La medusa que sobrevivir¨¢ a las peores condiciones del cambio clim¨¢tico
La ¡®Cotylorhiza tuberculata¡¯, una de las especies m¨¢s abundantes del Mediterr¨¢neo, es capaz de adaptarse a aguas con temperaturas de hasta 30 grados y modificaciones en la acidez
Mediterr¨¢neo dentro de 80 a?os. El agua del mar alcanza una temperatura de 30 grados y la acidez se sit¨²a en un pH de 7,7. Es el peor escenario previsto en el Panel Intergubernamental de Cambio Clim¨¢tico (IPCC). Muchas especies no sobreviven al nuevo entorno, pero una s¨ª: la medusa Cotylorhiza tuberculata, una de las m¨¢s comunes de este mar. Un equipo del Instituto de Ciencias Marinas de Andaluc¨ªa (ICMAN-CSIC), del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), ha sometido a estos ejemplares a estas condiciones y ha analizado su capacidad de adaptaci¨®n. Ang¨¦lica Enrique-Navarro, autora principal del experimento, publicado en PLOS ONE, explica: ¡°La alta tolerancia a los cambios ambientales evidenciada por los p¨®lipos de esta medusa permitir¨¢ a la especie llevar a cabo una aclimataci¨®n gradual a largo plazo, adapt¨¢ndose a las condiciones de temperatura y acidificaci¨®n previstas¡±.
El efecto no ser¨¢ solo una proliferaci¨®n extraordinaria de estas medusas, una circunstancia que se ha convertido en habitual. El problema es que alterar¨¢ el ecosistema. Jamileh Javidpour, profesora de Biolog¨ªa de la Syddansk Universitet (Universidad de Dinamarca del Sur), aclara: ¡°A medida que veamos un aumento en las medusas, sospecho que tambi¨¦n veremos un cambio en las poblaciones de depredadores, especialmente en ¨¢reas donde las abundancias de presas comunes podr¨ªan estar en peligro por un entorno cambiante¡±. Javidpour es autora de una investigaci¨®n centrada en las medusas y publicada en Journal of Plankton Research.
Estos episodios de proliferaci¨®n de medusas y la generalizaci¨®n de los mismos en los peores escenarios del cambio clim¨¢tico se han relacionado con factores como la desproporcionada explotaci¨®n pesquera y la presencia excesiva de nutrientes inorg¨¢nicos procedentes de actividades humanas, adem¨¢s de la alteraci¨®n de la temperatura del mar y su acidez. Estas circunstancias afectan a todas las especies, pero la investigaci¨®n ha demostrado que la Cotylorhiza tuberculata es m¨¢s tolerante y muestra m¨¢s capacidad de adaptaci¨®n, por lo que, seg¨²n la investigadora espa?ola, podr¨ªa conducir a su expansi¨®n como especie m¨¢s oportunista.
Explica Enrique-Navarro que ¡°estas medusas se encuentran entre las m¨¢s resistentes¡±: ¡°Llevan habitando los oc¨¦anos desde hace 500 millones de a?os y se han adaptado a much¨ªsimos cambios desde entonces. Si pierden la competencia de otra fauna marina podr¨ªan convertirse en predominantes y alterar el ecosistema¡±.
Para esa capacidad han desarrollado dos habilidades clave. La primera es que alternan la reproducci¨®n sexual con la asexual. En esta ¨²ltima generan unos peque?os p¨®lipos milim¨¦tricos que se anclan al sustrato marino y generan, por gemaci¨®n (prominencias o yemas del individuo progenitor) clones gen¨¦ticamente id¨¦nticos que dan lugar a peque?as medusas denominadas ¨¦firas. La investigadora explica que, ¡°la alta tolerancia a los cambios ambientales evidenciada por los p¨®lipos de esta medusa permite a la especie llevar a cabo una aclimataci¨®n gradual a largo plazo, adapt¨¢ndose a las condiciones de temperatura y acidificaci¨®n¡±. ¡°Si las condiciones son buenas¡±, a?ade la investigadora, ¡°se reproducen de forma exponencial¡±.
