Mariano Sigman, neurocient¨ªfico: ¡°En tiempos de conflicto, es enormemente valioso guardar silencio¡±
El investigador argentino reflexiona sobre la importancia de la conversaci¨®n en un mundo que va demasiado r¨¢pido con el avance de la inteligencia artificial y la agresividad en las redes sociales
Hemos llegado a un punto, dice Mariano Sigman (Buenos Aires, 52 a?os), en el que, aunque la filosof¨ªa ha abogado siempre por el conocimiento, a veces hay que reivindicar justo lo contrario. Un poco como aquel arranque de Coraz¨®n tan blanco, de Javier Mar¨ªas: ¡°No he querido saber, pero he sabido¡±. ¡°?Para qu¨¦ saber, por ejemplo, el d¨ªa en el que vamos a morir?¡±, se pregunta, vaso de agua en mano, sentado en el sof¨¢ de una nave industrial en el barrio madrile?o de Tetu¨¢n. El neurocient¨ªfico participa en el Foro Tendencias, Conversar sobre el futuro para poder entenderlo, organizado por EL PA?S que se celebra el 11 y 12 de noviembre.
Pregunta. No paramos de hablar, y sin embargo, dice usted que ¡°la conversaci¨®n est¨¢ en crisis¡±.
Respuesta. Le pongo un ejemplo mundano. Si en una trifulca de f¨²tbol hay dos que se pelean, y llega uno a separarlos pero lo hace empuj¨¢ndolos, esa persona cree que modera y pone paz, pero en realidad lo que hace es echar m¨¢s le?a al fuego, y llega un cuarto y tampoco est¨¢ precisamente calmado, pues eso lo que vivimos, tiempos en los que la ira convoca a la ira y casi todas las emociones son contagiosas. Es muy dif¨ªcil para uno darse cuenta del que est¨¢ prendiendo el mismo fuego del que uno declama que quiere apagar. En estos tiempos la conversaci¨®n se est¨¢ yendo a un lugar m¨¢s t¨®xico. Y hay una idea que creo que casi nadie tiene, que es la de que, en estos tiempos de conflicto, es enormemente valioso guardar silencio. A veces lo que hay que hacer es no decir nada. Como dec¨ªa Cioran: ¡°Toda palabra es una palabra de m¨¢s¡±. La variante m¨¢s explosiva es X, una plaza p¨²blica donde la gente grita y nadie sabe que est¨¢ gritando.
P. Los ¨²ltimos tuits que he escrito est¨¢n en la carpeta de borradores. Quiz¨¢ para no contribuir al grito, o para que no me griten.
R. Es que todos tenemos una enorme vocaci¨®n comunicacional y de hecho es la esencia de todas las redes sociales. Eso de que si no pones una foto parece que no has estado es una idea viej¨ªsima, porque los fil¨®sofos griegos ya dec¨ªan que las cosas toman entidad en el momento en el que se las cuentas a otro. Acabo de hacer un libro sobre la amistad con Jacobo Bergareche para el que hemos conversado con mucha gente, y uno de los lugares recurrentes a los que hemos llegado es que muchas veces uno quiere a los amigos para que le escuchen, no para que le digan algo. Es la esencia misma del llanto, evolutivamente t¨² le est¨¢s gritando al mundo que te sientes mal.
La variante m¨¢s explosiva es X, una plaza p¨²blica donde la gente grita y nadie sabe que est¨¢ gritando
P. Ayer estaba viendo el episodio de un true crime, y al asesino en serie le descubr¨ªan solo cuando, tras llevar varias v¨ªctimas a sus espaldas, mata a una mujer a la que su hermano empieza a echar en falta. Al resto nadie les hab¨ªa echado en falta, y me acord¨¦ de eso que dice que la soledad es un factor de riesgo.
R. Pensaba que ibas a ir por otro lado, porque precisamente la necesidad de contar es un elemento decisivo en el true crime. Esto pas¨® en Argentina, hubo un robo a un banco que dio lugar a una pel¨ªcula y a un documental donde salieron sin dejar ni una pista, ni un rastro, lo robaron todo y dejaron solo una carta escrita en tono de mofa. Cuando entrevistaron al polic¨ªa que lleva el caso dijo: ¡°Van a aparecer porque lo que les va a traicionar es la vanidad. En alg¨²n momento no van a poder soportar no contarle a alguien qui¨¦nes son¡±. Hay un librito extraordinario escrito por Borges y Bioy Casares, titulado Cuentos breves y extraordinarios. El ¨²ltimo de ellos se llama El mundo es ancho y ajeno y narra un pasaje de la Divina comedia donde Dante va caminando, ve un transe¨²nte y de repente se asombra profundamente de que ese transe¨²nte no conoce a Beatriz. Esa es la esencia de la soledad humana, que hay alguien que vive un fuego de amor intenso y otra persona a menos de 30 cent¨ªmetros que ni tiene ning¨²n dolor ni ning¨²n registro de lo que le pasa a la otra persona.
P. Se parece a lo que le pas¨® mientras viv¨ªa en Par¨ªs.
R. S¨ª, llegu¨¦ en 2003 y fue un a?o con can¨ªcula en la que muri¨® mucha gente mayor. La noticia dec¨ªa que hab¨ªan muerto de calor, pero fue por soledad, porque nadie se habr¨ªa muerto si algunas de esas personas hubieran tenido alguien al lado pendiente de ellos. Dici¨¦ndoles que tienen que hidratarse, sabiendo que est¨¢ todo bien.
P. Esta ma?ana tuve una conversaci¨®n con amigos sobre inteligencia artificial (IA). Algunos estaban expectantes, otros preocupados. ?En qu¨¦ bando est¨¢ usted?
R. En los dos bandos, porque creo que hay que estar en ambos. Hay que ser el galo que resiste siempre al invasor, el tozudo que ejerce, quiz¨¢ de forma equivocada, ante lo nuevo. Y hay que ser el explorador. Son los dos extremos de la ingenuidad, uno cree que en el statu quo se asegura el bienestar y otro es como Aureliano Buend¨ªa. La IA es algo muy grande, no es una revoluci¨®n tecnol¨®gica m¨¢s. Es grande como el invento de la escritura o la imprenta. De hecho, todas afectan y tienen que ver con las palabras, con el lenguaje. De hecho, el momento m¨¢s prominente de la IA no fue cuando surgi¨® hace veinte a?os, sino ahora, cuando empieza a hablar, cuando las m¨¢quinas producen lenguaje, textos, ideas.
P. La revoluci¨®n.
R. Creo que es muy dif¨ªcil que algo que es tan transversal a distintas disciplinas humanas, que por primera vez automatiza no nuestras funciones repetitivas y c¨ªclicas, como tejer un su¨¦ter, sino lo que era la polis, la creaci¨®n de ideas originales, es dif¨ªcil pensar que eso no genere un terremoto. Creo que es adecuado estar muy atento, mantener siempre una mirada humana, para insertar esta tecnolog¨ªa al mundo. Algo parecido a lo que pas¨® con la tecnolog¨ªa nuclear. Tenemos que estar atentos y sensibles, no entrar en p¨¢nico. Por eso no me gusta demasiado el discurso de (Yuval Noah) Harari. Tiene asideros, pero al mismo tiempo est¨¢ convocando al p¨¢nico.
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