Emiliano Aguirre, figura clave de la paleontolog¨ªa humana
El descubridor del yacimiento de Atapuerca y fallecido el lunes fue distinguido por su indiscutida contribuci¨®n al desarrollo de la ciencia en Espa?a
La paleontolog¨ªa espa?ola est¨¢ de luto, se nos ha ido Emiliano Aguirre, figura de talla extraordinaria, conocido como el padre de Atapuerca. De trayectoria larga y diversa, su indiscutida contribuci¨®n al desarrollo de la ciencia en Espa?a le vali¨® el reconocimiento un¨¢nime en forma de premios y distinciones. Y los que hemos tenido el placer de trabajar con ¨¦l nos hemos beneficiado de su inagotable energ¨ªa, conocimientos, ¨¢nimo y generosidad acad¨¦mica.
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La paleontolog¨ªa espa?ola est¨¢ de luto, se nos ha ido Emiliano Aguirre, figura de talla extraordinaria, conocido como el padre de Atapuerca. De trayectoria larga y diversa, su indiscutida contribuci¨®n al desarrollo de la ciencia en Espa?a le vali¨® el reconocimiento un¨¢nime en forma de premios y distinciones. Y los que hemos tenido el placer de trabajar con ¨¦l nos hemos beneficiado de su inagotable energ¨ªa, conocimientos, ¨¢nimo y generosidad acad¨¦mica.
Emiliano Aguirre Enr¨ªquez naci¨® en Ferrol, Espa?a. Al terminar el bachillerato ingres¨® en la Compa?¨ªa de Jes¨²s en 1942, en la que adquiri¨® una s¨®lida formaci¨®n en humanidades. Su licenciatura en Ciencias Naturales la obtuvo en la Universidad Complutense de Madrid en 1955. Posteriormente se doctor¨® en la misma universidad con el estudio de la morfometr¨ªa dental de los elefantes f¨®siles. Aguirre fue catedr¨¢tico de Paleontolog¨ªa en la Universidad de Zaragoza (1978-1982) y en la Universidad Complutense (1982-1984), antes de ocupar una plaza de Profesor de Investigaci¨®n en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid (CSIC) (1984-1990). Desde el a?o 2000 fue miembro ordinario de la Real Academia Espa?ola de Matem¨¢ticas, F¨ªsica y Ciencias Naturales. Impulsor de la investigaci¨®n paleontol¨®gica y devoto del estudio de la evoluci¨®n humana, su trabajo debe entenderse en el contexto pol¨ªtico de la historia reciente de Espa?a.
Impulsor de la investigaci¨®n paleontol¨®gica y devoto del estudio de la evoluci¨®n humana, su trabajo debe entenderse en el contexto pol¨ªtico de la historia reciente de Espa?a.
Durante los primeros a?os de su carrera (finales de la d¨¦cada de 1950 y 1960), Aguirre promovi¨® incansablemente conferencias, reuniones cient¨ªficas y publicaciones sobre la evoluci¨®n, en una ¨¦poca en la que el r¨¦gimen franquista, que propugnaba el nacionalcatolicismo, dificultaba el avance de cualquier estudio sobre la evoluci¨®n, y menos a¨²n sobre la evoluci¨®n humana. Sin embargo, Aguirre, como miembro de la Compa?¨ªa de Jes¨²s (1942-1974), pudo ¡°trabajar desde dentro¡± e impulsar estudios sobre la historia natural humana, siguiendo los pasos de otro gran paleont¨®logo de mam¨ªferos, Miquel Crusanfont. Emiliano ¨Ccomo as¨ª le llam¨¢bamos todos¨C excav¨® numerosos yacimientos del Ne¨®geno, Pleistoceno y Holoceno tanto en Espa?a como en el extranjero.
