El dinosaurio que fue la cena de un peque?o mam¨ªfero hace 125 millones de a?os
Un f¨®sil ¨²nico muestra el combate a muerte entre un plant¨ªgrado y un dinosaurio tres veces m¨¢s grande que ¨¦l
Los dinosaurios y los mam¨ªferos coexistieron durante millones de a?os, pero apenas hay pruebas de c¨®mo interactuaban. La idea predominante es que los dinosaurios eran los principales depredadores; pero un descubrimiento sin precedentes en China desaf¨ªa lo que se cre¨ªa hasta ahora. Los f¨®siles encontrados reflejan un combate a muerte entre un peque?o mam¨ªfero de la especie Repenomamus robustus que se aferra al dinosaurio Psittacosaurus lujiatunensis. El mam¨ªfero, del tama?o de un gato dom¨¦stico, se ci?e sobre el costado de su oponente, agarra con una pata la mand¨ªbula inferior y hunde los colmillos en la caja tor¨¢cica. Entrelazados en esta lucha, ambos quedaron atrapados en un flujo de lodo volc¨¢nico y fueron enterrados juntos hace 125 millones de a?os.
Jordan Mallon, coautor del hallazgo e investigador en Paleobiolog¨ªa del Museo Canadiense de la Naturaleza, subraya que si su interpretaci¨®n es correcta, el mam¨ªfero estaba devorando al dinosaurio vivo, similar a c¨®mo una hiena podr¨ªa alimentarse de una cebra. ¡°Es un comportamiento que nunca podr¨ªamos haber imaginado solo a partir de los huesos, algo que solamente un f¨®sil extraordinario como este podr¨ªa sugerir¡±, dice a EL PA?S. El estudio de este descubrimiento tan excepcional se publica hoy en Scientific Reports.
Los restos fueron encontrados en 2012 en el lecho de f¨®siles de Lujiatun, en el noroeste de China, una zona que ha desempe?ado un papel importante para revelar la diversidad de dinosaurios peque?os y otras especies animales. El hallazgo puede considerarse impresionante no solo porque muestra esta batalla congelada en el tiempo, sino tambi¨¦n porque se trata de un mam¨ªfero contra un dinosaurio mucho m¨¢s grande que ¨¦l. Seg¨²n el investigador, hay evidencias de una especie de dinosaurio del g¨¦nero Velociraptor enfrent¨¢ndose a otro Protoceratops en el desierto del Gobi, en el norte de China. Tambi¨¦n de dos mamuts que murieron en combate con sus colmillos entrelazados en el actual Estados Unidos. ¡°Hasta donde tengo conocimiento, el nuestro es el primer hallazgo que preserva un mam¨ªfero en combate con un dinosaurio¡±, expone Mallon por correo electr¨®nico.
Seg¨²n los c¨¢lculos de los investigadores, el mam¨ªfero pesaba unos 3,5 kilos y med¨ªa unos 46 cent¨ªmetros, mientras que el dinosaurio estaba en unos 10 kilos y poco m¨¢s de un metro veinte, es decir, aproximadamente tres veces m¨¢s. El yacimiento fue encontrado bajo capas lahar, un flujo de lodo volc¨¢nico que mezcla agua, rocas y cenizas, com¨²n en regiones volc¨¢nicas y que ha ayudado a preservar los restos de ambos animales. Por sus caracter¨ªsticas conservadas y la posici¨®n de los restos, los investigadores han podido concluir que algunos mam¨ªferos podr¨ªan representar una verdadera amenaza para los grandes depredadores. ¡°Consideramos que, en algunos casos, incluso los m¨¢s peque?os podr¨ªan depredar a los dinosaurios m¨¢s grandes. Las redes alimentarias del Mesozoico [hace entre 250 y 66 millones de a?os] evidentemente eran m¨¢s complicadas de lo que pens¨¢bamos antes¡±, zanja Mallon.
Jos¨¦ Ignacio Canudo, paleont¨®logo ajeno al estudio, est¨¢ de acuerdo en que existe una percepci¨®n equivocada sobre la cadena alimentaria en la que se asume err¨®neamente que los animales grandes siempre se alimentan de los m¨¢s peque?os. Seg¨²n sostiene, el ejemplo de la mantis religiosa que se come a un colibr¨ª puede ser una analog¨ªa ¨²til para ilustrar c¨®mo un insecto devora a un p¨¢jaro, un dinosaurio.
El catedr¨¢tico de la Universidad de Zaragoza recuerda que no es la primera vez que se ha descrito que un mam¨ªfero podr¨ªa alimentarse de un dinosaurio, o bien caz¨¢ndolos o aprovech¨¢ndose de sus carcasas. ¡°Hace unos a?os, tambi¨¦n en China, se encontraron los restos de un mam¨ªfero de tama?o relativamente grande [el de un perrito peque?o] que en su interior ten¨ªa restos, huesos de un peque?o dinosaurio. Es una evidencia real de que se alimentaban de ¨¦l¡±, subraya.
Ambos expertos coinciden que comprobar que un f¨®sil es ver¨ªdico puede resultar complicado y complejo bajo tales circunstancias. Canudo sostiene que hist¨®ricamente ha habido falsificaciones ¡°muy bien hechas¡± y que ha costado reconocerlas. ¡°Como paleont¨®logo, siempre tienes mucha desconfianza en f¨®siles que est¨¦n muy manipulados, bien preparados, limpiados, donde no se ven las intersecciones ni la matriz que lo contiene. La perfecci¨®n no existe y eso suele ser una manera tambi¨¦n de identificarlos¡±, detalla el catedr¨¢tico. Las otras formas son, por ejemplo, utilizando luz ultravioleta o a trav¨¦s del conocimiento anat¨®mico de los animales. ¡°A veces se hacen montajes, pero el cient¨ªfico reconoce que es una quimera, que se trata de un animal imposible¡±, a?ade.
Por su parte, Mallon detalla que la mayor¨ªa de las falsificaciones de f¨®siles simplemente yuxtaponen dos individuos, sea uno al lado del otro o uno encima del otro. En cambio, el f¨®sil estudiado por su equipo muestra los esqueletos ¨ªntimamente entrelazados. El grupo tambi¨¦n realiz¨® pruebas alrededor de la mand¨ªbula inferior izquierda del mam¨ªfero para demostrar que realmente se hunde en las costillas petrificadas del dinosaurio. ¡°Adem¨¢s, nuestro an¨¢lisis de la roca muestra que el contenido mineral¨®gico es consistente con el de otras capas de Lujiatun, de donde proviene el f¨®sil. Estos factores combinados nos dan motivos para pensar que el f¨®sil es aut¨¦ntico¡± opina Mallon y a?ade que f¨®siles como este ¡°se encuentran una vez en la vida¡± y la probabilidad de haya a otro similar, incluso si lo buscan activamente, ¡°es bastante baja¡±.
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