La segunda habilidad fundamental de estos invertebrados marinos es su simbiosis con microalgas conocidas como zooxantelas. Estas, a cambio de la protecci¨®n que le proporcionan las medusas frente a depredadores, modula los efectos negativos del descenso de pH sobre su supervivencia y de la incidencia de los rayos ultravioletas.
Hay otros estudios, seg¨²n relata la investigadora, que a?aden una capacidad m¨¢s para la supervivencia de la especie: un cron¨®metro molecular que se?ala las mejores condiciones de temperatura para procrear.
El experimento
Para llevar a cabo la investigaci¨®n, el equipo de Enrique-Navarro someti¨® durante un mes a los ejemplares de Cotylorhiza tuberculata a tres escenarios: uno con la temperatura media normal del invierno actual en el Mediterr¨¢neo (18 grados), otro con 24 grados y el peor, el que se dar¨¢ en 2100, cuando la temperatura del agua alcanzar¨¢ los 30 grados si se mantienen las condiciones de cambio clim¨¢tico.
A estas condiciones sumaron escenarios diferentes de acidez en el agua. ¡°La mayor¨ªa de estudios que se han hecho en medusas¡±, explica la investigadora, ¡°solamente ten¨ªan en cuenta las consecuencias de la temperatura y quer¨ªamos ver cu¨¢l era el efecto sin¨¦rgico de las dos variables¡±.
Enrique-Navarro resume los resultados: ¡°Indican que la reproducci¨®n asexual de la medusa se mantiene igual y que, en algunos casos, con temperaturas de 30 grados y con la acidificaci¨®n prevista en 2100, incluso era m¨¢s alta¡±. Solo en ocasiones, el calentamiento y la acidificaci¨®n afectaron a la fase de transici¨®n de p¨®lipo a medusa y la formaci¨®n de ¨¦firas, generando malformaciones y comprometiendo su supervivencia¡±. Pero en la mayor¨ªa de los casos, fueron capaces de soportar las condiciones adversas.
El estudio permite comprender de forma m¨¢s precisa los fen¨®menos de proliferaci¨®n de medusas y su respuesta biol¨®gica a las condiciones clim¨¢ticas, adem¨¢s de ayudar a fijarse en estas comunidades como indicadores biol¨®gicos de las condiciones ambientales del mar y permitir establecer medidas.
La afectaci¨®n de la proliferaci¨®n de medusas es inmediata y directa y no solo en el fr¨¢gil equilibrio del ecosistema marino. Seg¨²n resume Gerhard Herndl, profesor del Departamento de Ecolog¨ªa Funcional y Evolutiva de la Universidad de Viena, ¡°las grandes proliferaciones de medusas bloquean las conducciones de las plantas energ¨¦ticas costeras y de desalinizaci¨®n, interfieren con las operaciones de los barcos y causan da?os a las industrias del turismo, la pesca y la acuicultura¡±. Herndl considera importante ¡°comprender completamente el papel y el impacto de estos episodios en el ecosistema marino¡±.
Uno de estos estudios, de los que es coautor Herndl y publicado en Frontiers in Microbiology, incide en qu¨¦ sucede cuando muere ese exceso de medusas, cada vez m¨¢s habitual. Seg¨²n la investigaci¨®n, cuando terminan su ciclo vital, tambi¨¦n generan un ¡°r¨¢pido crecimiento de solo unas pocas cepas de bacterias oportunistas del agua de mar que, a su vez, proporcionar¨¢n alimento a otros animales marinos en la columna de agua¡±. Y concluye: ¡°Hay muchas especies de medusas y otros organismos gelatinosos cuyas proliferaciones pueden causar cambios temporales en la red alimentaria y no todos los ecosistemas donde ocurren son iguales ni pueden soportar las mismas cepas de bacterias¡±.
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