La vida marina casi desaparece cuando el Mediterr¨¢neo se convirti¨® en un mar muerto
La desconexi¨®n con el Atl¨¢ntico concentr¨® la sal creando una capa de un kil¨®metro de grosor provocando una extinci¨®n regional tan masiva como la de los dinosaurios
Durante la II Guerra Mundial, los submarinos alemanes usaban una particularidad de la f¨ªsica oce¨¢nica para pasar por el estrecho de Gibraltar sin ser detectados por los ingleses: Los que pretend¨ªan entrar en el Mediterr¨¢neo sub¨ªan hasta las aguas m¨¢s superficiales, apagaban sus motores y se dejaban llevar por la corriente. Los que quer¨ªan cruzar al Atl¨¢ntico, descend¨ªan hasta que las corrientes m¨¢s profundas los sacaban de all¨ª, tambi¨¦n en silencio. Lo que aprovechaban eran las diferencias de densidad. La mayor concentraci¨®n de sal de las aguas mediterr¨¢neas hace que se hundan, mientras que las atl¨¢nticas, m¨¢s pobres en cloruro s¨®dico, flotan sobre las otras. Este intercambio entre el mar y el oc¨¦ano, vital para el primero, se cort¨® hace seis millones de a?os, provocando, seg¨²n un nuevo estudio publicado en Science, la casi total extirpaci¨®n de la vida marina. Cuando se abri¨® de nuevo el paso, la biodiversidad del Mare Nostrum cambi¨® para siempre.
El Mediterr¨¢neo ya ten¨ªa una configuraci¨®n similar a la actual hace seis millones de a?os. Hac¨ªa mucho tiempo que perdido su conexi¨®n con el que ser¨ªa el oc¨¦ano ?ndico y despu¨¦s desgajado del Paratetis al elevarse lo que es la pen¨ªnsula de Anatolia. Ser¨ªa un mar cerrado si no fuera por el estrecho que lo conectaba con el actual Atl¨¢ntico. Pero no lo hac¨ªa por lo que hoy es el campo de Gibraltar. De tener un nombre, se llamar¨ªa el estrecho de Cazorla, ya que el paso se abr¨ªa por tierras de lo que hoy es Ja¨¦n y la mayor parte de la B¨¦tica. En t¨¦rminos generales, el diferencial salino entre las aguas mediterr¨¢neas y las atl¨¢nticas es de cuatro gramos de sal por litro m¨¢s en las primeras que en las segundas (39 gr/l frente a 35 gr/l). Pero la din¨¢mica geol¨®gica, empez¨® a contradecir a la din¨¢mica de fluidos.
El ge¨®logo Daniel Garc¨ªa-Castellanos, del Instituto de Geociencias de Barcelona (GEO3BCN) del CSIC, explica lo que pas¨® entonces: ¡°A finales del Messiniense, por procesos geodin¨¢micos, empieza a levantarse esta regi¨®n, iniciando la desconexi¨®n entre ambos lados¡±. El proceso lleva su tiempo, decenas de miles de a?os, un suspiro en t¨¦rminos geol¨®gicos. En ese lapso, la entrada de aguas atl¨¢nticas, m¨¢s superficiales, se mantiene. Pero al disminuir la profundidad del paso, ¡°la salida de agua hipersalina queda bloqueada¡±, detalla Garc¨ªa-Castellanos, autor s¨¦nior de la investigaci¨®n publicada en Science. Aunque los cient¨ªficos debaten a¨²n si aquel estrecho se cerr¨® por completo o no, lo que s¨ª se sabe es que el Mediterr¨¢neo de entonces fue acumulando cada vez m¨¢s sal, en un proceso acelerado adem¨¢s por el saldo negativo entre evaporaci¨®n y el agua aportada por los r¨ªos y las lluvias.
