Un alquimista, una biblioteca y luceros de oro: el trabajo cient¨ªfico que ha revelado el secreto del color p¨²rpura de la Alhambra

Algunas zonas de la Alhambra tienen manchas p¨²rpuras. Y no se sab¨ªa por qu¨¦, ni qu¨¦ las hab¨ªa causado, ni por medio de qu¨¦ proceso. Pero dos cient¨ªficas de la Universidad de Granada, Carolina Cardell e Isabel Guerra, lo han desvelado. Su investigaci¨®n, cuyo resultado ha sido publicado por la revista Science Advances, tiene todos los elementos de una buena historia de detectives: un misterio aparentemente irresoluble en el que el protagonista es el oro, un descubrimiento casual en una biblioteca de Florencia y hasta la permanente presencia sobre el caso de un alquimista medieval, Cassius. Y detr¨¢s de todo ello ciencia, mucha ciencia.

Todo comenz¨® en los a?os noventa. ¡°Entonces identificamos en la Alhambra una manchas p¨²rpura que no eran ning¨²n pigmento a?adido y que no sab¨ªamos a qu¨¦ se deb¨ªan. As¨ª que empezamos a indagar¡±, recuerda Carolina Cardell, profesora del departamento de Mineralog¨ªa y Petrolog¨ªa de la Universidad de Granada. ¡°Poco despu¨¦s fuimos a un congreso a Florencia y pasamos una tarde en una biblioteca. Y all¨ª se nos encendi¨® la luz porque encontramos informaci¨®n sobre lo que ten¨ªamos que buscar: el color p¨²rpura pod¨ªa deberse a part¨ªculas de oro¡±.

Buscar esas part¨ªculas de oro no fue dif¨ªcil. Isabel Guerra, jefa del centro de instrumentaci¨®n cient¨ªfica de la Universidad de Granada, es experta en el uso del microscopio electr¨®nico y a ¨¦l acudi¨® para rastrear las part¨ªculas de oro en las manchas p¨²rpura: ¡°All¨ª estaban. Yo las llamo luceros porque el oro brilla mucho al microscopio. Recuerdo perfectamente aquel d¨ªa, nunca se me va a olvidar¡±. Hab¨ªan dado un gran paso en su trabajo: ya sab¨ªa que aquellas manchas p¨²rpura eran part¨ªculas de oro. Pero eso en ciencia es muy poco. Lo importante era saber por qu¨¦ proceso se hab¨ªan producido esas part¨ªculas.

¡°El oro es un material muy noble, es inalterable. Eso es, precisamente, lo que le otorga tanto valor¡±, explica Guerra. Y, sin embargo, algo hab¨ªa alterado al oro de la Alhambra. ¡°En alg¨²n momento pensamos hacer p¨²blico que las manchas eran part¨ªculas de oro, pero que no sab¨ªamos c¨®mo se hab¨ªan formado. Al fin y al cabo, la Alhambra tiene cientos de a?os y era muy dif¨ªcil encontrar la explicaci¨®n. Pero las dos somos muy cabezonas, muy tenaces, as¨ª que seguimos investigando¡±.

Las manchas p¨²rpura de la Alhambra no est¨¢n en todos los lugares, solo en algunas de las zonas doradas del monumento del exterior o expuestas a la humedad. Y no sobre todas las superficies doradas de esas zonas. ¡°El tipo de dorado en el que encontr¨¢bamos las manchas es aquel en el que se aplicaba una l¨¢mina muy fina de oro sobre una hoja de esta?o¡±, explica Cardell. ¡°Es decir, partimos de una estructura bimet¨¢lica. Se hac¨ªa as¨ª porque las l¨¢minas de oro eran muy delgadas, de unas 2 micras de espesor [un mil¨ªmetro son mil micras, un pelo tiene 150 micras] y la hoja de esta?o le da m¨¢s brillo al oro y mejora la manejabilidad¡±.

