El patriarca de los vulcan¨®logos se reencuentra con su leviat¨¢n
El octogenario Juan Carlos Carracedo se enfrenta a la nueva erupci¨®n de La Palma, medio siglo despu¨¦s de estar a punto de morir en el estallido del Tenegu¨ªa
¡°?Por all¨ª resopla!¡±, exclama el octogenario vulcan¨®logo Juan Carlos Carracedo al contemplar en el horizonte la columna de cenizas del nuevo volc¨¢n de La Palma. Es el mismo grito de guerra que profer¨ªa el legendario capit¨¢n Ahab al avistar el chorro de Moby Dick, en su obsesiva persecuci¨®n por los oc¨¦anos. El leviat¨¢n de Carracedo es Cumbre Vieja, una monumental cordillera llena de puertas al infierno que se han ido abriendo una tras otra en los ¨²ltimos milenios. Al igual que Mo...
¡°?Por all¨ª resopla!¡±, exclama el octogenario vulcan¨®logo Juan Carlos Carracedo al contemplar en el horizonte la columna de cenizas del nuevo volc¨¢n de La Palma. Es el mismo grito de guerra que profer¨ªa el legendario capit¨¢n Ahab al avistar el chorro de Moby Dick, en su obsesiva persecuci¨®n por los oc¨¦anos. El leviat¨¢n de Carracedo es Cumbre Vieja, una monumental cordillera llena de puertas al infierno que se han ido abriendo una tras otra en los ¨²ltimos milenios. Al igual que Moby Dick arranc¨® de cuajo la pierna del capit¨¢n ballenero, Cumbre Vieja casi siega la vida del vulcan¨®logo. ¡°Hace 50 a?os estuvimos a punto de morir aqu¨ª¡±, recuerda el investigador, erguido sobre la que pudo ser su tumba de lava.
Carracedo lleg¨® por primera vez a Cumbre Vieja hace medio siglo, a finales de octubre de 1971. Una estaci¨®n esp¨ªa estadounidense, ubicada en la isla canaria para vigilar los submarinos sovi¨¦ticos, hab¨ªa detectado unos temblores que anunciaban una inminente erupci¨®n volc¨¢nica. El 26 de octubre, en efecto, surgi¨® entre estruendosas explosiones un nuevo volc¨¢n: el Tenegu¨ªa. Un documental del NO-DO franquista acompa?¨® a un joven y espigado Juan Carlos Carracedo recogiendo lava en mangas de camisa y rodeado de nubes t¨®xicas sin m¨¢scara antig¨¢s. ¡°Era una Espa?a tercermundista¡±, sostiene el investigador. Las im¨¢genes muestran a los vulcan¨®logos a la carrera, bajo una lluvia de fragmentos de lava. ¡°En aquella ¨¦poca yo todav¨ªa pod¨ªa correr¡±, bromea.
El cient¨ªfico recuerda entre carcajadas una an¨¦cdota en plena erupci¨®n del Tenegu¨ªa. Los periodistas del noticiero franquista se acercaron con el micr¨®fono a los vulcan¨®logos. ¡°Yo, que era un joven ¨¢vido por parecer que sab¨ªa mucho, solt¨¦ un rollo sobre basanitas, piroclastos, etc¨¦tera¡±, relata el investigador. Los reporteros, abrumados por el galimat¨ªas, interrogaron entonces al sacerdote del pueblo, que se encontraba a su lado. ¡°El cura dijo que Dios estaba en el cielo vigilando para que no les pasara nada¡±, rememora Carracedo. Finalmente, los informadores le dieron la palabra al agricultor que hab¨ªa visto brotar el primer chorro de lava. Tras un rato pensativo, el paisano proclam¨®: ¡°Me parece que estos vulcan¨®logos saben tanto de lo que pasa ah¨ª abajo como el cura de lo que pasa ah¨ª arriba¡±.
Carracedo sabe ahora algo m¨¢s que hace medio siglo sobre lo que pasa ah¨ª abajo. El cient¨ªfico, un riojano que acaba de cumplir 80 a?os, es uno de los mayores expertos en este laberinto de magma. Dirigi¨® la Estaci¨®n Volcanol¨®gica de Canarias entre 1987 y 2011 y sigue investigando en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Cuando present¨® uno de sus libros sobre la geolog¨ªa de las islas en 2013, vaticin¨® que la siguiente erupci¨®n ocurrir¨ªa en Cumbre Vieja. ¡°No soy ning¨²n cham¨¢n, solo hice una previsi¨®n estad¨ªstica¡±, afirma.
La dorsal lleva 140.000 a?os de continuas erupciones volc¨¢nicasJuan Carlos Carracedo, vulcan¨®logo
El veterano vulcan¨®logo ha regresado con EL PA?S al lugar en el que estuvo a punto de morir hace medio siglo. Pasea sobre lo que entonces eran los r¨ªos de lava del Tenegu¨ªa. ¡°Si hubi¨¦ramos estado aqu¨ª mismo hace 50 a?os, nos habr¨ªa matado r¨¢pidamente una de las bombas incandescentes que ca¨ªan¡±, advierte. Hab¨ªa, adem¨¢s, un asesino invisible. El di¨®xido de carbono, emitido a espuertas por el volc¨¢n, se acumulaba en algunas zonas, desplazando el ox¨ªgeno. ¡°Estuvimos a punto de morir de asfixia, como les ocurri¨® desgraciadamente a un fot¨®grafo y a un pescador en esta misma zona de la isla¡±, lamenta el cient¨ªfico. Los fallecidos en el Tenegu¨ªa fueron Heriberto Felipe Hern¨¢ndez, de 43 a?os, y Juan Acosta, de 37. El dios que mencionaba el cura no estaba all¨ª para protegerlos.
