El cazador Nicolás Franco dona animales abatidos en 80 países al Museo Nacional de Ciencias Naturales
El sobrino del dictador regala su colección, acumulada durante décadas de cacerías en las que cuenta que llegó a encontrarse con Osama bin Laden en las monta?as entre Afganistán y Pakistán
El empresario, cazador y naturalista Nicolás Franco Pasqual del Pobil, sobrino rebelde del dictador Francisco Franco, ha donado una colección de unos 250 animales disecados al Museo Nacional de Ciencias Naturales, en Madrid. La institución ya expone uno de los ejemplares desde el 25 de mayo: un majestuoso carnero de Marco Polo, con un rótulo que alerta de que esta subespecie “está en peligro debido a la caza sin control”. Franco recibe a EL PA?S en su chalé madrile?o, tras casi medio siglo “alejado del mundanal ruido político”, para contar la historia de sus trofeos. El cazador, nacido en Salamanca hace 86 a?os, recuerda que en 1970 organizó una expedición a Afganistán, al temible corredor de Waján, fronterizo con China y la Unión Soviética. “Iba a lomos de un yak. Si el yak tropezaba, la caída era de 100 metros. Los chinos te miraban desde un lado y los rusos, desde el otro. Encontramos dos carneros de Marco Polo. ?Pum! Con un tiro cayó uno. ?Pum! ?Pum! Tres balas, dos Marco Polo”, rememora Franco, presidente honorífico del Consejo Internacional para la Caza y la Conservación de la Fauna (CIC), una organización de cazadores con sede en Budapest (Hungría).
Franco Pasqual del Pobil era el díscolo de su familia. Se crio en Estoril, donde su padre, Nicolás Franco Bahamonde, era el embajador espa?ol en Portugal. Allí creció, jugando con el entonces príncipe Juan Carlos de Borbón, de su misma edad. Un día de septiembre de 1974, más de un a?o antes de la muerte del dictador, el sobrino se citó en secreto en París con el líder del Partido Comunista de Espa?a, Santiago Carrillo, para tantear su posición ante una hipotética transición democrática con Juan Carlos de Borbón como rey. Franco Pasqual del Pobil recuerda entre risas su encuentro con el que era “un demonio” para el régimen. Sentados en una mesa del restaurante parisino Le Vert Galant, Carrillo le espetó: “Bueno, Nicolás, como ves, yo no he pedido ni?os a la brasa para comer”. Y Franco le respondió: “Verás que yo tampoco he pedido ningún rojeras a la brasa”. En abril de 1975, el sobrino de Franco apareció en la portada de la revista Cambio 16 con un titular que causó revuelo: “A favor de la democracia”.
En casa del cazador no hay ni un solo animal disecado, salvo la alfombra que se extiende bajo sus pies, confeccionada con la piel de una cebra cazada en Kenia. Miles de libros cubren todas las paredes, desde el suelo hasta el techo. Uno de ellos es Diario de una bandera, un relato sobre la guerra en Marruecos escrito por Francisco Franco en 1921, cuando era comandante de infantería. Está dedicado por el autor a su sobrino: “Con el cari?o de tu tío, Paco”. Es una rúbrica inusual. “Yo creo que no firmó como Paco en ningún lado más”, explica el cazador. Una foto entre los libros muestra a un joven Franco Pasqual del Pobil en Afganistán, con su carnero de Marco Polo recién tiroteado. Y el rey Juan Carlos aparece en otra imagen enmarcada, con un carnero recién cazado en Kazajistán. La dedicatoria reza: “A Nicolás Franco, gran cazador y mejor amigo de la infancia”.
Franco Pasqual del Pobil calcula que ha visitado 121 países, unos 80 de ellos para cazar. Entre los más de 250 ejemplares donados, tres de cada cuatro son bóvidos, pero también hay felinos de una docena de especies y otras familias animales. El biólogo ?ngel Garvía, conservador de la colección de mamíferos del museo, destaca una rarísima pantera nebulosa de India. En el catálogo de Franco también aparecen una morsa de Alaska, un lobo de crin de Sudamérica, un dingo australiano, un tigre siberiano de Manchuria, una gacela persa de Irán, un muflón de Cachemira, un íbice de Nubia de Sudán, un ciervo ratón de Gabón, un lince canadiense, un antílope saiga de las estepas de Mongolia y un cocodrilo del Nilo. El director del museo, Rafael Zardoya, afirma que es “la mayor donación y la de mayor calidad” que han recibido en los últimos a?os. “Es una de las colecciones de carneros más ricas del mundo”, sostiene. Zardoya recalca que la institución no ha pagado ni un euro y que todas las piezas cumplen la legislación que rige el comercio internacional de especies amenazadas.
El cazador cuenta que en noviembre de 1999, en un destartalado puesto fronterizo en las monta?as de Toba Kakar, entre Afganistán y Pakistán, iba a cazar carneros y se topó con el terrorista Osama bin Laden. Faltaban casi dos a?os para los atentados con aviones contra las Torres Gemelas y el Pentágono, pero Bin Laden ya era uno de los fugitivos más buscados del mundo por su participación en ataques a embajadas de Estados Unidos en ?frica. “Estábamos en una especie de chiringuito que lo mismo te vendía una batería de coche que un fusil Kaláshnikov o una Coca-Cola”, recuerda el cazador.
