La raza de los perros no determina su personalidad
El estudio gen¨¦tico de 2.000 ejemplares, cruzado con encuestas a 18.000 due?os, descubre que el comportamiento de cada animal es muy variable y pr¨¢cticamente independiente del tipo de linaje
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No puedes tener un gran dan¨¦s del tama?o de un chihuahua, ni viceversa. Pero s¨ª puedes tener un gran dan¨¦s que se comporte exactamente igual que un chihuahua. Y viceversa. Con esta comparaci¨®n, la investigadora Elinor Karlsson resume su trabajo de los ¨²ltimos a?os, en los que ha estado buscando las bases gen¨¦ticas del comportamiento de los perros. Ahora, junto con su equipo, publica un monumental trabajo en la revista Science con una conclusi¨®n que decepcionar¨¢ a muchos: la raza de un perro no dice mucho sobre su personalidad.
El equipo estudi¨® la gen¨¦tica de m¨¢s de 2.000 perros para tratar de encontrar rasgos de comportamiento ligados a determinados genes, que se cruzaron con las distintas razas de la muestra, tambi¨¦n las de sus ancestros, detectadas gen¨¦ticamente. Los resultados de estas pruebas, que incluyeron datos de 78 razas, identificaron regiones gen¨¦ticas que s¨ª estaban fuertemente asociadas con el comportamiento, pero ninguna era espec¨ªfica de una raza. La variabilidad es tal que los investigadores no pudieron encontrar rasgos de personalidad que fueran exclusivos de ninguna raza.
¡°Los factores de comportamiento muestran una gran variabilidad dentro de las razas, lo que sugiere que aunque la raza puede afectar la probabilidad de que ocurra un comportamiento particular, la raza por s¨ª sola no es, contrariamente a la creencia popular, lo suficientemente informativa como para predecir la disposici¨®n de un individuo¡±, concluyen en su estudio. Hablamos de caracteres como sociabilidad con humanos y con otros perros, agresividad, tendencia a usar juguetes o la docilidad. Adem¨¢s, analizaron los ancestros de perros satos, sin raza, para tirar del hilo gen¨¦tico de los rasgos m¨¢s all¨¢ del pedigr¨ª.

Aunque se crea que tal raza es buena con los ni?os y tal otra es m¨¢s asustadiza, a la hora de la verdad, cuando se adopta un animal es imposible de saber si tendr¨¢ ese car¨¢cter. La raza solo explica el 9% de la variaci¨®n de comportamiento en perros individuales y, para ciertos rasgos, la edad es mejor predictor del comportamiento. Y, adem¨¢s, como se?ala Karlsson, esos estereotipos no son universales: las caracter¨ªsticas que se atribuyen a una raza en EE UU son distintas en Francia.
¡°El comportamiento en los perros, al igual que en los humanos, es complejo, lo que significa que est¨¢ controlado por cambios en muchos, muchos genes diferentes¡±, insiste Karlsson, que recuerda que tambi¨¦n hay un gran componente ambiental. ¡°El entorno materno, la socializaci¨®n temprana, posibles eventos traum¨¢ticos, todo ese tipo de cosas¡±, enumera. Por tanto, desde un punto de vista gen¨¦tico, seleccionar rasgos de comportamiento complejos llevar¨ªa muchos siglos. ¡°La idea de que se habr¨ªan creado en los ¨²ltimos 160 a?os cuando surgieron estas razas no ten¨ªa ning¨²n sentido¡±, asegura.
No son guisantes
Los perros se domesticaron hace unos 15.000 a?os a partir de un ancestro com¨²n compartido con los lobos actuales, probablemente autodomesticados por su inter¨¦s en compartir su vida con los humanos. Fue a partir de ese momento, durante milenios, cuando empezaron a seleccionarse gen¨¦ticamente los rasgos generales que definen a todos los perros: la docilidad, la sociabilidad con las personas, la capacidad de interactuar recogiendo un objeto o mirando hacia donde indica el due?o.
Pero solo a mediados del siglo XIX comenzaron a aislarse razas en torno a caracter¨ªsticas fijas que las defin¨ªan: d¨¢lmatas con manchas, mastines voluminosos, etc. Pero los de todos los perros son pr¨¢cticamente los mismos, ¨²nicamente var¨ªa en un pu?ado que influye en aspectos accesorios como la forma de las orejas o la longitud del pelo. Y por eso constituyen una misma especie: la receta es la misma, aunque algunos tienen m¨¢s sal o menos pimienta, seg¨²n su apariencia. La est¨¦tica, y no el comportamiento, ha sido el foco de la selecci¨®n, se?alan en el estudio: ¡°No encontramos evidencia de que las tendencias de comportamiento en las razas reflejen una selecci¨®n intencional por parte de los criadores, pero no podemos excluir la posibilidad¡±.
