr¨¢tico de Biolog¨ªa Marina de la Universidad de Sevilla y coautor -junto a Liliana Olaya-Ponzone, Roc¨ªo Espada, Estefan¨ªa Mart¨ªn e Isabel C¨¢rdenas- de una investigaci¨®n publicada por Cambridge University Press en la revista especializada Journal of the Marine Biological Association of the United Kingdom. En el art¨ªculo cient¨ªfico se detallan golpes, mutilaciones, deformaciones, amputaciones y desgarros sufridos por decenas de cet¨¢ceos v¨ªctimas de determinadas pr¨¢cticas pesqueras deportivas, la navegaci¨®n de barcos de recreo, avistamientos incontrolados (personas que acuden a verlos por su cuenta o llevados por empresas no reguladas), as¨ª como debido a la proliferaci¨®n de motos de agua.
Esta carnicer¨ªa (herida, lesi¨®n, etc., con efusi¨®n de sangre, seg¨²n la tercera acepci¨®n de la RAE) se suma a las amenazas que ya afrontan los delfines por la destrucci¨®n de sus h¨¢bitats y la competencia con la pesca industrial. Pero la misma investigaci¨®n advierte que las lesiones ¡ª¡±a veces muy graves¡±, seg¨²n Garc¨ªa G¨®mez¡ª que causan h¨¦lices y cascos de embarcaciones, as¨ª como los sedales, son evitables y se puede actuar de inmediato con la creaci¨®n de un peque?o santuario en la bah¨ªa de Algeciras, donde sea m¨¢s frecuente su concentraci¨®n y presencia, se encuentren protegidos (al menos parcialmente) y los heridos puedan curarse, propici¨¢ndose, sin amenazas directas, el normal desarrollo de la poblaci¨®n residente de delfines comunes. De esta manera, se mitigar¨ªa la amenaza de colisi¨®n con embarcaciones r¨¢pidas o por interacciones con otras de pesca deportiva.
En el estrecho de Gibraltar y la bah¨ªa de Algeciras se observan habitualmente siete especies de cet¨¢ceos (otras especies son espor¨¢dicas), algunas de ellas con poblaciones residentes documentadas. Entre ellas se encuentran el delf¨ªn listado (Stenella coeruleoalba), el mular (Tursiops truncatus) y el com¨²n (Delphinus delphis). Las dos ¨²ltimas las recoge la directiva H¨¢bitats de la UE, que exige la adopci¨®n de medidas de gesti¨®n y conservaci¨®n.
Pero esa misma zona sufre un intenso tr¨¢fico de buques de todo tipo (el Estrecho se considera el segundo canal m¨¢s transitado del mundo), cuenta con uno de los 25 mayores puertos del mundo (el de Algeciras) y tiene registradas 4.000 embarcaciones recreativas.
Los pescadores deportivos se aprovechan de los delfines como ¡°se?ales de superficie¡± para localizar a los t¨²nidos
¡°La gesti¨®n pesquera ha sido un ¨¦xito con el at¨²n rojo, que se ha recuperado. Y donde hay atunes puede haber delfines porque compiten por el mismo recurso tr¨®fico¡±, explica Garc¨ªa G¨®mez. Los pescadores deportivos lo saben y los delf¨ªnidos se convierten en ¡°se?ales de superficie¡± para localizar a los t¨²nidos.
Aunque la pesca deportiva y recreativa de at¨²n rojo est¨¢ prohibida en una resoluci¨®n del 20 de mayo de 2019, muchos de los barcos de la zona los capturan mediante curric¨¢n (arrastre de un se?uelo) o el popping o spinning de superficie, un cebo artificial que flota y del que se va tirando para que salpique el agua y atraiga al at¨²n, con una ca?a robusta y sedal trenzado.
Como los delfines se?alan los bancos de atunes, las embarcaciones sit¨²an los cebos artificiales en los grupos de cet¨¢ceos. ¡°El at¨²n es capaz de recorrer en un segundo entre 10 y 14 veces la longitud de su cuerpo. Si arrastra un sedal a una velocidad tan explosiva, puede provocar cortes graves a los delfines que est¨¢n en la zona¡±, explica el investigador del Laboratorio de Biolog¨ªa Marina de la Universidad de Sevilla.
A esta actividad hay que sumar las laceraciones que causan las h¨¦lices y las colisiones o el ruido del tr¨¢fico mar¨ªtimo y las motos de agua. Todas estas circunstancias generan un estr¨¦s que hace m¨¢s vulnerables a los delfines y provocan cambios de distribuci¨®n y abundancia, disminuci¨®n de la tasa de reproducci¨®n o la muerte, seg¨²n otro estudio firmado por los autores citados en Almoraima. Revista de Estudios Campogibraltare?os.
En la campa?a de observaci¨®n que ha servido de base para la ¨²ltima investigaci¨®n, se contabilizaron 182 avistamientos durante los que se registraron 605 interacciones de embarcaciones comerciales dedicadas al avistamiento de cet¨¢ceos (43%), de recreo (29%), de pesca deportiva asociada al at¨²n rojo (22%), ch¨¢rteres no regulados para el avistamiento de cet¨¢ceos (3%), motos acu¨¢ticas (2%) y escuelas de vela (1%).
