El principio de precauci¨®n no es un principio

En situaciones de emergencia sanitaria, y tambi¨¦n ante los avances cient¨ªficos y tecnol¨®gicos, siempre aparece el llamado principio de precauci¨®n. Dice que, mientras las evidencias no sean conclusivas, lo mejor es prohibir que esas novedades lleguen a la pr¨¢ctica. Los fil¨®sofos y los ingenieros llevan siglos discutiendo el asunto, pero el principio de precauci¨®n propiamente dicho tiene una historia mucho m¨¢s corta. Los ingleses adoptaron esa terminolog¨ªa en los a?os setenta, importada del alem¨¢n vorsorgeprinzip, para referirse a la deforestaci¨®n y la contaminaci¨®n de las aguas. Supongo que en la ¨¦poca no hab¨ªa datos a prueba de bombas de que esas pr¨¢cticas fueran da?inas, y la ¨²nica forma de frenarlas era utilizar el principio de precauci¨®n. Nihil obstat.

El problema es que el principio de precauci¨®n no es un principio. En el caso de los bosques y las aguas est¨¢ muy bien, pero en otros casos conduce al jard¨ªn de los senderos que se bifurcan, y tenemos ante los ojos un caso deslumbrante. Aun si se hubiera confirmado que la vacuna de AstraZeneca fuera la causa de las trombosis que se han detectado, prohibirla significar¨ªa tomar una medida para proteger al 0,0002% de la poblaci¨®n a costa de dejar expuestos al coronavirus al 70% de los ciudadanos que podr¨ªan haber recibido la vacuna y no han podido por la prohibici¨®n. ?Es esa una decisi¨®n justa y racional? No lo parece, ciertamente. El principio de precauci¨®n puede matar gente. ?Qu¨¦ clase de principio es ese entonces?

Aun si se hubiera confirmado que la vacuna de AstraZeneca fuera la causa de las trombosis que se han detectado, prohibirla significar¨ªa tomar una medida para proteger al 0,0002% de la poblaci¨®n a costa de dejar expuestos al coronavirus al 70% de los ciudadanos que podr¨ªan haber recibido la vacuna

El efecto domin¨® que ha propagado por Europa una onda de irracionalidad, con el consiguiente retraso en la campa?a de vacunaci¨®n, se ha basado en ese principio de precauci¨®n que no es un principio. Los gobiernos han tomado esas medidas en contra del consejo de sus asesores cient¨ªficos, de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) que ellos mismos financian y en ausencia de argumentos inteligibles. Espa?a todav¨ªa mantiene dudas, pero lo mejor que puede hacer, como el resto de Europa, es adoptar los criterios de la EMA, es decir, los de la mejor ciencia disponible. Vacunar a toda la gente posible es un bien muy superior al de evitar dos trombosis por mill¨®n de vacunados, sobre todo cuando ni siquiera se ha podido demostrar ¨Dni descartar¡ª que esos casos tengan relaci¨®n con la vacuna. Las trombosis son m¨¢s comunes que eso, te vacunes o no.

?Qu¨¦ deben hacer los reguladores ante esto? Justo lo que les propone la EMA, que es seguir investigando sobre la posible relaci¨®n de la vacuna con las rar¨ªsimas trombosis. De haberla, ser¨ªa deseable identificar los factores de riesgo que contribuyen a ello, lo que permitir¨ªa desviar a un peque?o n¨²mero de pacientes a una vacuna distinta. Lo que no tiene sentido es detener la vacunaci¨®n con AstraZeneca hasta que tengamos constancia de una seguridad al 100%. Primero, porque eso no existe, y segundo porque la medida provocar¨ªa muchos m¨¢s da?os que beneficios. Los m¨¦dicos est¨¢n entrenados para evaluar ese equilibrio. Los pol¨ªticos deber¨ªan estarlo.

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