El proceso desemboc¨® en la llamada crisis salina del Messiniense, iniciada seg¨²n el registro geol¨®gico, hace 5,97 millones de a?os. Durante miles de a?os (la duraci¨®n exacta a¨²n se debate), el Mediterr¨¢neo fue convirti¨¦ndose en una salmuera gigante. ¡°Est¨¢ entrando sal a trav¨¦s del agua marina del Atl¨¢ntico, pero no tiene salida. La concentraci¨®n de sal no va a parar de aumentar hasta que se llegue a la saturaci¨®n y empiece a precipitar¡±, explica Garc¨ªa-Castellanos. Al alcanzar una concentraci¨®n de 371 gramos por litro, la salmuera precipita, emergiendo la sal en estado s¨®lido. Esa cifra casi multiplica por 10 la concentraci¨®n normal del Mediterr¨¢neo e iguala a la presente en el mar Muerto. A ella ayud¨® la acelerada evaporaci¨®n, que llev¨® a la retirada generalizada del agua centenares de metros. Se estima que el nivel del mar baj¨® hasta en un kil¨®metro.
El primer resultado de la crisis en forma de gigantes de sal se descubri¨® bajo el lecho marino en la d¨¦cada de los a?os 70 del siglo pasado: ¡°No son monta?as de sal, en realidad es una capa m¨¢s o menos horizontal que en su mayor parte sigue intacta, cubierta durante cinco millones de a?os por sedimento posterior¡±. Mediciones con ondas s¨ªsmicas han revelado que la capa en realidad es una mole gigantesca de entre 1.000 y 2.000 metros de sal, con un volumen superior a un mill¨®n de kil¨®metros c¨²bicos de cloruro s¨®dico en forma de halita. Es una de las mayores acumulaciones de este mineral de todo el planeta.
La segunda consecuencia de tal acumulaci¨®n de sal fue que casi acaba con la vida del Mediterr¨¢neo. La ge¨®loga de la Universidad de Viena y primera autora del estudio, Konstantina Agiadi, destaca que, ¡°aunque fue un evento regional, el efecto de la crisis de salinidad del Messiniense sobre la biota marina mediterr¨¢nea fue tan masivo como el evento K/T¡±. Se refiere al asteroide o meteorito que se llev¨® por delante a la mayor parte de la vida hace 66 millones de a?os, empezando por los dinosaurios no alados. ¡°De aquellos organismos marinos que viv¨ªan exclusivamente en el Mediterr¨¢neo antes de la crisis (es decir, end¨¦micos), solo el 11% (86 especies) podr¨ªan haber sobrevivido de alguna manera¡±, detalla. Pero especies, g¨¦neros enteros, como el de los corales, fueron extirpados, seg¨²n el conteo de casi 5.000 especies halladas en el registro f¨®sil de tres grandes zonas de la cuenca mediterr¨¢nea. Y el porcentaje no es mayor porque hasta un 30% de las especies tambi¨¦n estaban presentes en el Atl¨¢ntico y, aunque desaparecieran durante la crisis, volvieron al abrirse de nuevo las aguas.
Hay varias hip¨®tesis sobre c¨®mo volvieron a encontrarse el Atl¨¢ntico y el Mediterr¨¢neo. Pero, seg¨²n el ge¨®logo de la Universidad de Salamanca y tambi¨¦n coautor del estudio, Francisco Javier Sierro, ¡°los datos apuntan a que, de nuevo, la din¨¢mica tect¨®nica llev¨® a un hundimiento de la regi¨®n [sur de la pen¨ªnsula y norte del actual Marruecos] dando lugar al estrecho de Gibraltar¡±. Seg¨²n la batimetr¨ªa actual, hay un enorme barranco en el lado mediterr¨¢neo del estrecho que debi¨® provocar la llegada de las aguas atl¨¢nticas a un Mediterr¨¢neo que entonces ten¨ªa un nivel muy inferior. Sierro, como Agiadi y Garc¨ªa-Castellanos, destaca el enorme impacto sobre la biodiversidad. ¡°Las especies que sobrevivieron, como foramin¨ªferos o bivalvos, est¨¢n habituadas a ambientes extremos o con grandes cambios de salinidad¡±, dice. Otras, como defiende Garc¨ªa-Castellanos, ¡°pudieron sobrevivir en los deltas de los r¨ªos¡±. Pero en su mayor¨ªa, la vida marina que hoy hay entre Algeciras y Estambul vino de fuera.
Puedes seguir a MATERIA en Facebook, X e Instagram, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.