Ser creativo permiti¨® sobrevivir al ¡®Homo sapiens¡¯
Un equipo de cient¨ªficos descubre una red de 267 genes responsables de la autoconciencia que no ten¨ªan los neandertales y que aportaron ventajas evolutivas
Lo que los registros arqueol¨®gicos y f¨®siles no han sido capaces de sacar a la luz, lo ha puesto en evidencia la inteligencia artificial y el an¨¢lisis de datos gen¨¦ticos mediante algoritmos. Un equipo liderado por Coral del Val e Igor Zwir, ambos de la Universidad de Granada (UGR), ha realizado una investigaci¨®n que identifica las diferencias de genotipo entre el Homo sapiens, el hombre moderno, el Homo neanderthalensis, el neandertal, y los chimpanc¨¦s. Y la diferencia est¨¢ en un conjunto de 267 genes a cargo de la creatividad y la autoconciencia que los investigadores han calificado como ¡°determinante¡± a la hora de definir la supervivencia de los sapiens frente a los neandertales, desaparecidos hace aproximadamente 40.000 a?os.
El linaje com¨²n del hombre moderno y los neandertales se remonta a 500.000 a?os atr¨¢s. Fue despu¨¦s, hace entre 200.000 y 300.000 a?os, cuando surgieron los neandertales y, despu¨¦s, el Homo sapiens. Estos ¨²ltimos ten¨ªan desde el principio una morfolog¨ªa similar a la actual, frente a los primeros, mucho m¨¢s robustos f¨ªsicamente. Por otro lado, fue en un periodo posterior cuando los sapiens adoptaron el comportamiento humano moderno (sociabilidad, lenguaje, ...). Neandertales y sapiens compartieron un largo periodo sobre la Tierra y llegaron incluso a hibridarse, a mezclarse, hace aproximadamente 100.000 a?os, hasta que 60.000 a?os despu¨¦s unos desaparecieron y los otros sobrevivieron. Una de las razones para esa supervivencia de unos frente a otros es lo que los investigadores y la inteligencia artificial han descubierto: una red de genes a cargo de la creatividad que, en consecuencia, dio a los humanos actuales la capacidad de tener pensamiento abstracto, el deseo de ser sociables y, en definitiva, mayor capacidad de resistencia a las adversidades. Igor Zwir ha calificado la creatividad, en el sentido de su investigaci¨®n, como ¡°el arma secreta del ser humano actual para sobrevivir a los hom¨ªnidos cercanos con los que conviv¨ªa hace tiempo¡±.
Estos genes dieron a los humanos la capacidad de tener pensamiento abstracto, el deseo de ser sociables y mayor capacidad de resistencia a las adversidades
Coral del Val e Igor Zwir trabajan en algoritmos aplicados a la biolog¨ªa y la salud desde 2005, mucho antes de que fuera una uni¨®n bendecida por la comunidad cient¨ªfica. Esos algoritmos les han ofrecido algunos resultados interesantes antes de los de ahora. En 2014, por ejemplo, descubrieron que la esquizofrenia no era una ¨²nica enfermedad, sino un grupo de ocho trastornos gen¨¦ticamente diversos. Posteriormente, les permiti¨® identificar los genes relacionados con el temperamento y el car¨¢cter. Del Val explica que se trata de ¡°un grupo de 972 genes distribuidos en tres redes, con apenas relaci¨®n entre ellas y que han surgido de forma escalonada en la evoluci¨®n de los hom¨ªnidos¡±. La primera red, ¡°la m¨¢s primitiva¡±, dice, ¡°surgi¨® hace 40 millones de a?os y se encarga de dar respuestas emocionales. Regula los impulsos, el aprendizaje de h¨¢bitos, el apego social y la resoluci¨®n de conflictos¡±. Esa es compartida por chimpanc¨¦s, neandertales y los humanos actuales.
La segunda red, que aparece hace dos millones de a?os, ya presenta diferencias entre esos tres grupos. ¡°Se encuentra a cargo del autocontrol y est¨¢ relacionada con la cooperaci¨®n para el beneficio mutuo¡±, contin¨²a Del Val. La tercera red, surgida hace unos 100.000 a?os, es exclusiva del Homo sapiens. Son 267 genes que, seg¨²n Del Val, ¡°dotaron de pensamiento abstracto a los sapiens, lo que, entre otras cosas, les da mayor capacidad de resistencia ante la incertidumbre. Tambi¨¦n esos genes lo hicieron m¨¢s sociable¡±. Estos genes creativos, ha explicado desde Alemania, donde se encuentra investigando ahora, son ¡°reguladores, y se encuentran en regiones del cerebro reconocidas por su relaci¨®n con la creatividad y la salud¡±. Esta red de apenas 300 genes es una m¨ªnima parte de los aproximadamente 30.000, ¡°seg¨²n el m¨¦todo de contabilizaci¨®n¡±, aclara Del Val, que tiene el ser humano.
La sociabilidad, contin¨²a la investigadora, ¡°es una fuerte ventaja cognitiva; por ejemplo, genera grupos de convivencia m¨¢s grandes y dota a los j¨®venes y adolescentes de m¨¢s tiempo y posibilidades para aprender unos de otros¡±. A partir de ah¨ª surge, adem¨¢s, ¡°el deseo de cooperaci¨®n y el altruismo que, finalmente, traen consigo una importante innovaci¨®n tecnol¨®gica¡±. Del Val recuerda que los neandertales ya ten¨ªan cierta tecnolog¨ªa, pero que el salto que se dio en este ¨¢mbito con el Homo sapiens es ¡°impresionante¡±. Estos genes no solo dispararon la creatividad, sino que incrementaron la resiliencia y fomentaron el pensamiento divergente, un medio de resoluci¨®n de problemas que permite encontrar varias opciones diferentes, a trav¨¦s de conexiones intuitivas entre lo que podr¨ªan considerarse pensamientos aislados para, finalmente, seleccionar una de esas soluciones. Tambi¨¦n proporcion¨®, seg¨²n los investigadores, mayor aptitud f¨ªsica, entendida como mayor resistencia al envejecimiento, a las lesiones y a las enfermedades.
El grupo de investigadores liderados por Coral del Val e Igor Zwir est¨¢ compuesto por otros cient¨ªficos de la Universidad de Granada adem¨¢s de, entre otros, por Ian Tattersall, paleobi¨®logo del Museo Estadounidense de Historia Natural y uno de los grandes especialistas mundiales en neandertales; y por C. R. Cloninger, psiquiatra y genetista autor del test de temperamento y car¨¢cter m¨¢s utilizado para evaluar esos dos factores. Los investigadores han recurrido a bases de genomas abiertas y han usado muestras gen¨®micas de m¨¢s de 2.000 individuos actuales, de diferentes nacionalidades y culturas ¨Dpara evitar sesgos culturales y ambientales en las muestras¨D; as¨ª como diversos genomas de neandertales del Instituto Max Plank, y de chimpanc¨¦s, a trav¨¦s de las bases de datos abiertas. La investigaci¨®n est¨¢ publicada en la revista Molecular Psychiatry, del grupo Nature, entre las 10 primeras en el ranking de publicaciones cient¨ªficas en el ¨¢mbito de la psiquiatr¨ªa, la salud mental y la neurociencia molecular y celular.
Puedes seguir a MATERIA en Facebook, Twitter e Instagram, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.