?Pueden ser morales el resto de los animales?
Este debate es filos¨®fico, pero bebe de las evidencias cient¨ªficas que aporta el estudio del comportamiento animal
Recientemente, se ha publicado un libro acad¨¦mico titulado The Oxford Handbook of Moral Psychology, en el que fil¨®sofos y psic¨®logos reflexionan sobre la psicolog¨ªa moral contempor¨¢nea. De los 50 cap¨ªtulos que contiene el libro, uno est¨¢ dedicado al resto de animales. En concreto, aborda la cuesti¨®n de si la moral es una caracter¨ªstica exclusivamente humana, o si tambi¨¦n la podemos encontrar en otras especies. Este es un tema lleno de controversia en el que los fil¨®sofos a¨²n no han alcanzado un consenso. Las autoras del cap¨ªtulo, Susana Mons¨® y Kristin Andrews, especializadas en ¨¦tica y filosof¨ªa animal, apuestan por enfocar el debate desde una perspectiva cient¨ªfica que analice las evidencias existentes sobre el comportamiento animal.
Mons¨® y Andrews abordan una cuesti¨®n que consideran clave: ?Al resto de animales les importan los dem¨¢s? Es decir, ?son capaces de identificar y satisfacer las necesidades de otros individuos? ?Se ven afectados por su desgracia? La empat¨ªa, la compasi¨®n, el dolor y el amor son emociones necesarias en todo ser moral. Para poder contestar a estas preguntas, los et¨®logos han estado buscando tres comportamientos diferentes: el duelo por la muerte, la consolaci¨®n y la ayuda. Hoy en d¨ªa, hay evidencias cient¨ªficas suficientes como para afirmar que ciertas especies muestran alguno de estos comportamientos o incluso los tres.
Para empezar, el duelo por la muerte de un compa?ero se ha descrito en elefantes, primates, perros, cet¨¢ceos, jirafas y pecar¨ªes. De entre todos, posiblemente, los elefantes son los que muestran un comportamiento m¨¢s conmovedor. La organizaci¨®n Save the Elephants estudia el comportamiento de los elefantes de la Reserva Nacional de Samburu. Han identificado individualmente a todos los elefantes de la zona y, desde 1998, registran sus movimientos por GPS. El 11 de octubre de 2003, los miembros de esta organizaci¨®n observaron la muerte de Eleanor, la matriarca de uno de los grupos, documentando el comportamiento y los movimientos de todos los elefantes de la zona. Por ejemplo, narran c¨®mo otra elefanta llamada Maui, se aproxim¨® dudosa al cuerpo de Eleanor, la oli¨® con la trompa y la toc¨®. Seguidamente, apoy¨® su pata derecha sobre el cad¨¢ver y la mene¨® durante unos minutos.
En total, cinco familias visitaron el cuerpo de la matriarca, incluida la suya propia. Lo curioso es que la mayor¨ªa de estas familias no estaban relacionadas con Eleanor, de hecho, es posible que Maui no la conociese porque proven¨ªa de otra zona. Los elefantes se interesan por otros individuos muertos o enfermos, independientemente de su relaci¨®n gen¨¦tica. Explicar este comportamiento desde un punto de vista evolutivo es todo un reto, sobre todo si tenemos en cuenta las enfermedades que se pueden contraer al inspeccionar un cad¨¢ver. Seg¨²n los autores del estudio, esto evidencia que elefantes y humanos compartimos emociones como la compasi¨®n, al igual que un inter¨¦s por la muerte.
En cuanto al comportamiento de consolaci¨®n, se ha documentado en primates, elefantes, cet¨¢ceos, roedores y cuervos, pero el caso que nos toca m¨¢s de cerca es el de los perros. Ya sea por haberlo vivido en persona o por haberlo visto en alg¨²n v¨ªdeo, casi todos conocemos historias en las que un perro consuela a un humano. Pero esto no queda solo en an¨¦cdotas, los estudios cient¨ªficos confirman que estas mascotas son capaces de identificar las emociones humanas y responder acordemente. Por ejemplo, un estudio compar¨® la reacci¨®n de los perros ante un humano llorando y otro que estaba simplemente canturreando, demostrando que pasaban significativamente m¨¢s tiempo tocando y lamiendo al humano que lloraba.
Otro estudio quiso ver si los perros tambi¨¦n se consuelan entre ellos. Realizaron el experimento con 16 perros, a los que llamaremos perros sujeto. Los metieron individualmente en una habitaci¨®n y reprodujeron con un altavoz distintas vocalizaciones. Unas veces se trataba del llanto de un perro familiar, otras de un perro desconocido y otras de un sonido artificial que hac¨ªa de control y era similar a estos llantos. Seguidamente, el perro familiar entraba en la habitaci¨®n y estudiaban la reacci¨®n del perro sujeto. Cuando estos hab¨ªan escuchado el llanto del perro familiar, se mostraban mucho m¨¢s cari?osos con el reci¨¦n llegado que cuando hab¨ªan escuchado a un perro desconocido o el sonido artificial. A s¨ª que, gracias a estas evidencias y otras muchas, los cient¨ªficos pueden concluir que los perros son seres emp¨¢ticos que consuelan a sus amigos.
El ¨²ltimo comportamiento que indica si un individuo se preocupa por otro es el de la ayuda. Como en los casos anteriores, se ha observado en diferentes especies de primates, en perros, en elefantes, en roedores e incluso en palomas. En las historias populares, un animal que se suele lucir por su hero¨ªsmo es el delf¨ªn. Solemos retratarlos como amigos y confidentes, capaces de arriesgar su vida para salvar a los ba?istas de los tiburones y de guiar a barcos perdidos. Lo que la evidencia cient¨ªfica dice hasta ahora es que, por lo menos, s¨ª que ayudan a otros delfines.
En 2012, unos cient¨ªficos de Corea estaban realizando un censo de peque?os cet¨¢ceos en el Mar del Este. De pronto, se percataron de que hab¨ªa algo raro en un grupo de delfines comunes (Delphinus capensis), pues estaban nadando muy juntos cerca de la superficie. Contaron un total de doce delfines, entre los cuales uno de ellos sobresal¨ªa m¨¢s que el resto y se balanceaba sobre el cuerpo de los dem¨¢s. Tristemente, el delf¨ªn estaba enfermo y no logr¨® sobrevivir a pesar de los esfuerzos de sus amigos. Ya se hab¨ªa observado varias veces a madres empujando a sus cr¨ªas hacia la superficie para ayudarles a respirar, pero esta era la primera vez que los cient¨ªficos observaban esto entre delfines adultos. Adem¨¢s de describir con detalle lo ocurrido en un art¨ªculo, los testigos del suceso lo grabaron en un v¨ªdeo que est¨¢ al acceso de todo el mundo.
As¨ª que la conclusi¨®n est¨¢ clara: Hay animales a los que les importan los dem¨¢s. En cuanto a si esto los convierte en seres morales, podemos seguir con el debate. Ante todo, un fil¨®sofo busca hacer buenas preguntas. Quiz¨¢ por eso Mons¨® y Andrews concluyen as¨ª el cap¨ªtulo:
¡°Mientras estemos dispuestos a considerarnos a nosotros mismos morales, creemos que es necesario preguntar: ?Pueden los animales ser tambi¨¦n morales?¡±
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