El sentido del bienestar corporal
En la cincuentena empieza a cambiar el sentido interoceptivo, el del estado f¨ªsico de nuestro cuerpo
Cuando somos j¨®venes y estamos sanos todo suele funcionar bien en nuestro organismo; nos sentimos a gusto con nuestro cuerpo y vivimos con la aparente sensaci¨®n de que ese confort lo tenemos garantizado de por vida. Pero al llegar a una edad en torno a los cincuenta a?os, las cosas cambian y muchas personas empiezan a quejarse de lo inc¨®modos que se han vuelto ciertos muebles de la casa, particularmente los sillones o los colchones, por lo que se aprestan a cambiarlos. En realidad, lo que est¨¢ empezando a cambiar a esa edad no tienen por qu¨¦ ser los muebles, sino el sentido interoceptivo, el sentido del estado f¨ªsico de nuestro cuerpo.
Para entender c¨®mo funciona tenemos que pensar en lo diferente que nos sentimos cuando estamos c¨®modos en una determinada posici¨®n o inc¨®modos en otra, descansados despu¨¦s de una pl¨¢cida noche de sue?o o cansados despu¨¦s de haber realizado un ejercicio f¨ªsico intenso. Tampoco nos sentimos igual si apenas bebimos en la fiesta o la cena del d¨ªa anterior que cuando estamos soportando la resaca de un exceso de alcohol en sangre. Con todo, y dejando aparte las situaciones de dolor, el sentimiento corporal m¨¢s desagradable lo padecemos cuando estamos enfermos y tenemos fiebre. Es entonces cuando nos damos cuenta de lo que es el sentido interoceptivo y de que el bienestar general que nos proporciona cuando somos j¨®venes est¨¢ entre las ¨²ltimas cosas que desear¨ªamos perder en la vida, por encima incluso de otros sentidos tan apreciados como la visi¨®n o la audici¨®n.
Como todos los sentidos, el interoceptivo radica en el cerebro, particularmente en la corteza insular, un territorio sumergido en un plegamiento del l¨®bulo temporal. Sus neuronas son las que hacen que en cada momento sintamos c¨®mo est¨¢ nuestro cuerpo, el grado de bienestar o de malestar que tenemos. Es por tanto una regi¨®n del cerebro muy importante para la calidad de vida. A ella, a trav¨¦s de nervios especiales, como el vago, que recorre todo el interior del cuerpo, llega informaci¨®n de las v¨ªsceras, es decir, del coraz¨®n, los pulmones, los ri?ones o el sistema digestivo, y es esa la informaci¨®n principal con la que el cerebro crea el estado del cuerpo que sentimos en cada momento. El interoceptivo es, por tanto, un sentido visceral, un sentido que se origina en el interior del cuerpo y que, con el paso de los a?os, puede reflejar tambi¨¦n los cambios o desgastes que tienen lugar en el mismo.
Buena parte de la vida de las personas mayores conlleva un esfuerzo permanente para tratar de mantener o recuperar esa sensaci¨®n de bienestar f¨ªsico que el sentido interoceptivo nos proporciona mientras somos j¨®venes
Otra de las importantes funciones del sentido visceral interoceptivo es determinar y dar fuerza a las emociones y a los diferentes estados de ¨¢nimo y disposici¨®n de las personas. Las emociones no son otra cosa que un conjunto de reacciones viscerales y som¨¢ticas en general, y los sentimientos son m¨¢s una ilusi¨®n que una realidad si no se acompa?an de esas percepciones que nos aporta el sentido interoceptivo. Tanto es as¨ª, que el cerebro utiliza las sensaciones provenientes del interior del cuerpo como una vara de medir para determinar la fuerza de los sentimientos y tomar decisiones bas¨¢ndonos en esa fuerza. A eso precisamente se refiere el neuropsic¨®logo Antonio Damasio con su conocida teor¨ªa de los marcadores som¨¢ticos.
Pero la m¨¢s especial de las funciones del sentido interoceptivo no la conocimos hasta que la neurociencia descubri¨® que las neuronas de la parte anterior de la corteza insular en el hemisferio derecho del cerebro contienen adem¨¢s una representaci¨®n de la representaci¨®n del estado fisiol¨®gico del cuerpo que hay en la parte posterior de la misma. Es decir, las neuronas de la parte anterior de la corteza insular funcionan como un espejo de su parte posterior, representando lo ya representado en ella. Una metarrepresentaci¨®n, en definitiva, que resulta necesaria para tener autoconsciencia corporal y sentir que sentimos, para crear la impresi¨®n de que los sentimientos corporales son de uno mismo, los tengo yo, son m¨ªos.
Todo lo anterior hace del sentido interoceptivo uno de los m¨¢s importantes que tenemos y un determinante cr¨ªtico del comportamiento humano, por lo que quiz¨¢ no resulta exagerado constatar que buena parte de la vida de las personas mayores conlleva, sin que a veces lo noten, un esfuerzo permanente para tratar de mantener o recuperar por todos los modos posibles (tratamientos m¨¦dicos y psicol¨®gicos, ejercicio f¨ªsico, alimentaci¨®n, meditaci¨®n, mindfullness...) esa sensaci¨®n de bienestar f¨ªsico que el sentido interoceptivo nos proporciona mientras somos j¨®venes.
Ignacio Morgado Bernal es catedr¨¢tico de psicobiolog¨ªa en el Instituto de Neurociencias y en la Facultad de Psicolog¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. Autor de ¡°Los sentidos: C¨®mo percibimos el mundo¡±. Barcelona: Ariel, 2021.
Materia gris es un espacio que trata de explicar, de forma accesible, c¨®mo el cerebro crea la mente y controla el comportamiento. Los sentidos, las motivaciones y los sentimientos, el sue?o, el aprendizaje y la memoria, el lenguaje y la consciencia, al igual que sus principales trastornos, ser¨¢n analizados en la convicci¨®n de que saber c¨®mo funcionan equivale a conocernos mejor e incrementar nuestro bienestar y las relaciones con las dem¨¢s personas.
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