Lewis Dartnell, bi¨®logo: ¡°Uno de los problemas del mundo moderno es que ya no hay escasez de muchas cosas¡±
En su libro ¡®Ser Humano¡¯, el experto ofrece ejemplos de c¨®mo la gen¨¦tica o las pandemias han determinado la historia universal
Cuando Hern¨¢n Cort¨¦s mont¨® su asedio final a Tenochtitlan en 1521, los defensores mexicas ofrecieron poca resistencia. Las enfermedades que llegaron con los europeos, en particular la viruela, hab¨ªan debilitado a los habitantes de aquella parte del planeta, indefensos ante unos pat¨®genos desconocidos. A?os antes, en el siglo VII, otro imperio fulgurante, el musulm¨¢n, avanz¨® a lomos de microbios, en este caso de la bacteria que produce la peste y dej¨® mermados a bizantinos y sas¨¢nidas. Dos imperios invencibles durante siglos fueron sustituidos por otros cuyos habitantes resistieron mejor brotes...
Cuando Hern¨¢n Cort¨¦s mont¨® su asedio final a Tenochtitlan en 1521, los defensores mexicas ofrecieron poca resistencia. Las enfermedades que llegaron con los europeos, en particular la viruela, hab¨ªan debilitado a los habitantes de aquella parte del planeta, indefensos ante unos pat¨®genos desconocidos. A?os antes, en el siglo VII, otro imperio fulgurante, el musulm¨¢n, avanz¨® a lomos de microbios, en este caso de la bacteria que produce la peste y dej¨® mermados a bizantinos y sas¨¢nidas. Dos imperios invencibles durante siglos fueron sustituidos por otros cuyos habitantes resistieron mejor brotes epid¨¦micos inesperados.
En Ser Humano (Debate), Lewis Dartnell (Taplow, Reino Unido, 44 a?os) ofrece multitud de ejemplos que quieren mostrar la influencia de la biolog¨ªa humana en el devenir de la historia. Despu¨¦s de un libro anterior, Or¨ªgenes, en el que relataba c¨®mo la geolog¨ªa ha determinado nuestra historia, se lanza ahora a explicar c¨®mo las enfermedades infecciosas o la gen¨¦tica provocaron la aparici¨®n del Reino Unido, la independencia de Hait¨ª y la ca¨ªda de la monarqu¨ªa borb¨®nica en Espa?a; o c¨®mo nuestra atracci¨®n por las drogas ha provocado guerras y ayudado a fundar pa¨ªses.
Pregunta. En su libro sugiere que el cristianismo debe su expansi¨®n inicial a la peste de Cipriano en el siglo II, que el islam se expande por los efectos de otra peste y que los espa?oles conquistaron Am¨¦rica sin apenas resistencia por las enfermedades infecciosas. ?No son explicaciones demasiado simples?
Respuesta. Trato muy seriamente de no simplificar en exceso lo que obviamente son procesos muy complicados, que ocurren en todo el mundo y a lo largo de amplios periodos de tiempo. Claramente, hay m¨¢s de un factor en juego. Pero el punto que intento destacar en el libro es que, a menudo, como cient¨ªficos o historiadores, tendemos a pasar por alto nuestra naturaleza fundamental como especie, y el papel que eso ha jugado junto a factores econ¨®micos, sociol¨®gicos o, incluso, el puro azar, en los resultados de la historia.
No argumentar¨ªa ni por un segundo que los procesos biol¨®gicos sean la ¨²nica influencia o que, de hecho, sean siempre la m¨¢s importante, aunque en muchos casos sostengo que lo son, o al menos tienen un efecto dominante. Pero creo que es simplemente un factor m¨¢s que debemos a?adir a la mezcla y considerar. En el caso de las pandemias o epidemias, y particularmente en la cuesti¨®n de la despoblaci¨®n masiva de las Am¨¦ricas cuando los exploradores europeos comenzaron a llegar en barcos, creo que est¨¢ bastante claro, seg¨²n la evidencia hist¨®rica y arqueol¨®gica, que se trat¨® de una serie de pandemias enormes que acabaron con una gran proporci¨®n de la poblaci¨®n ind¨ªgena.
P. En su libro habla de la importancia de nuestro gusto por las drogas, por la cafe¨ªna, el tabaco o el alcohol en el desarrollo de la historia. ?Es posible que ahora percibamos las drogas, que se han utilizado siempre, como algo problem¨¢tico por nuestra capacidad para producirlas en cantidades industriales? En el pasado, como solo se pod¨ªa producir un poco de alcohol, de tabaco o de otras drogas, sus efectos en los individuos y en la sociedad eran muy distintos, incluso pod¨ªan ser beneficiosos.
R. Existe una interacci¨®n entre estos efectos biol¨®gicos y los sociol¨®gicos o tecnol¨®gicos. Uno de los problemas del mundo moderno es que ya no hay escasez de muchas cosas que antes ten¨ªamos que buscar arduamente o dedicar mucho tiempo a recolectar. Esto incluye la gran disponibilidad y el bajo costo de calor¨ªas, como las bebidas azucaradas, que hoy en d¨ªa se pueden comprar por casi nada. Esto ha generado grandes problemas de obesidad y diabetes. Algunos investigadores describen esto como una desconexi¨®n entre el entorno en el que evolucionaron nuestros cuerpos y nuestra psicolog¨ªa y el mundo moderno, donde muchas cosas son muy f¨¢ciles de obtener. Esto se aplica tambi¨¦n a cosas que considerar¨ªamos drogas, como el alcohol, la nicotina y los opioides.
P. Hay libros como los suyos o los de Yuval Noah Harari que tratan de dar una visi¨®n global de la humanidad, que tratan de explicar nuestra naturaleza desde la antropolog¨ªa, la geolog¨ªa o la biolog¨ªa. ?Pueden guiarnos estos libros para mejorar como sociedad?
