El cerebro y la mente transexuales

Quienes en una sociedad culta como la nuestra alberguen todav¨ªa sentimientos hom¨®fobos deber¨ªan ver Pose, la deliciosa serie televisiva estadounidense sobre un colectivo como el LGTB, tradicionalmente estigmatizado y oprimido. Al mostrarnos su humanidad, sus extravagantes personajes nos acaban enamorando. Personajes que, dicho sea de paso, lo ¨²nico que pretenden, como cada mortal, es sentirse bien consigo mismo y con el resto del mundo. Desgraciadamente, casi nunca les resulta f¨¢cil.

Transg¨¦neros son aquellas personas que se identifican permanente o transitoriamente con un g¨¦nero, hombre o mujer, diferente al de su sexo natal, algo as¨ª como sentirse mujer en el cuerpo de un hombre u hombre en el cuerpo de una mujer. Muchos sufren disforia de g¨¦nero, un malestar y un estr¨¦s que alteran considerablemente sus vidas. Su forma extrema es el transexualismo, un sentimiento tan fuerte de pertenecer al sexo opuesto que hace que quienes lo padecen deseen cambiar su cuerpo mediante tratamientos hormonales o incluso quir¨²rgicos para hacerlo lo m¨¢s anat¨®micamente congruente con la identidad de g¨¦nero que su cerebro y su mente les hacen sentir.

En 2003, la publicaci¨®n del libro The Man Who Would Be Queen: The Science of Gender-Bending and Transsexualism (el hombre que ser¨ªa reina: la ciencia de la identidad de g¨¦nero y el transexualismo) de J. Michael Bailey, catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa e investigador de la conducta sexual en la prestigiosa Universidad Northwestern de Estados Unidos, ofendi¨® profundamente al colectivo transexual al insinuar que al menos algunos de ellos alteraban su fisionom¨ªa motivados por un inter¨¦s er¨®tico y no por sentir honestamente una identidad de g¨¦nero incongruente con su sexo natal. As¨ª, el libro ven¨ªa a sugerir que muchos transexuales eran en realidad unos viciosos sexuales. El colectivo insultado contratac¨® y se defendi¨® con u?as y dientes, llegando incluso a investigar las relaciones de Bailey con transexuales del Baton Show Lounge, un famoso local de Chicago en el que hab¨ªa hecho muchas de sus entrevistas. Bailey acab¨® perdiendo su puesto de director del Departamento de Psicolog¨ªa y su universidad le abri¨® un expediente informativo del que sali¨® finalmente absuelto, aunque con su reputaci¨®n muy tocada.

Antes que eso, en 1995, el equipo de Dick Swaab, del Instituto de Investigaciones cerebrales de la Universidad de ?msterdam, ya hab¨ªa observado un n¨²cleo cerebral (el BNST) cuyo tama?o y n¨²mero de neuronas era diferente en los transexuales y podr¨ªa condicionar su identidad de g¨¦nero. Era el primer indicio de que la transexualidad pod¨ªa tener una base biol¨®gica y ser, por tanto, un fen¨®meno natural, nada de vicio ni de perversi¨®n como algunos hab¨ªan llegado a insinuar. Desde entonces, la investigaci¨®n cient¨ªfica sobre ese fen¨®meno no se ha detenido y Espa?a es puntera en ella.

Antonio Guillam¨®n, psicobi¨®logo de la UNED, es un destacado y reconocido investigador internacional sobre las bases biol¨®gicas de la transexualidad. Junto a Carme Junque y Esther G¨®mez-Gil, de la Universidad de Barcelona, tras a?os de investigaci¨®n experimental y cl¨ªnica, publicaron una excelente revisi¨®n incluyendo trabajo propio y de otros investigadores de diferentes pa¨ªses en la que explican que los transexuales no tratados tienen cerebros con morfolog¨ªas espec¨ªficas, diferentes a las de los hombres o las mujeres heterosexuales. Curiosamente, esas diferencias se han observado especialmente en estructuras de la corteza cerebral implicadas en la percepci¨®n del cuerpo, lo que da a entender que los transexuales podr¨ªan tener tambi¨¦n una percepci¨®n del propio cuerpo diferente a la de los heterosexuales, algo que explicar¨ªa al menos parte de su incongruencia entre identidad de g¨¦nero y sexo.