Entre 1961 y 1963 trabaj¨® con Clark Howell en los yacimientos del Pleistoceno medio de Torralba y Ambrona (Espa?a), implementando nuevas metodolog¨ªas multidisciplinares en su trabajo de campo. En 1963 particip¨® en la Misi¨®n Espa?ola de Salvamento Arqueol¨®gico en Nubia, que supuso el estudio de los restos humanos de la necr¨®polis de Argin (Sud¨¢n). Durante 1968 se le concedi¨® una beca posdoctoral de la Fundaci¨®n Wenner-Gren para el estudio de los f¨®siles de hom¨ªnidos en Sud¨¢frica, y para realizar prospecciones en las colinas de Tuben (Kenia) en el marco de un proyecto con Louis Leakey. As¨ª, en una ¨¦poca en la que pocos cient¨ªficos espa?oles viajaban al extranjero, Emiliano se dedic¨® a establecer contactos con los grandes nombres de la paleontolog¨ªa mundial. En 1974, un a?o trascendental, Emiliano obtuvo una plaza de investigador en el CSIC y dej¨® la Compa?¨ªa de Jes¨²s. En 1975 se cas¨® con Carmen Bule. De especial importancia en la carrera de Aguirre fue, sin duda, el Proyecto Atapuerca, que dise?¨® y dirigi¨® desde sus inicios en 1978 hasta 1990, cuando se jubil¨®. Junto con todo el equipo investigador, Aguirre recibi¨® el Premio Pr¨ªncipe de Asturias de Ciencia y Tecnolog¨ªa en 1997 y en noviembre de 2000 el complejo de Atapuerca fue declarado Patrimonio de la Humanidad.
Emiliano Aguirre ha sido el gran art¨ªfice de la superaci¨®n de los factores limitantes de la paleontolog¨ªa humana en Espa?a: el manido retraso de la ciencia en nuestro pa¨ªs, la secular ausencia de f¨®siles humanos y el antagonismo ideol¨®gico secular entre el creacionismo y la interpretaci¨®n materialista de la evoluci¨®n humana
Pero la talla de Aguirre adquiere su dimensi¨®n desde una perspectiva hist¨®rica. Emiliano Aguirre ha sido el gran art¨ªfice de la superaci¨®n de los factores limitantes de la paleontolog¨ªa humana en Espa?a: el manido retraso de la ciencia en nuestro pa¨ªs, la secular ausencia de f¨®siles humanos y el antagonismo ideol¨®gico secular entre el creacionismo y la interpretaci¨®n materialista de la evoluci¨®n humana. Empezando por el ¨²ltimo, Emiliano siempre sostuvo un proceso evolutivo para explicar al ser humano, dejando para una esfera m¨¢s ¨ªntima las creencias personales. La educaci¨®n cat¨®lica de Aguirre no limit¨® su forma de pensar, y siempre traslad¨® a sus numerosos disc¨ªpulos una actitud cr¨ªtica basada en el examen de las pruebas cient¨ªficas disponibles.
En lo tocante a la carencia de f¨®siles humanos en Espa?a, Aguirre puso en marcha el mecanismo m¨¢s espectacular de la ciencia espa?ola en las ciencias del Cuaternario -el proyecto Atapuerca- y con ¨¦l los cimientos de un edificio cient¨ªfico y patrimonial de primer orden. Pero quiz¨¢ a¨²n m¨¢s importante fue su actitud respecto al manido retraso de nuestra ciencia. Ante el hallazgo de los primeros restos humanos de Atapuerca, y ante el desierto de especialistas en paleoantropolog¨ªa, cab¨ªan dos posibilidades: dar a estudiar tan valioso patrimonio a especialistas de otros pa¨ªses o formar a un grupo de estudiantes que se encargaran de ello. Y en esto Emiliano apost¨® duro, y con riesgo, por la formaci¨®n de especialistas desde la cantera. Y vaya si lo consigui¨®. Sin la figura de Emiliano Aguirre no se puede concebir el estudio de la evoluci¨®n humana en Espa?a.
Antonio Rosas Gonz¨¢lez es profesor de Investigaci¨®n del CSIC y miembro del grupo de Paleoantropolog¨ªa MNCN-CSIC
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