La cascada de un kil¨®metro de altura que devolvi¨® el agua al Mediterr¨¢neo
Sedimentos cerca de Malta respaldan la hip¨®tesis de una 'megainundaci¨®n' hace cinco millones de a?os
Sondeos del suelo marino revelaron en 1973 la presencia de enormes dep¨®sitos de sal en las profundidades del mar Mediterr¨¢neo. Estas sales, atrapadas bajo las capas de sedimentos m¨¢s recientes, cuentan la historia de la Crisis Salina del Messiniense, una incre¨ªble desecaci¨®n del Mediterr¨¢neo que ocurri¨® seis millones de a?os atr¨¢s. Hace unos meses, un equipo de cient¨ªficos encontr¨® pruebas en el fondo del canal de Malta que respaldan la hip¨®tesis de una megainundaci¨®n como el fin de la crisis. Los hallazgos apuntan a la existencia pasada de una gigantesca catarata que llen¨® la mitad oriental del Mediterr¨¢neo, al rebosar la cuenca m¨¢s cercana al Atl¨¢ntico como una ba?era.
Durante el Messiniense, el mar Mediterr¨¢neo qued¨® incomunicado del oc¨¦ano Atl¨¢ntico y por eso lleg¨® a evaporarse casi por completo, dejando un paisaje yermo salpicado con marismas salinas. As¨ª debi¨® de verse durante algo menos de un mill¨®n de a?os, hasta que la depresi¨®n se volvi¨® a llenar en una de las inundaciones m¨¢s espectaculares de la historia de la Tierra. Seg¨²n la teor¨ªa m¨¢s aceptada, impulsada por el descubrimiento en 2009 de un ca?¨®n submarino en el mar de Albor¨¢n, el Mediterr¨¢neo se llen¨® en solo dos a?os por una entrada masiva de agua atl¨¢ntica. Este suceso tuvo lugar hace 5,3 millones de a?os y se conoce como la megainundaci¨®n del per¨ªodo Zancliense.
¡°Una de las preguntas recurrentes que tuvimos tras ese estudio fue qu¨¦ sucedi¨® con esta entrada de agua: c¨®mo se transfiri¨® del Mediterr¨¢neo occidental al Mediterr¨¢neo oriental¡±, recuerda el investigador del Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera (ICTJA©\CSIC) Daniel Garc¨ªa-Castellanos, quien encabez¨® aquel estudio. Las dos cuencas est¨¢n separadas por una especie de acantilado submarino, el escarpe de Malta, que separa la corteza continental (al oeste, somera) de la corteza oce¨¢nica (al este, m¨¢s profunda), y que en algunos puntos alcanza un desnivel de tres kil¨®metros.
Este a?o, un equipo internacional de hidroge¨®logos, encabezado por Aaron Micallef de la Universidad de Malta, describe en Scientific Reports el hallazgo de un dep¨®sito ca¨®tico de sedimentos en el fondo del mar J¨®nico, justo pasado ese escarpe. Los restos se corresponden, seg¨²n los autores, al material erosionado arrastrado por el inmenso flujo de agua de la cuenca occidental del Mediterr¨¢neo, cuando esta se colm¨® gracias al agua atl¨¢ntica que hab¨ªa entrado primero por el actual estrecho de Gibraltar.
El ca?¨®n submarino tiene paredes de cientos de metros de altura por las que habr¨ªa ca¨ªdo el agua rebosante
Los sedimentos, identificados por el reflejo de ondas s¨ªsmicas generadas desde un barco, est¨¢n situados en la desembocadura de un ca?¨®n submarino que conectaba las dos cuencas del Mediterr¨¢neo, de oeste a este. Esta garganta tiene en la cuenca occidental una boca con forma de anfiteatro y pendiente relativamente suave, que habr¨ªa servido como el colector de las aguas excedentes que flu¨ªan precipitadamente hacia el mar J¨®nico. El ca?¨®n de Noto, como se llama, atraviesa el escarpe de Malta con una anchura de cinco o seis kil¨®metros y tiene paredes pr¨¢cticamente verticales de cientos de metros de altura por las que habr¨ªa ca¨ªdo el agua rebosante.
¡°Tiene una forma caracter¨ªstica parecida a los ca?ones formados durante megainundaciones del Pleistoceno, cuando las rupturas de presas de hielo descargaban uno o varios millones de metros c¨²bicos de agua s¨²bitamente, en procesos muy potentes¡±, explica Garc¨ªa-Castellanos, que tambi¨¦n particip¨® en esta investigaci¨®n. Igual que en esos casos, las aguas dragaron una cicatriz enorme en la superficie de la Tierra, y en esta ocasi¨®n arrastraron sedimentos que se depositaron de forma an¨¢rquica al final del ca?¨®n, alcanzando los 860 metros en algunos puntos. Descansan sobre los restos de sal previos, y ahora est¨¢n cubiertos por cientos de metros de sedimentos m¨¢s recientes y varios kil¨®metros de agua.
Los investigadores Ferr¨¢n Estrada y Gemma Ercilla, del Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) de Barcelona tienen una interpretaci¨®n cautelosa del hallazgo, basada en su propia experiencia de estudiar el ca?¨®n erosionado al este del estrecho de Gibraltar, en el mar de Albor¨¢n. Este accidente geogr¨¢fico apareci¨® durante la fase inicial de llenado del Mediterr¨¢neo, pero no presenta caracter¨ªsticas tan espectaculares como las del canal de Noto. ¡°Los dep¨®sitos que nosotros vemos en el mar de Albor¨¢n, donde el impacto de la inundaci¨®n es mucho mayor que en la zona de Malta, no tienen dimensiones para nada comparables con lo que ellos ven all¨ª¡±, se?ala Estrada. Garc¨ªa-Castellanos argumenta que esto probablemente se debe a que el suelo en el mar de Albor¨¢n era m¨¢s blando que el del escarpe de Malta, y el desnivel m¨¢s gradual.
Los investigadores intentar¨¢n tomar muestras perforando el suelo marino
Estrada tambi¨¦n se?ala que es ¡°raro¡± que los dep¨®sitos est¨¦n todos en la desembocadura del ca?¨®n y no se encuentren tambi¨¦n distribuidos a los lados de la corriente, como en las riberas de un r¨ªo, aunque el equipo de Micallef s¨ª tom¨® muestras de sedimentos que afloran en la plataforma de Malta y que podr¨ªan corresponderse a esos dep¨®sitos laterales. ¡°El Mediterr¨¢neo es muy activo y lo que vemos ahora no es lo que hab¨ªa¡±, recuerda Estrada.
No obstante, la edad y la ordenaci¨®n estratigr¨¢fica de los sedimentos son consistentes con la propuesta de los investigadores, concede Ercilla. ¡°Todav¨ªa sigue habiendo muchas inc¨®gnitas¡±, dice la investigadora. Una prueba clave vendr¨¢ cuando el equipo logre tomar muestras directas perforando el suelo marino, un proceso costoso para el que solo est¨¢n equipados unos cuantos nav¨ªos en todo el mundo. Esos valiosos testigos permitir¨¢n un an¨¢lisis m¨¢s detallado de la edad, ordenaci¨®n, procedencia y composici¨®n de los sedimentos.
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