El terrorista, siempre según el relato de Franco, llegó escoltado por media docena de todoterrenos con cristales tintados y se sentó con sus acompa?antes a beber un té. El cazador rememora que él mismo se puso en pie, se dirigió hacia Bin Laden y extendió su mano con la frase: “Nicolás Franco, from Spain”. El hombre más buscado del planeta se levantó, estrechó su mano y le invitó a sentarse. Franco alabó entonces la hospitalidad de los locales y la belleza de las monta?as. Bin Laden le respondió que Espa?a era un país hermano y habló de Al-?ndalus, el territorio de la península ibérica bajo dominio musulmán en la Edad Media. Finalmente, el terrorista se despidió con un “Alá te acompa?e”.
“Es una de las colecciones de carneros más ricas del mundo”Rafael Zardoya, director del Museo Nacional de Ciencias Naturales
La organización que preside Nicolás Franco, el CIC, promueve la caza como “una herramienta de conservación”. El naturalista pone el ejemplo de los programas para salvar a los marjores en Pakistán, puestos en marcha por las comunidades tribales locales. Algunos cazadores millonarios, sobre todo estadounidenses, pagan hasta 150.000 euros para obtener uno de los escasos permisos para tirotear a una de estas cabras de las monta?as, con espectaculares cornamentas. Con ese dinero se financian las actividades de conservación, como las patrullas contra los furtivos, que además crean empleo. Matar para conservar es una idea contraintuitiva, y repugnante para muchos, pero la organización ecologista WWF apoya este tipo de programas.
Nicolás Franco es coautor de una de las biblias sobre los caprinos, el CIC Caprinae Atlas of the World, una monumental obra de más de 1.000 páginas publicada hace una década. El prólogo es de su amigo el rey Juan Carlos I. “A comienzos del siglo XX, mi abuelo el rey Alfonso XIII abogó por la creación de reservas naturales en mi país, que fueron decisivas para salvar a una subespecie de cabra montés —seguramente una de las más emblemáticas de la fauna ibérica— y frenar el declive poblacional del rebeco cantábrico”, presume el monarca en el texto. “La población de cabra montés que se salvó gracias a aquellas disposiciones reales se describió entonces como una subespecie, a la que se dio el nombre científico de Capra pyrenaica victoriae, en honor, precisamente, de mi abuela la reina Victoria Eugenia”, continúa. El prólogo está firmado en el Palacio de la Zarzuela el 27 de febrero de 2013, casi un a?o después de su polémico viaje a Botsuana para cazar elefantes, tras el que fue expulsado de la presidencia de honor de WWF.
Franco Pasqual del Pobil fue procurador en las Cortes franquistas y consejero del Movimiento, pero abandonó la política tras la muerte del dictador. “Un buen amigo mío, aunque parezca mentira, era Felipe González. Yo le consulté qué debía hacer, si meterme aquí o allá. Y él me dijo: ?Tú, con el nombre y la posición que tienes, invierna tranquilo?”. Franco se concentró entonces en sus negocios. Fue, entre multitud de cargos, principal accionista de un casino en Villajoyosa (Alicante) y presidente del Banco de Huelva, controlado por el extravagante empresario José María Ruiz Mateos.
El grueso de la colección de Franco está almacenado en una nave industrial del Museo Nacional de Ciencias Naturales, en la localidad madrile?a de Arganda del Rey. Los técnicos de la institución están revisando las piezas una a una, fumigándolas y preparando 30 de ellas para exhibirlas en la sede central del museo, en el Paseo de la Castellana de Madrid. “Una de las razones por las que no exponemos más es que no tenemos espacio. Para meter el carnero de Marco Polo hemos tenido que sacar una almeja gigante. El espacio aquí está aprovechado al milímetro, no nos cabe más”, lamenta Zardoya, que pide una solución a las autoridades. El museo madrile?o solo expone el 0,6% de sus más de 11 millones de piezas.
La institución ha tasado la colección de Franco en más de 150.000 euros, aunque solo el precio de los viajes superaría esa cantidad. Esta modalidad de caza tiene un coste prohibitivo, como demuestra el listado de “50 mejores trofeos históricos” de macho montés publicado por el Ministerio de Agricultura. Junto a Nicolás Franco y el rey Juan Carlos I aparecen nombres de aristócratas y ricos empresarios, como Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola; Juan March de la Lastra, presidente ejecutivo de Banca March; Juan Abelló Gallo, histórico due?o del monopolio de opio medicinal en Espa?a; y Marcial Gómez Sequeira, expresidente de Sanitas. Franco Pasqual del Pobil pertenece a la cofradía Culminum Magister (Maestro de las cumbres, en latín), compuesta por cazadores de monta?a y presidida por el abogado Ignacio Ruiz-Gallardón, que comparte despacho con su primo Alberto Ruiz-Gallardón, exalcalde de Madrid. El lema de la cofradía es “silencio, soledad, esfuerzo”.
Franco, acompa?ado por su esposa María Luisa, adelanta que también ha donado sus colecciones de osos y aves al Museo de la Naturaleza de Cantabria, en el pueblo de Carrejo. “No hay ningún museo en el mundo que tenga una colección más completa de osos. Hay ejemplares como el oso de anteojos de los Andes y el oso malayo”, detalla. Dentro de un a?o y medio se cumplirá medio siglo de la muerte del dictador Francisco Franco. La agencia Europa Press dio la primicia mundial, con un teletipo lanzado a las 4:58 horas del 20 de noviembre de 1975: “Franco ha muerto. Franco ha muerto. Franco ha muerto”. La fuente de la agencia era Nicolás Franco Pasqual del Pobil, testigo de la agonía de su tío en la cama del hospital. Un periodista le preguntó: “?Ya?”. Y el sobrino respondió: “Ya”.
Puedes seguir a MATERIA en Facebook, Twitter e Instagram, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás a?adir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.