Soluci¨®n
Pero este infernal ambiente para los delfines puede revertirse. ¡°Hab¨ªa que demostrarlo y es lo que hemos hecho en la ¨²ltima investigaci¨®n¡±, afirma Garc¨ªa G¨®mez. De 90.391 fotograf¨ªas tomadas durante cuatro a?os, en los que se registraron 1.402 avistamientos por parte del equipo de la empresa tur¨ªstica Dolphin Adventure, los cient¨ªficos consiguieron hacer un seguimiento espec¨ªfico de cinco de ellos con heridas externas de diferentes or¨ªgenes y gravedad. El trabajo permiti¨® demostrar que los delfines se pueden curar entre tres y 21 semanas despu¨¦s de las lesiones sufridas, aunque el trabajo sugiere que uno de los ejemplares monitorizados muri¨®. El art¨ªculo incide en la necesidad de salvaguardar esta especie protegida que, seg¨²n el bi¨®logo de la Universidad de Sevilla, es la ¡°joya de la corona en la bah¨ªa de Algeciras, incluso desde el punto de vista econ¨®mico por sus posibilidades de explotaci¨®n sostenible mediante actividades de ecoturismo, as¨ª como de ciencia ciudadana¡±.
¡°Cada vez que se detectaba un individuo con heridas recientes, se tomaban fotograf¨ªas con dos c¨¢maras r¨¦flex digitales para identificar a los delfines individuales con m¨¦todos est¨¢ndares de identificaci¨®n por imagen. Se caracterizaron las lesiones para evaluar la progresi¨®n de la curaci¨®n durante el per¨ªodo de estudio y para identificar las causas de estas. Dependiendo de la forma, profundidad, ¨¢rea del cuerpo, deformidades, mutilaciones y otros factores, se determin¨® qu¨¦ caus¨® la herida¡±, explica Garc¨ªa G¨®mez.
La importancia del estudio no es solo el an¨¢lisis de las causas y consecuencias de las agresiones a los delfines. El principal objetivo del mismo es demostrar, que una vez identificadas, se pueden establecer medidas de contingencia en uno de los enclaves de mayor importancia ecol¨®gica y ambiental para el delf¨ªn com¨²n, especialmente por ser zona de cr¨ªa y desarrollo de juveniles de la especie que, en las primeras fases de su vida, les cuesta salir a la zona del Estrecho con sus madres dadas las fuertes corrientes imperantes.
Santuario
La propuesta de la investigaci¨®n es crear un ¡°santuario visible, localizado y respetado¡±, seg¨²n Garc¨ªa G¨®mez, donde se registra una mayor concentraci¨®n de delfines y donde se eviten las causas de las heridas y se favorezca la reproducci¨®n, nuevos nacimientos y cuidado de las cr¨ªas.
En un art¨ªculo publicado en Science Direct, los cient¨ªficos Jean Jacques Maguire, Serge Garcia y Ray Hilborn admiten el papel de las reservas marinas como una buena herramienta de gesti¨®n y conservaci¨®n de la biodiversidad, pero advierten que no son la panacea a los problemas.
El santuario puede ser una soluci¨®n eficaz en la bah¨ªa de Algeciras a la que es dif¨ªcil imaginar que alguien se pueda oponer. Tenemos que volcarnos con estos animalesJos¨¦ Carlos Garc¨ªa G¨®mez, catedr¨¢tico de Biolog¨ªa Marina de la Universidad de Sevilla
Garc¨ªa G¨®mez comparte esa conclusi¨®n, pero matiza que, en este caso, puede ser una soluci¨®n eficaz en la bah¨ªa de Algeciras a la que ¡°es dif¨ªcil imaginar que alguien se pueda oponer¡±. ¡°Tenemos que volcarnos con estos animales¡±, concluye en defensa de su propuesta, que incluye protocolos de acercamiento a las embarcaciones reguladas para evitar al m¨¢ximo el estr¨¦s a los delfines.
El problema no solo afecta a la zona del Estrecho, aunque esta sea de especial importancia mundial. Un estudio de Ali Ross y Stephen Isaac para Greenpeace calcul¨® que m¨¢s de 10.000 cet¨¢ceos son capturados accidentalmente en las costas atl¨¢nticas europeas. Otro m¨¢s, publicado en Plos One, sobre la captura accidental de delfines, concluy¨® que esta causa de mortalidad supondr¨¢, si se mantiene en los niveles actuales, la reducci¨®n poblacional del delf¨ªn com¨²n en un 20% en 30 a?os y la probable extinci¨®n en 100 a?os.
Tiburones y rayas
Tampoco es un problema exclusivo de esta especie. Un reciente estudio en Nature calcula que la poblaci¨®n de tiburones y rayas en los oc¨¦anos ha disminuido un 71% desde 1970, principalmente por la sobrepesca. ¡°La Ventana para salvar a estas ic¨®nicas criaturas es muy peque?a¡±, afirma el principal autor del estudio, Nick Dulvy, bi¨®logo marino de la universidad canadiense Simon Fraser a The New York Times. M¨¢s de tres cuartas partes de la poblaci¨®n de tiburones y rayas est¨¢n amenazadas con la extinci¨®n.
Los cient¨ªficos resaltan c¨®mo las medidas de conservaci¨®n funcionan cuando se aplican correctamente y hacen un llamamiento a los gobiernos para que las adopten y establezcan l¨ªmites de captura en funci¨®n de criterios cient¨ªficos.
En el mismo trabajo se advierte de la importancia de evitar las capturas accidentales. ¡°Incluso si se parara la pesca comercial del tibur¨®n, su n¨²mero seguir¨ªa cayendo por esta pesca involuntaria¡±, advierten.
Puedes seguir a Materia en Facebook, Twitter, Instagram o suscribirte aqu¨ª a nuestra newsletter
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.