Neurociencia del c¨¢ncer: as¨ª secuestran los tumores el sistema nervioso para crecer m¨¢s r¨¢pido
Las neuronas y los nervios potencian tumores de mal pron¨®stico, incluidos los de cerebro y p¨¢ncreas. El proceso podr¨ªa revertirse con f¨¢rmacos ya aprobados para enfermedades neurol¨®gicas y circulatorias
La neur¨®loga estadounidense Michelle Monje lleva a?os viendo un patr¨®n sorprendente en algunos de sus pacientes con glioblastoma, el tipo de c¨¢ncer cerebral m¨¢s letal. Una vez extirpado el tumor primario, el c¨¢ncer vuelve a aparecer pasado un tiempo; pero no lo hace en cualquier parte del cerebro, sino en el ¨¢rea que m¨¢s usaban los pacientes por su trabajo. En el caso de una bailarina cl¨¢sica, reapareci¨® en la zona del cerebelo que controla el equilibrio. En un escritor, volvi¨® a crecer varias veces en el ¨¢rea de la corteza cerebral donde reside el lenguaje.
¡°Es un patr¨®n reconocido por muchos neuropsiquiatras¡±, asegura Monje. ¡°Me pregunto si el hecho de que estas personas tengan un mayor desarrollo y plasticidad en estas zonas del cerebro les hizo tener un mayor riesgo de sufrir este tipo de tumor¡±, resalta la investigadora de la Universidad de Stanford (Estados Unidos). La cient¨ªfica es una de las impulsoras de la neurociencia del c¨¢ncer, una nueva disciplina que intenta desentra?ar la conexi¨®n entre actividad cerebral y c¨¢ncer.
En un estudio reciente, Monje y otros neur¨®logos analizaron qu¨¦ zonas del cerebro se activan en pacientes que sufren glioblastomas cuando realizan actividades cognitivas sencillas, como ver la imagen de un paraguas y decir la palabra paraguas.
Cuando los pacientes respond¨ªan, no solo se les activaba el ¨¢rea de Broca que controla el lenguaje, sino tambi¨¦n otras ¨¢reas cerebrales invadidas por el tumor. El c¨¢ncer hab¨ªa reorganizado los circuitos cerebrales del habla, basado en las sinapsis entre neuronas, para conectarse a ellos. Las corrientes el¨¦ctricas generadas durante estas tareas cognitivas llegan hasta el tumor y promueven su crecimiento. Cuanto m¨¢s se encend¨ªan las zonas afectadas, peor resultaba el pron¨®stico de los pacientes, que adem¨¢s iban perdiendo su capacidad de hablar. Es probable que la sobreestimulaci¨®n neuronal que provocan los tumores explique por qu¨¦ muchos pacientes sufren ataques epil¨¦pticos y problemas cognitivos.
Los tumores cerebrales, gliomas y glioblastomas representan en torno al 2% de todos los tumores diagnosticados cada a?o. A pesar de su baja incidencia, representan un gran reto para la medicina, pues responden muy mal a los tratamientos. Los gliomas representan el 15% de todos los tumores infantiles y la primera causa de muerte por c¨¢ncer.
La interacci¨®n entre el sistema nervioso y el c¨¢ncer se extiende a otros ¨®rganos a trav¨¦s de las ramificaciones nerviosas que van desde el cerebro al resto del cuerpo y cuya longitud alcanza los 150.000 kil¨®metros.
Las c¨¦lulas malignas avanzan siguiendo los nervios y reciben de ellos mol¨¦culas claves para su crecimiento. Los tumores con m¨¢s ramificaciones nerviosas tienen peor pron¨®stico en la pr¨®stata, el est¨®mago o el p¨¢ncreas, seg¨²n estudios en animales y an¨¢lisis de muestras de pacientes. En algunos casos, las c¨¦lulas malignas de un tumor primario en la mama pueden migrar hasta el cerebro, anidar en ¨¦l, conectarse a las neuronas y causar una met¨¢stasis mucho m¨¢s letal que el tumor primario.
La interacci¨®n entre sistema nervioso y c¨¢ncer es compleja y diferente en cada ¨®rgano. En el est¨®mago, la acetilcolina, un neurotransmisor, promueve la expansi¨®n de las c¨¦lulas tumorales, pero en el p¨¢ncreas tiene justo el efecto contrario y frena el avance tumoral.
Este papel del sistema nervioso en el c¨¢ncer se ha ignorado durante mucho tiempo. En 1899, el m¨¦dico y Nobel de Medicina espa?ol Santiago Ram¨®n y Cajal fue el primero en describir un patr¨®n de crecimiento del tejido nervioso en el que la gl¨ªa, un tipo de c¨¦lulas nerviosas, crec¨ªan alrededor de las neuronas, como si fueran su andamiaje.
A principios del siglo pasado, el pat¨®logo alem¨¢n Hans-Joachim Scherer observ¨® las mismas estructuras en muestras de pacientes con c¨¢ncer cerebral: las c¨¦lulas tumorales crec¨ªan en torno a las neuronas y resultaba muy dif¨ªcil determinar d¨®nde acababa el tumor y empezaba el tejido cerebral sano.
Esta investigaci¨®n qued¨® pr¨¢cticamente en v¨ªa muerta hasta hace 10 a?os, cuando el m¨¦dico e investigador Paul Frenette, de la Escuela de Medicina Albert Einstein (Estados Unidos), present¨® las primeras pruebas en animales y muestras de pacientes de que cuantas m¨¢s terminaciones nerviosas tienen los tumores de pr¨®stata, m¨¢s agresivos son y peor responden al tratamiento.