Y por eso, los rasgos f¨ªsicos corresponden con exactitud con la raza, pero no los de comportamiento, que son m¨¢s complejos, como explica Carles Vil¨¤, especialista en gen¨¦tica evolutiva del CSIC. ¡°No son determinados por un ¨²nico gen, sino por muchos, y eso hace que sea m¨¢s dif¨ªcil predecir lo que saldr¨¢ de un cruce. No son como los guisantes de Mendel, lisos, arrugados, verdes o amarillos, sino que hay muchos niveles de variaci¨®n y muchos genes involucrados. En las cr¨ªas se puede encontrar much¨ªsima variaci¨®n¡±, afirma Vil¨¤, que tambi¨¦n ha estudiado los linajes caninos. De ah¨ª que no sea posible tener un chihuahua del tama?o de un gran dan¨¦s, pero s¨ª que se comporten igual.

Para analizar la conducta, el estudio se apoy¨® en 200.000 respuestas de m¨¢s de 18.000 due?os de perros de un gigantesco repositorio de ciencia ciudadana (Darwin¡¯s Ark). As¨ª, descubrieron que ning¨²n comportamiento es exclusivo, o ajeno, a ninguna raza. Incluso en la de menor propensi¨®n a aullar, los labradores retriever, el 8% de los due?os informan que su labrador a¨²lla, por ejemplo. Claro que hay razas con ejemplares con mayor tendencia que otros a mostrar algunas conductas: es muy probable que un bloodhound aulle, y m¨¢s dif¨ªcil dar con un beagle obediente, pero todos se mueven en un espectro variable.
¡°Las diferencias entre razas para ciertos comportamientos reflejan un cambio sutil pero real en el espectro de comportamientos dentro de las razas¡±, afirma Kathleen Morrill, coautora, de la Universidad de Massachusetts. Y a?ade: ¡°En promedio, un border collie es m¨¢s d¨®cil que cualquier perro al azar. Pero todav¨ªa hay una gran variaci¨®n entre los border collies, por lo que las predicciones del comportamiento individual son propensas a errores¡±.
Morrill explica que tem¨ªan que las ideas preconcebidas y las percepciones de los due?os pudieran cambiar el comportamiento de los perros y afectar a su forma de calificar sus comportamientos, y por eso estudiaron perros mestizos: ¡°Para enmascarar la raza perceptible y minimizar algunos efectos no gen¨¦ticos¡±.
Agresivos y profesionales
En estos matices destacan sobre todo con las razas seleccionadas m¨¢s recientemente con el objetivo de emplearlas en labores concretas. ¡°Si tiene una poblaci¨®n de perros gu¨ªa en la que est¨¢ seleccionando ejemplares que son perros gu¨ªa fant¨¢sticos, tendr¨¢n en ese grupo diferencias de comportamiento fomentadas poblacionalmente¡±, explica Karlsson. Por eso, los perros criados para el pastoreo muestran mayor obediencia que, por ejemplo, un chihuahua.
?Tiene sentido, por tanto, catalogar determinadas razas como m¨¢s peligrosas? En el estudio analizan la prevalencia de un rasgo, el umbral agon¨ªstico, que mide la facilidad con la que un perro se siente provocado por est¨ªmulos que le provocan miedo, incomodidad o molestia, y la raza casi no proporciona informaci¨®n para ese aspecto. Al preguntarle a Karlsson en una rueda de prensa, reconoce que no son especialistas en eso, ni lo han estudiado espec¨ªficamente, pero aclara: ¡°Cuando estudiamos el umbral agon¨ªstico, que inclu¨ªa muchas preguntas sobre si los perros de las personas reaccionaban agresivamente frente a situaciones, no vimos un efecto de la ascendencia racial en ese factor en particular. Desde ese punto de vista, [esa catalogaci¨®n] no parece tener mucho sentido para nosotros¡±.
A Vil¨¤, que no ha participado en el estudio, las conclusiones de este trabajo le parecieron tan sorprendentes como s¨®lidas. ¡°Muchas veces encasillamos mucho a los animales, que tienen que ser as¨ª o as¨¢, pero no se tienen en cuenta el ambiente familiar, c¨®mo se ha criado el animal, la edad, y que hay otros factores que son muy importantes, que nos est¨¢n diciendo que hay que tener en cuenta otras cosas aparte de la raza¡±, se?ala el investigador de la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana.
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