En la boca del infierno de La Palma
El ge¨®logo Ra¨²l P¨¦rez, acompa?ado por militares de ¨¦lite, protagoniza arriesgadas expediciones a la ¡®zona de guerra¡¯ del volc¨¢n para intentar predecir su comportamiento
El ge¨®logo Ra¨²l P¨¦rez jam¨¢s olvidar¨¢ la madrugada del 1 de octubre, cuando se acerc¨® con dos militares a las fauces del volc¨¢n de La Palma para tomar muestras de lava. Eran las dos de la ma?ana. Aquella noche, el equipo hab¨ªa entrado a bordo de un veh¨ªculo de la Unidad Militar de Emergencias en la llamada ¡°zona de guerra¡±, a unos 650 metros de la boca principal del volc¨¢n. El investigador recuerda el ruido ¡°atronador¡± y ¡°los torbellinos de ceniza y de aire caliente¡± que golpeaban a los tres hombres, rodeados de lava con temperaturas de m¨¢s de 600 grados. ¡°Se nos abri¨® una boca eruptiva debajo de nuestros pies¡±, rememora el cient¨ªfico, del Instituto Geol¨®gico y Minero de Espa?a (IGME).
P¨¦rez lleg¨® a la isla canaria el 21 de septiembre, con la arriesgada misi¨®n de recoger muestras en primera l¨ªnea, para intentar comprender la erupci¨®n y que las autoridades puedan anticiparse al volc¨¢n. ¡°Nuestro trabajo es evitar movimientos imprevistos que puedan afectar a la poblaci¨®n. Eso es lo que hemos venido a hacer aqu¨ª¡±, sentencia. El ge¨®logo, nacido en Madrid hace 54 a?os, evoca el ¡°estremecimiento¡± que sinti¨® la primera noche que se acerc¨® a los r¨ªos de lava. ¡°S¨ª tengo la sensaci¨®n de que estamos haciendo algo peligroso y de que nos podemos estar jugando la vida¡±, reconoce.
Se nos abri¨® una boca eruptiva debajo de nuestros piesRa¨²l P¨¦rez, ge¨®logo
El investigador pertenece a la Unidad de Respuesta Geol¨®gica de Emergencia, un equipo del IGME que se desplaza a cat¨¢strofes naturales, sobre todo a terremotos e inundaciones, para ayudar en la gesti¨®n de los desastres. P¨¦rez muestra en su tel¨¦fono m¨®vil los v¨ªdeos que ha grabado estas noches en la zona de guerra del volc¨¢n. En uno de ellos, en la orilla de una colada y bajo una lluvia de fragmentos de lava cada vez m¨¢s grandes, se oye al ge¨®logo alertar a sus dos compa?eros militares: ¡°?Nos vamos a ir pero ya!¡±.
¡°La Unidad Militar de Emergencias lleva sensores de guerra qu¨ªmica, para detectar atm¨®sferas que puedan ser t¨®xicas, sin ox¨ªgeno o corrosivas. Y eso es exactamente lo que provoca un volc¨¢n. Por eso lo llamamos zona de guerra¡±, explica P¨¦rez. El ge¨®logo est¨¢ curtido en misiones temibles. En 2015 lider¨® una expedici¨®n cient¨ªfica al agujero m¨¢s profundo de Espa?a ¡ªla sima asturiana del Cerro del Cuev¨®n, con 1.600 metros de profundidad¡ª para investigar los terremotos. El a?o siguiente, se adentr¨® en una cueva soriana, la CJ-3, que de repente se hab¨ªa quedado sin ox¨ªgeno y se hab¨ªa vuelto letal.
El entorno del volc¨¢n de La Palma es apocal¨ªptico, con barrios enteros evacuados o sepultados por la lava. La madrugada del 1 de octubre, P¨¦rez penetr¨® en la zona de guerra por un puesto de control de la Guardia Civil denominado Lima Papa 212, situado junto a la iglesia de Tajuya, un templo que se mantiene abierto por las noches, bajo la espeluznante luz de las erupciones. Era un buen momento para acercarse a la boca del volc¨¢n. El monstruo parec¨ªa tranquilo. ¡°Buscamos d¨ªas con una actividad m¨¢s sosegada, para que el peligro de ser alcanzados por una bomba de escoria pirocl¨¢stica sea menor¡±, se?ala P¨¦rez. Su misi¨®n era adentrarse en aquel infierno y sacar de all¨ª pedazos de ¡°lava fr¨ªa¡±, a m¨¢s de 600 grados. ¡°Yo estaba nervioso por tomar las muestras que ten¨ªa que tomar y hacerlo bien, para intentar no volver¡±, recuerda el ge¨®logo.
El cient¨ªfico y los dos militares escucharon una explosi¨®n, ¡°un sonido sordo¡±, acompa?ado por una extra?a nube negra en forma de hongo. Se acercaron a inspeccionar, inquietos por la posibilidad de que una nueva colada de lava afectase a casas no evacuadas. ¡°Est¨¢bamos obsesionados con avisar para que los del puesto de mando avanzado tomasen todas las medidas si fuera el caso¡±, recuerda. Fue entonces cuando el suelo empez¨® a abrirse a menos de 30 metros de sus pies. La lava l¨ªquida comenz¨® a brotar a borbotones por dos nuevas bocas, de unos cinco metros de di¨¢metro cada una.
¡°Con el an¨¢lisis de las muestras de las coladas podemos aprender c¨®mo est¨¢ evolucionando en profundidad la c¨¢mara magm¨¢tica. Cada vez que sale material fuera nos da informaci¨®n de lo que hay dentro¡±, apunta P¨¦rez. Los primeros an¨¢lisis sugieren que predominan las basanitas, un tipo de roca propio de flujos de lava menos viscosos y, por lo tanto, m¨¢s r¨¢pidos. Es una buena noticia: a menor viscosidad, menor explosividad. ¡°La gran pregunta es cu¨¢ndo va a acabar la erupci¨®n¡±, subraya el ge¨®logo.
Ra¨²l P¨¦rez, cubierto con un mono ign¨ªfugo, se r¨ªe cuando piensa en la imagen sopor¨ªfera que tiene su disciplina para algunos estudiantes. ¡°A aquellos j¨®venes que creen que la geolog¨ªa es una asignatura aburrida, que es una ciencia que no tiene inter¨¦s, les dir¨ªa que aqu¨ª tienen un ejemplo de lo fascinante que puede ser estudiar el centro de la Tierra¡±, proclama mientras se pone la m¨¢scara antig¨¢s y camina para ir, una noche m¨¢s, a la boca del infierno.
Puedes escribirnos a manuel@esmateria.com o seguir a MATERIA en Facebook, Twitter, Instagram o suscribirte aqu¨ª a nuestra newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.