Hay adem¨¢s otro hecho que tambi¨¦n es clave en esta historia: Granada est¨¢ a 50 kil¨®metros en l¨ªnea recta del Mediterr¨¢neo. ¡°Y eso quiere decir que la Alhambra est¨¢ expuesta a aerosoles marinos que contienen cloruros¡±, asegura Carolina Cardell. Las investigadoras descubrieron que, debido a la humedad, las hojas de esta?o se hab¨ªan oxidado y los subproductos de esa oxidaci¨®n hab¨ªan comenzado a salir por los poros y fisuras de las l¨¢minas de oro y hab¨ªan cubierto, en parte, al metal noble. Hab¨ªan dado otro paso, pero no el definitivo porque tampoco ninguno de esos compuestos puede alterar el oro hasta formar las part¨ªculas que provocan las manchas p¨²rpura.

¡°Lo que ocurr¨ªa¡±, contin¨²a Isabel Guerra, ¡°es que esos subproductos no cubr¨ªan totalmente las l¨¢minas de oro; hab¨ªa zonas que s¨ª estaban cubiertas y otras que no lo estaban¡±. Y eso quer¨ªa decir que hab¨ªa zonas de las l¨¢minas que continuaban expuestas al ox¨ªgeno y otras que hab¨ªan dejado de estarlo porque estaban tapadas. Este hecho provoc¨® que se formaran unas microc¨¦lulas electroqu¨ªmicas, a las que llaman ¡°nanoc¨¦lulas de aireaci¨®n diferencial¡±, porque unas est¨¢n expuestas al ox¨ªgeno y otras no, ¡°y esas nanoc¨¦lulas s¨ª pueden disolver el oro¡±, concluye Guerra.

Las dos investigadoras hab¨ªan tenido siempre en su cabeza lo que se conoce como p¨²rpura de Cassius. ¡°Las part¨ªculas de oro se utilizan mucho en microbiolog¨ªa¡±, asegura Isabel Guerra. ¡°Por ejemplo, los primeros tests de embarazo las usaban y por eso el resultado se ve¨ªa de color rosado¡±. Existe una gran tecnolog¨ªa industrial dedicada a producir nanopart¨ªculas de oro y su antecedente hist¨®rico es el trabajo de un alquimista medieval llamado Cassius. ?l descubri¨® que el oro solo se disuelve si le a?ades cloh¨ªdrico y ¨¢cido n¨ªtrico y entonces forma una soluci¨®n amarillenta. ¡±Si a esa soluci¨®n amarillenta le incorporas ¨®xido de esta?o tienes un precipitado de color p¨²rpura formado por min¨²sculas part¨ªculas de oro al que se conoce como p¨²rpura de Cassius y que era un pigmento muy codiciado en la Edad Media¡±, a?ade.

Cuando Isabel Guerra y Carolina Cardell llegaron a ese punto ya lo ten¨ªan todo: hab¨ªan hallado la explicaci¨®n a las manchas p¨²rpura de la Alhambra que se deben a una mezcla de elementos: las hojas de esta?o tras las l¨¢minas de oro, la humedad del ambiente y los aerosoles que el viento trae desde el Mediterr¨¢neo hab¨ªan sido capaces de disolver el oro de las l¨¢minas. ¡°Las nanoesferas de oro son de un color u otro dependiendo de su tama?o¡±, explica Cardell. ¡°Las de 30 nan¨®metros son de color rojizo y seg¨²n va aumentando su tama?o van adquiriendo tonalidades que pasan del azul claro hasta el p¨²rpura o marr¨®n. La mayor¨ªa de las de la Alhambra son de 70 nan¨®metros, y por eso son de color p¨²rpura¡±.

El descubrimiento de que las manchas p¨²rpura de la Alhambra no es otra cosa que oro disuelto tiene aplicaciones pr¨¢cticas, como explica Carolina Cardell: ¡°Por una parte ha hecho avanzar la investigaci¨®n b¨¢sica sobre los procesos de alteraci¨®n del oro, pero adem¨¢s, da claves para que conservadores y restauradores puedan elegir las metodolog¨ªas m¨¢s avanzadas de intervenci¨®n. Los distintos jefes de conservaci¨®n de la Alhambra est¨¢n entusiasmados por la informaci¨®n que les hemos aportado¡±. Y a?ade Isabel Guerra: ¡°Una vez que tenemos el ojo entrenado para ver esos morados, hemos observado que hay en muchos otros sitios. Por ejemplo, los hemos visto en un monumento en Toledo y en otro en Sevilla¡±.

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