Desde entonces se han observado conexiones similares en otros ¨®rganos y este nuevo campo de investigaci¨®n ha explotado, resume Frank Winkler, neuronc¨®logo del Hospital Universitario de Heidelberg (Alemania) y l¨ªder de la investigaci¨®n en este ¨¢mbito en Europa. ¡°Ahora sabemos que las c¨¦lulas tumorales forman redes conectadas y se comunican entre s¨ª como hacen las neuronas¡±, explica. ¡°Muchos de los procesos bioqu¨ªmicos que observamos son los mismos que suceden en un embri¨®n para formar todos los ¨®rganos del cuerpo. El tumor se comporta como un ¨®rgano m¨¢s. No inventa mecanismos nuevos para crecer, sino que se apodera de los que ya est¨¢n inventados¡±, a?ade Winkler. Su equipo ha perfeccionado una nueva t¨¦cnica de microscop¨ªa para estudiar la formaci¨®n de tumores, su comunicaci¨®n con el resto de c¨¦lulas cerebrales, su progresi¨®n y reaparici¨®n en animales vivos y en tiempo real. Estos datos se cruzan con los observados en pacientes con tumores cerebrales para intentar comprender mejor esta nueva dimensi¨®n del c¨¢ncer.
El neurocient¨ªfico Manuel Valiente, del Centro Nacional de Investigaciones Oncol¨®gicas, cree que la neurociencia del c¨¢ncer puede aclarar no solo el papel del sistema nervioso como impulsor de tumores primarios, sino tambi¨¦n de las met¨¢stasis cerebrales, que son 10 veces m¨¢s frecuentes que el glioblastoma. Adem¨¢s, ¡°investigar estas conexiones podr¨ªa aclarar por qu¨¦ los tumores cerebrales causan lesiones cognitivas al 44% de los pacientes y, tal vez, ayudar a evitarlas para que su mente no se vea tan afectada mientras siguen el tratamiento¡±, explica.
Una de las explicaciones de que este campo est¨¦ a¨²n despegando es que tradicionalmente los equipos que investigaban el c¨¢ncer no sab¨ªan analizar tejido nervioso, ni la actividad neuronal, basada en una complicada interacci¨®n entre peque?as corrientes el¨¦ctricas y la producci¨®n de compuestos bioqu¨ªmicos. La f¨ªsica y neurocient¨ªfica Liset Men¨¦ndez de la Prida, jefa del laboratorio de circuitos neuronales del Instituto Cajal, es especialista en este tipo de an¨¢lisis. Junto a Valiente participa en un proyecto europeo financiado con 3,5 millones de euros para desarrollar nuevas herramientas fot¨®nicas para medir la actividad el¨¦ctrica y bioqu¨ªmica de las c¨¦lulas del c¨¢ncer dentro del cerebro. ¡°Estamos viendo todo un cambio de paradigma y el nacimiento de un nuevo campo¡±, resalta la cient¨ªfica.
Manuel Sep¨²lveda, onc¨®logo del Hospital 12 de Octubre de Madrid, explica que los tumores cerebrales, tanto los glioblastomas, los m¨¢s agresivos, como los gliomas de bajo grado, se originan por mutaciones en las c¨¦lulas de gl¨ªa, otro tipo de c¨¦lula nerviosa. ¡°El sistema nervioso por s¨ª solo no lo iniciar¨ªa, pero s¨ª lo incentiva y promueve su crecimiento¡±, destaca. ¡°Estamos viendo que hay un camino nuevo para estudiar este tipo de tumores, aunque a¨²n queda por determinar qu¨¦ importancia tiene esa interacci¨®n con el sistema nervioso y si se puede frenar con f¨¢rmacos¡±, detalla. Sep¨²lveda ha participado recientemente en un ensayo cl¨ªnico que ha demostrado c¨®mo un f¨¢rmaco dirigido a mutaciones espec¨ªficas de los gliomas puede retrasar significativamente la reaparici¨®n del c¨¢ncer tras la cirug¨ªa. Hay pacientes que llevan seis a?os sin sufrir ni reca¨ªdas ni crisis epil¨¦pticas.
Hay f¨¢rmacos ya aprobados para tratar enfermedades mentales, circulatorias y neurol¨®gicas que inciden sobre alguno de los mecanismos observados y que podr¨ªan interferir en el desarrollo de los tumores, tanto en el cerebro como en otros ¨®rganos. Ya hay en marcha ensayos en pacientes con perampanel, un medicamento contra los ataques epil¨¦pticos que bloquea la comunicaci¨®n entre el tumor y las neuronas mediada por el glutamato. Otro ensayo en pacientes estudia los efectos del meclofenamato, un f¨¢rmaco contra el dolor, para bloquear la comunicaci¨®n entre las c¨¦lulas tumorales en pacientes con glioblastoma.
¡°Se est¨¢ abriendo todo un nuevo ¨¢mbito de intervenciones terap¨¦uticas en tumores de muy mal pron¨®stico¡±, resalta Michelle Monje, que cree que intervenir en el sistema nervioso puede convertirse en un nuevo pilar de la oncolog¨ªa de un modo similar a lo que ha sucedido con la inmunoterapia que incide sobre el sistema inmune y ha vuelto curables tumores que antes eran una sentencia de muerte. ¡°Bloquear la comunicaci¨®n entre el tumor y el sistema nervioso puede no bastar para eliminarlo, pero creo que ser¨¢ absolutamente necesario para conseguirlo¡±, concluye.
Puedes seguir a MATERIA en Facebook, Twitter e Instagram, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.