La influencia de los tratamientos hormonales sobre el cerebro de los transexuales es impresionante, pues cambian considerablemente tanto la sustancia gris, es decir, el n¨²mero de neuronas, como la sustancia blanca, las conexiones entre ellas

Los mismos investigadores sugieren que las diferencias entre transexuales, homosexuales y heterosexuales en el desarrollo de la corteza cerebral podr¨ªan causarlas las hormonas sexuales, andr¨®genos y estr¨®genos, en per¨ªodos cr¨ªticos del desarrollo pre y posnatal o durante la pubertad, es decir, que las hormonas sexuales podr¨ªan influir en la identidad de g¨¦nero de las personas. As¨ª, han observado que la influencia de los tratamientos hormonales sobre el cerebro de los transexuales es impresionante, pues cambian considerablemente tanto la sustancia gris, es decir, el n¨²mero de neuronas, como la sustancia blanca, las conexiones entre ellas. Tampoco dejan de lado una posible influencia gen¨¦tica, pues las observaciones con gemelos, aunque todav¨ªa escasas, muestran que, cuando son monocig¨®ticos y tienen por tanto los mismos genes, si uno de ellos es transexual es m¨¢s alta la probabilidad de que el otro tambi¨¦n lo sea que si son dicig¨®ticos y solo comparten la mitad de los genes.

Ante la constataci¨®n de que los tratamientos hormonales para feminizar el cuerpo de transexuales hombres disminuyen el volumen de estructuras corticales y subcorticales del cerebro y para investigar c¨®mo esos cambios tienen lugar, al equipo de Guillam¨®n y su departamento de la facultad de Psicolog¨ªa de la UNED se han venido sumando en los ¨²ltimos a?os investigadores de otras universidades y centros de investigaci¨®n b¨¢sica y cl¨ªnica espa?oles (Instituto de Investigaciones m¨¦dicas Alberto Sols del CSIC, Universidad de Granada, Universidade da Coru?a, Universidad Aut¨®noma de Madrid, Hospital Cl¨ªnic de Barcelona, IDIBAPS de Barcelona, entre otros), todo un fenomenal y multidisciplinar equipo que ha aportado a la investigaci¨®n nuevos conocimientos, recursos y sofisticadas t¨¦cnicas de an¨¢lisis biol¨®gico y cerebral.

Entre sus recientes logros figura el desarrollo original de un modelo de feminizaci¨®n hormonal en ratas que reproduce los cambios cerebrales observados en transexuales y que, a partir de ahora, va a permitir contrastar los tratamientos hormonales y sus consecuencias positivas y negativas antes de aplicarlos en personas. En ese modelo de roedores, los investigadores ya han podido observar que el tratamiento con hormonas sexuales de las hembras (estr¨®genos) es m¨¢s poderoso para producir los mencionados cambios cerebrales que los tratamientos que anulan las hormonas sexuales de los machos (antiandr¨®genos), resultados muy relevantes para los posibles tratamientos en humanos. Ayudar a las personas transexuales a congraciar su mente con su cuerpo sin sufrir efectos colaterales indeseables de los tratamientos es hoy tambi¨¦n una encomiable tarea de la neurociencia.

Ignacio Morgado Bernal es catedr¨¢tico de Psicobiolog¨ªa en el Instituto de Neurociencias y en la Facultad de Psicolog¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. Autor de ¡®Emociones e inteligencia social: Las claves para una alianza entre los sentimientos y la raz¨®n¡¯ (Ariel, 2017).

Materia gris es un espacio que trata de explicar, de forma accesible, c¨®mo el cerebro crea la mente y controla el comportamiento. Los sentidos, las motivaciones y los sentimientos, el sue?o, el aprendizaje y la memoria, el lenguaje y la consciencia, al igual que sus principales trastornos, ser¨¢n analizados en la convicci¨®n de que saber c¨®mo funcionan equivale a conocernos mejor e incrementar nuestro bienestar y las relaciones con las dem¨¢s personas.

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