R. Creo que en ciencia y en historia, a menudo, los libros pueden estar muy enfocados, con una perspectiva muy limitada, y eso tiene mucho valor. Pero creo que tambi¨¦n hay mucho valor en libros que adoptan una visi¨®n m¨¢s amplia, que presentan la historia mundial con trazos m¨¢s generales. Esto, necesariamente, los hace un poco m¨¢s superficiales, algo m¨¢s difusos y nebulosos, pero intentan situar las cosas en su contexto tanto como sea posible.
En cuanto a la naturaleza humana, c¨®mo hemos evolucionado y hasta qu¨¦ punto podemos controlar nuestro comportamiento, argumento en el libro que la biolog¨ªa ha sido una influencia poderosa a lo largo de la historia humana. No ha sido la ¨²nica influencia, pero tampoco somos esclavos de nuestra biolog¨ªa. Al hablar de los sesgos cognitivos, reconozco que tienen efectos muy potentes. Incluso los investigadores que dedican sus vidas a estudiar estos sesgos a menudo caen en ellos. Es algo profundo y fundamental en el funcionamiento de nuestros cerebros. Pero eso no significa que no podamos enfrentarnos a este problema. Actualmente, hay mucha investigaci¨®n sobre c¨®mo reducir los sesgos o sobre c¨®mo estructurar comit¨¦s o grupos de personas para intentar contrarrestar los efectos de los sesgos cognitivos, as¨ª como estrategias para enfrentarlos a nivel individual. Muchas veces, ser consciente del problema es el primer paso para resolverlo.
Por lo tanto, no argumentar¨ªa que somos esclavos de nuestra biolog¨ªa, pero tampoco debemos ignorarla por completo y fingir que nuestra biolog¨ªa, evoluci¨®n, gen¨¦tica, anatom¨ªa y psicolog¨ªa no han tenido impacto en la historia humana, porque claramente lo han tenido. La verdad se encuentra en alg¨²n punto intermedio entre estos dos extremos, y ese es el terreno que intento explorar en el libro.
P. Habla de sesgos como la aversi¨®n a la p¨¦rdida, que el dolor si perdemos 100 euros es muy superior a la alegr¨ªa de ganar 100 y del origen evolutivo de ese sesgo. Eso nos hace ser conservadores y puede explicar por qu¨¦ muchas veces los pobres abrazan posturas pol¨ªticas que no les benefician, porque se preocupan m¨¢s por defender su terreno ante los que vienen por detr¨¢s que por reclamar a los de arriba.
R. Est¨¢ claro que hay mucha influencia de la psicolog¨ªa y la naturaleza humana en la pol¨ªtica, tanto en c¨®mo las personas eligen a los l¨ªderes que quieren como en c¨®mo los candidatos y las personas que desean mantenerse en el poder intentan influir, e incluso manipular y controlar a las personas. En cierto sentido, el conservadurismo y el deseo de no cambiar demasiado las cosas tienen l¨®gica. Hay una frase en ingl¨¦s que dice: ¡°Si no est¨¢ roto, no lo arregles¡±. Pero creo que esa mentalidad tambi¨¦n puede ser abusada por la extrema derecha o por personas que adoptan posturas pol¨ªticas extremas, porque el poder genera poder. Si ya tienes poder, est¨¢s en una posici¨®n m¨¢s fuerte para conservarlo y para disminuir el de otras personas o mantenerlas bajo control. Y eso lo hemos visto muchas veces a lo largo de la historia y tambi¨¦n en la pol¨ªtica actual.
P. ?Podemos aprender algo de nuestro pasado y de c¨®mo ha influido en ¨¦l la biolog¨ªa para ser m¨¢s felices? ?Cree que es posible aceptar que determinadas formas de vida son mejores para la mayor¨ªa? Hace poco se publicaba que las personas solteras, en particular los hombres, tienen m¨¢s tendencia a la depresi¨®n que las casadas, pero ?no resultar¨ªa escandaloso recomendar el matrimonio como se recomiendan otros estilos de vida saludables?
R. No estoy seguro de tener alg¨²n secreto biol¨®gico para la felicidad o un consejo para vivir una vida mejor, porque eso depende totalmente de tu situaci¨®n personal y tus circunstancias. Pero, como principio general, la filosof¨ªa antigua ha estado hablando de esto durante mucho tiempo: trata a los dem¨¢s como esperas que ellos te traten a ti. La regla de oro b¨¢sicamente se reduce a eso, y vemos que se repite en muchas filosof¨ªas, muchas religiones y en las estructuras formales de las leyes que han surgido en los estados para mantener una sociedad pac¨ªfica. No seas cruel con los dem¨¢s. Busca tu propia felicidad, tu propio placer, tu propia realizaci¨®n, siempre y cuando eso no interfiera en la capacidad de otros para buscar su felicidad. No robes la felicidad de otra persona ni los explotes.
Sabemos, por ejemplo, gracias a estudios psicol¨®gicos, cu¨¢nto necesitas ganar para ser feliz. Las personas que son muy pobres y no pueden cubrir sus necesidades b¨¢sicas son infelices, y a medida que ganas m¨¢s, tu nivel de felicidad aumenta, pero solo hasta cierto punto. Llega un momento en el que cada euro adicional que ganas ya no aporta mucha m¨¢s felicidad. Un multimillonario no es mil veces m¨¢s feliz que un millonario. Hay un punto en el que puedes cubrir todas tus necesidades b¨¢sicas, darte algunos gustos, comprarte un regalo de vez en cuando o irte de vacaciones agradables, y m¨¢s all¨¢ de eso, el dinero realmente no trae felicidad adicional. No hay ning¨²n secreto en eso.