Los Mossos investigan la muerte del cient¨ªfico que estudiaba en Barcelona una enfermedad letal
La polic¨ªa catalana busca indicios de la causa del fallecimiento y su posible relaci¨®n con las muestras irregulares de cerebros con Creutzfeldt-Jakob halladas en el laboratorio
Los Mossos d¡¯Esquadra han abierto una investigaci¨®n para esclarecer las causas de la muerte de un cient¨ªfico que estudiaba la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob en el laboratorio 4141 de la Universidad de Barcelona. El bioqu¨ªmico falleci¨® en 2022, a los 45 a?os, tras manifestar s¨ªntomas compatibles con la dolencia que investigaba, transmisible y letal. Los Mossos indagan las causas de la muerte despu¨¦s de que EL PA?S revelase que en su laboratorio se han hallado miles de muestras no autorizadas, algunas de ellas potencialmente infectivas. El cient¨ªfico, adscrito al Instituto de Investigaci¨®n Biom¨¦dica de Bellvitge (IDIBELL), ten¨ªa un contrato con el consorcio p¨²blico CIBER, dependiente del Ministerio de Ciencia.
Fuentes policiales explican que la investigaci¨®n se encuentra en una fase muy inicial. El primer paso es constatar la causa oficial de la muerte del hombre, que fue ingresado en el Hospital Cl¨ªnic de Barcelona y decidi¨® mantener en secreto su diagn¨®stico. A manos de la unidad central de consumo, que se encarga de posibles delitos contra la salud p¨²blica, la intenci¨®n de la polic¨ªa catalana es solicitar tambi¨¦n toda la informaci¨®n que posee el IDIBELL, que a su vez ha abierto una investigaci¨®n interna junto a las otras dos instituciones implicadas.
El bioqu¨ªmico comenz¨® a encontrarse mal en noviembre de 2020 y pidi¨® la baja. El responsable del laboratorio 4141, el catedr¨¢tico Isidre Ferrer, se encontr¨® entonces con miles de muestras no autorizadas en un congelador y lo comunic¨® inmediatamente a sus superiores. Las tres instituciones, sin embargo, tardaron dos a?os en enviar las muestras sospechosas a analizar a un centro especializado, el CIC bioGUNE, en la localidad vasca de Derio.
Los resultados de esos an¨¢lisis, a los que ha tenido acceso EL PA?S, muestran que en el congelador hab¨ªa tejido de cerebro y de cerebelo de personas fallecidas con la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob. El cient¨ªfico y su pareja investigaban la presencia de sustancias caracter¨ªsticas en el l¨ªquido cefalorraqu¨ªdeo humano, ¨²tiles para el diagn¨®stico de demencias r¨¢pidas. No ten¨ªan autorizaci¨®n para trabajar all¨ª con estas muestras l¨ªquidas, pero mucho menos con las s¨®lidas de tejido cerebral, que son m¨¢s infectivas. De las 84 muestras que se enviaron a analizar, 11 de l¨ªquido cefalorraqu¨ªdeo y otra decena de tejido cerebral o cerebeloso eran potencialmente infectivas. Muchas de ellas estaban etiquetadas con una pegatina con las letras CJD, siglas en ingl¨¦s de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob.
Esta patolog¨ªa, conocida por su equivalente animal de las vacas locas, es provocada por unas prote¨ªnas an¨®malas denominadas priones y tiene un periodo de incubaci¨®n que puede durar varios a?os. La cient¨ªfica francesa ?milie Jaumain, de 33 a?os, muri¨® en junio de 2019 tras pincharse accidentalmente en el dedo una d¨¦cada antes, en un experimento con ratones infectados en su laboratorio del Instituto Nacional para la Investigaci¨®n de la Agricultura, la Alimentaci¨®n y el Medio Ambiente, en las afueras de Par¨ªs.
