La inesperada capacidad de los delfines para tejer nuevas alianzas y evitar conflictos
Varios estudios muestran que estos mam¨ªferos marinos se fusionan sin problemas al encontrarse con poblaciones de individuos desconocidos y que son capaces de asociarse hasta con 50 nuevos ¡®amigos¡¯
Muchos mam¨ªferos y aves tienden a tener reacciones antag¨®nicas y hostiles al contacto con otros grupos externos a su comunidad. Pero no siempre es as¨ª. Los bonobos, uno de los parientes vivos m¨¢s cercanos a las personas, son una excepci¨®n. Pero no solo hay especies terrestres que se salen de la norma. Una investigaci¨®n publicada recientemente en Royal Society Open Science muestra una fusi¨®n parcial de dos poblaciones de delfines manchados o moteados (Stenella frontalis) del Atl¨¢ntico. Parte de una comunidad situada en el norte emigr¨® 160 kil¨®metros a otra que est¨¢ en el sur. Entre los individuos inmigrantes se encontraban delfines de todas las edades y de los dos sexos. Los contactos afiliativos entre los delfines indican que estaban formando relaciones sociales.
Nicole Danaher-Garc¨ªa, bi¨®loga, miembro del Dolphin Communication Proyect (DCP) y una de las autoras de esta investigaci¨®n, destaca que la particularidad de estos resultados es que, una vez que emigraron, se han quedado all¨ª: ¡°Suele ser inaudito que esto suceda en mam¨ªferos terrestres. Incluso los bonobos a veces se juntan y pasan semanas o meses juntos, pero a menudo se separan de nuevo. Estos delfines todav¨ªa se est¨¢n mezclando. Por tanto, parece que son tolerantes con los extra?os¡±. Otra de las cuestiones m¨¢s interesantes de esta nueva uni¨®n es que, aunque se requiere de pruebas de ADN para comprobar la paternidad de las nuevas cr¨ªas, se han producido apareamientos entre machos del norte y hembras del sur.
Esta investigaci¨®n parti¨® de manera inesperada y sin la intervenci¨®n humana. El proyecto de estudio al que pertenece Danaher-Garc¨ªa estuvo analizando a la poblaci¨®n delfines en el sur de las Bahamas, esta comunidad se encuentra concretamente en Bimini, desde 2001. Desde que comenzaron hasta 2012 no observaron adultos nuevos, m¨¢s all¨¢ de los individuos j¨®venes que empezaban a formar parte de la lista de adultos. La poblaci¨®n era de unos 120 individuos, aproximadamente. Pero en 2013, de pronto observaron un grupo m¨¢s o menos numeroso nuevo de adultos de edades variadas y de ambos sexos en ese territorio. Fue entonces cuando comenzaron a seguirles: durante el primer a?o vieron delfines del sur mezclados con otros de otra comunidad.
¡°Al a?o siguiente los vimos con mucha m¨¢s frecuencia y pudimos confirmar que son de una ¨¢rea llamada White Sand Ridge, en el norte de las Bahamas¡±, explica. La estructura social original ya estaba clara y, aunque se pudiera esperar una alteraci¨®n de las relaciones, ambas comunidades se fusionaron e incluso formaron nuevos v¨ªnculos, que en algunos casos son fuertes. La poblaci¨®n de delfines White Sand Ridge ha sido estudiada durante unos 30 a?os. En 2012, y tras una variaci¨®n en el n¨²mero de delfines moteados, el total ascend¨ªa a 85.
En total, se avistaron casi medio centenar de individuos procedentes de White Sand Ridge en Bimini durante los cinco a?os que siguieron esta migraci¨®n. Hasta 2019 continuaron viendo delfines del norte, pero esta actividad par¨® con la llegada de la covid. Sin embargo, Danaher-Garc¨ªa comenta que hay personas que han visto individuos de ambos grupos. ¡°Tal vez algunos de ellos regresaron al norte, pero hay un grupo grande que se qued¨®¡±, concluye.
No es el ¨²nico estudio reciente que muestra la capacidad asociativa de los delfines y su posible similitud con los humanos. Una investigaci¨®n publicada en PNAS muestra que los delfines son la segunda especie capaz de tejer una mayor red de alianzas tras las personas. Los resultados del estudio, en el que se analiz¨® a 121 machos de delfines de nariz de botella del Indo-Pac¨ªfico (Tursiops aduncus) en Shark Bay (Australia) entre 2001 y 2006, revelan que tanto los delfines como las personas forman alianzas intergrupales estrat¨¦gicas entre individuos no relacionados. Dentro de esta red, el n¨²mero medio de machos adultos con los que cada macho se asoci¨® directamente fue de 22. Algunos llegaron a estar conectados hasta con medio centenar de machos. Adem¨¢s, la duraci¨®n con la que los machos se juntan con las hembras depende de estar bien conectados con aliados de tercer orden, es decir, con otros grupos. Por tanto, las alianzas entre grupos aumentan el acceso a un recurso en disputa, y aumenta as¨ª la capacidad reproductiva.
Se contabilizan unas 40 especies distintas de delfines, con una gran variedad entre ellas y, en muchos casos, con muy poca informaci¨®n al respecto. Incluso entre los individuos de una misma especie se encuentran diferencias en el comportamiento. Mar¨ªa Victoria Hern¨¢ndez Lloreda, que pertenece al departamento de Psicobiolog¨ªa y Metodolog¨ªa en Ciencias del Comportamiento de la Universidad Complutense de Madrid, explica que la diversidad en el comportamiento social se puede deber a las circunstancias concretas de cada comunidad: ¡°Los mismos grupos se pueden comportar de forma tolerante con unos y de forma agresiva con otros. Depende de las presiones, de la situaci¨®n social o econ¨®mica¡± [entendi¨¦ndose econ¨®mica como los recursos disponibles]. Un estudio publicado en Nature Ecology and Evolution en 2017 concluye que la cognici¨®n social de los cet¨¢ceos (tanto ballenas, como delfines) pueden haber surgido para proporcionar la capacidad de aprender y utilizar un conjunto de estrategias de comportamiento en respuesta a los desaf¨ªos de su vida social.
¡°El hecho de ser m¨¢s tolerantes, podr¨ªa explicar que tienen tambi¨¦n una mayor flexibilidad y capacidad de cognici¨®n social¡±, explica Hern¨¢ndez Lloreda. Estas capacidades de cognici¨®n social permiten a los delfines adoptar el comportamiento de los otros, ¡°aprender del grupo¡±, explica. ¡°No es tener un comportamiento que venga predeterminado. En funci¨®n de lo que t¨² aprendes, en funci¨®n del entorno social que tengas, te vas a comportar de forma distinta¡±, detalla.
Jos¨¦ Fco. Zamorano Abramson, del Centro de Investigaci¨®n en Complejidad Social de Universidad del Desarrollo, Santiago (Chile), puntualiza: ¡°?C¨®mo es que uno aprende? ?C¨®mo es que la misma especie se comporte de manera distinta? Quiz¨¢ es porque se puede hablar de que en este grupo tienen una tradici¨®n, una forma de comportarse. Ah¨ª nosotros hablamos que estos grupos presentan tradiciones culturales. Algunas diferencias pueden explicarse, porque lo han aprendido socialmente desde su familia o miembros de grupo y los otros lo hacen de otra manera porque as¨ª lo aprendieron en su comunidad¡±.
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