Medio siglo despu¨¦s, Carracedo sigue investigando las puertas del infierno de la isla de La Palma. ¡°Cumbre Vieja podr¨ªa ser mi Moby Dick, pero no exactamente como el capit¨¢n Ahab, que ten¨ªa un duelo a muerte con el animal¡±, argumenta el cient¨ªfico. ¡°Para m¨ª, Cumbre Vieja es un aspecto positivo en mi carrera, en mi vida, y creo que es positivo en s¨ªntesis para todo el archipi¨¦lago, aunque ahora est¨¦ ocasionando verdaderas tragedias humanas¡±, opina. El duelo contra Cumbre Vieja est¨¢ perdido de antemano. ¡°La dorsal lleva 140.000 a?os de continuas erupciones volc¨¢nicas¡±, explica.
Carracedo defiende los volcanes con entusiasmo, pese a haber estado a punto de perecer en uno de ellos. ¡°A los volcanes les debemos much¨ªsimas cosas. Les debemos la atm¨®sfera terrestre. Les debemos la vida. El origen de la vida habr¨ªa sido imposible sin los volcanes¡±, subraya el investigador. Hace unos 2.500 millones de a?os, las erupciones y las bacterias productoras de ox¨ªgeno convirtieron un planeta hostil en lo que acab¨® siendo el hogar de la humanidad. Carracedo recalca que las propias Canarias no existir¨ªan sin los volcanes. El cient¨ªfico es uno de los padres de la teor¨ªa de que una especie de manga pastelera de magma ¡ªsurgida de un ¡°punto caliente¡± en el manto terrestre a m¨¢s de 2.000 kil¨®metros de profundidad¡ª ha ido formando las islas de este a oeste, empezando por Lanzarote hace 20 millones de a?os y acabando con El Hierro y La Palma, donde ahora se concentra la actividad volc¨¢nica.
El origen de la vida habr¨ªa sido imposible sin los volcanesJuan Carlos Carracedo, vulcan¨®logo
Carracedo reconoce la ¡°fascinaci¨®n¡± que producen las erupciones, aunque asegura que los vulcan¨®logos las observan ¡°como un m¨¦dico mira una apendicitis¡±. En este medio siglo, el experto ha explorado una veintena de volcanes activos, como el hawaiano Kilauea y el island¨¦s Eyjafjallaj?kull. En 1985, particip¨® en la misi¨®n de vigilancia tras la horrorosa erupci¨®n del Nevado del Ruiz, que sepult¨® la poblaci¨®n colombiana de Armero, dejando m¨¢s de 22.000 muertos, entre ellos la ni?a Omayra S¨¢nchez, s¨ªmbolo de la tragedia. ¡°Lo ¨²nico que qued¨® del pueblo fue la caja fuerte del banco¡±, rememora el cient¨ªfico.
El investigador advierte de que los volcanes hicieron posible la vida humana, pero tambi¨¦n pueden provocar una gran extinci¨®n. ¡°Hay supervolcanes, como los de Yellowstone, en EE UU, y los Campos Fl¨¦greos, en Italia, que podr¨ªan ocasionar una cat¨¢strofe global, con hambrunas y la destrucci¨®n de tierras de cultivo. Producir¨ªan ese cambio clim¨¢tico que todos tememos, pero al rev¨¦s: ser¨ªa un invierno que durar¨ªa muchos a?os¡±, alerta. Algunos expertos han lanzado la controvertida teor¨ªa de que una erupci¨®n en los Campos Fl¨¦greos, cerca de N¨¢poles, ayud¨® a la extinci¨®n de los neandertales hace unos 40.000 a?os.
Carracedo recuerda el papel protagonista, y muchas veces desconocido, que han tenido los volcanes en la historia humana. ¡°El volc¨¢n island¨¦s Laki, en 1783, emiti¨® tal cantidad de ceniza que produjo un invierno que dur¨® varios a?os y provoc¨® una hambruna que se cree que fue el desencadenante de la Revoluci¨®n Francesa¡±, se?ala el vulcan¨®logo.
El investigador camina con parsimonia por la tranquila carretera del sur de La Palma, una v¨ªa reconstruida sobre la erupci¨®n del Tenegu¨ªa. Aqu¨ª se intuye el pasado, pero tambi¨¦n el futuro. As¨ª ser¨¢ en unos a?os lo que hoy son los r¨ªos de lava del nuevo volc¨¢n de la isla. El vulcan¨®logo entra en un invernadero con plataneras cubiertas por ceniza volc¨¢nica de la actual erupci¨®n. ¡°Aunque parezca mentira, aqu¨ª estamos directamente sobre una colada de 1971, lo que pasa es que han tra¨ªdo tierra de otras partes de la isla, han creado un suelo artificial y ahora tenemos una plantaci¨®n de pl¨¢tano, que es una fruta tropical que constituye casi el 50% del producto interior bruto de la isla¡±, explica. ¡°Los canarios han sabido aprovechar la actividad volc¨¢nica de las islas¡±.
El octogenario cient¨ªfico muestra una fotograf¨ªa de ¨¦l mismo exactamente en el mismo lugar, en 1971. ¡°Yo entonces era un chico joven, con 30 a?os, lleno de ilusiones y con muy pocos conocimientos, que he ido adquiriendo a lo largo de este medio siglo. Me siento muy satisfecho de haber empezado con la erupci¨®n del Tenegu¨ªa y terminar ahora con una erupci¨®n en 2021¡å, afirma. ¡°Espero que todav¨ªa me quede m¨¢s tiempo para disfrutar de los volcanes¡±, dice mirando a su leviat¨¢n. ¡°Me sobran 50 a?os¡±, a?ade sonriendo.
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