El bioqu¨ªmico espa?ol ahora fallecido se incorpor¨® en enero de 2018 al laboratorio 4141, como investigador principal con un grupo propio, al que meses despu¨¦s se sum¨® su pareja. El cient¨ªfico estuvo previamente, entre 2013 y 2017, en Alemania, adscrito a dos instituciones: el Centro M¨¦dico Universitario de Gotinga y el Centro Alem¨¢n de Enfermedades Neurodegenerativas. Con esas dos afiliaciones firm¨® multitud de estudios sobre la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, pero el director cient¨ªfico de la segunda instituci¨®n, Pierluigi Nicotera, afirma que en sus laboratorios no se trabaja con priones humanos. ¡°Podemos excluir, razonablemente, que se produjese una infecci¨®n por priones humanos en el pasado dentro de los laboratorios del Centro Alem¨¢n de Enfermedades Neurodegenerativas en Gotinga¡±, sostiene el directivo. La responsable de la otra instituci¨®n alemana, Inga Zerr, no responde a los repetidos mensajes de este peri¨®dico. Zerr es una investigadora de referencia en el estudio de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob.
Antes de su paso por Alemania, el cient¨ªfico ahora fallecido tambi¨¦n trabaj¨® con priones hace una d¨¦cada en un laboratorio de alta seguridad del Hospital Universitario de Bellvitge ¡ªuno de los patrones del IDIBELL¡ª, desmantelado en 2017. Estaba a 200 metros del laboratorio 4141, ubicado en la Facultad de Medicina, en L¡¯Hospitalet de Llobregat. Las muestras de tejido cerebral de pacientes con Creutzfeldt-Jakob de Bellvitge se trasladaron entonces al Hospital Cl¨ªnic y al Centro de Investigaci¨®n en Sanidad Animal (CReSA), en la localidad barcelonesa de Bellaterra. Sin embargo, un pu?ado de ellas aparecieron en el congelador del laboratorio 4141, sin registro de entrada. Son muestras que se podr¨ªan haber empleado como referencia en an¨¢lisis de otros materiales biol¨®gicos con enfermedades pri¨®nicas.
Las tres instituciones investigan ahora si esas muestras se llegaron a manejar en el laboratorio 4141, que carec¨ªa de medidas de bioseguridad. El consorcio p¨²blico CIBER firm¨® un acuerdo en 2018 para que el grupo pudiese trabajar con estas muestras de alto riesgo en el laboratorio de alta seguridad del CReSA. No hab¨ªa ning¨²n motivo para tener material peligroso en el laboratorio 4141, salvo un supuesto ahorro de tiempo en los experimentos, ya que el b¨²nker del CReSA est¨¢ a 30 kil¨®metros y era necesario pedir turno para utilizarlo, seg¨²n fuentes de las instituciones implicadas.
El m¨¦dico Gabriel Capell¨¢, director del IDIBELL, ha explicado a este diario que ¡°un m¨¢ximo de ocho personas¡± trabajaron en el laboratorio 4141 en el periodo en el que hab¨ªa muestras peligrosas no autorizadas, adem¨¢s del fallecido e Isidre Ferrer. La oficina de seguridad de la Universidad de Barcelona y el servicio de prevenci¨®n del IDIBELL juzgaron que existi¨® ¡°un riesgo intolerable¡± para los compa?eros de laboratorio, aunque no consta que ocurriese ning¨²n accidente laboral. Sara Gonz¨¢lez, vicepresidenta de la Fundaci¨®n Espa?ola de Enfermedades Pri¨®nicas, subraya que el mal de Creutzfeldt-Jakob no es contagioso en el sentido habitual de la palabra, pero s¨ª se puede transmitir en circunstancias muy concretas, como un pinchazo en un laboratorio o la ingesti¨®n de tejido contaminado por priones. Los otros trabajadores del laboratorio 4141 han declarado que desconoc¨ªan la existencia de las muestras infectivas y han denunciado ¡°un estado de angustia permanente¡±, ante ¡°la duda de si pueden sufrir el mismo proceso dentro de algunos a?os a partir de la contaminaci¨®n no controlada¡±, seg¨²n el acta de una reuni¨®n con el director del departamento de Patolog¨ªa de la Universidad de Barcelona, Carles Solsona, el 22 de diciembre de 2020.
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