Los cient¨ªficos se movilizan para salvar los cielos del Observatorio Paranal
Una carta de la veterana astr¨®noma Mar¨ªa Teresa Ruiz encendi¨® las alertas de la comunidad cient¨ªfica en Chile ante la amenaza de un complejo industrial que se ubicar¨ªa demasiado cerca de los telescopios
Apenas 225 palabras de Mar¨ªa Teresa Ruiz bastaron para encender una alarma en la comunidad cient¨ªfica a trav¨¦s de una carta enviada al peri¨®dico chileno El Mercurio: un megaproyecto industrial en Chile amenaza uno de los observatorios astron¨®micos m¨¢s importantes del mundo. ¡°A m¨ª me llegaron comentarios en noviembre y eso me preocup¨® much¨ªsimo. Me puse nerviosa porque nadie estaba haciendo nada¡±, confiesa la astr¨®noma por tel¨¦fono. Ruiz percib¨ªa que ¡°las aguas estaban demasiado tranquilas¡± y pens¨® que lo mejor era sentarse a escribir. D¨ªas previos a la publicaci¨®n del texto, ella hab¨ªa aprovechado una charla sobre el Sol que ofreci¨® al p¨²blico para contar lo que estaba sucediendo. ¡°Aprovech¨¦ de hacer un aviso comercial¡±, bromea. Un ni?o peque?o se acerc¨® a ella en esa instancia y le pregunt¨® ¡°?c¨®mo podemos ayudar con mi colegio?¡±.
El cient¨ªfico chileno Jos¨¦ Maza, Premio Nacional de Ciencias Exactas (1999), se hizo eco de la alerta con otra carta dirigida al mismo medio. Mientras tanto, en California (Estados Unidos), el texto de Ruiz lleg¨® a parar al ordenador de la astrof¨ªsica Bernardita Ried, exalumna de la cient¨ªfica que est¨¢ haciendo un doctorado en la Universidad de Stanford.
La carta de Ruiz, tal como el aleteo de una mariposa, desemboc¨® en una secuencia sucesiva de apoyos. R¨¢pidamente, ella le envi¨® un mensaje por WhatsApp y la astr¨®noma le respondi¨® con una extensa nota de voz. ¡°La profesora ya no hace observaciones. Va a ser mi generaci¨®n y la que est¨¢ m¨¢s arriba las que se ver¨¢n afectadas por estos temas¡±, explica Ried por videollamada con EL PA?S. En ese intercambio de mensajes, Ried le coment¨® convencida que hab¨ªa que sacar ¡°esto a la luz¡±, pues la principal amenaza que observaron las cient¨ªficas es la contaminaci¨®n lum¨ªnica.
Eduardo Unda-Sanzana, director Centro de Astronom¨ªa de la Universidad de Antofagasta, lo relata as¨ª: ¡°A segunda mitad de 2024 se empez¨® a desarrollar una actividad muy intensiva de lobby por parte de la empresa. Empezamos a ver la magnitud del proyecto, que tiene una inversi¨®n de hasta 10.000 millones de d¨®lares proyectados, que es una inversi¨®n hist¨®rica para la regi¨®n de Antofagasta. Entonces eso inici¨® una conversaci¨®n¡±.
Finalmente, los rumores fueron despejados en v¨ªsperas de Nochevieja, cuando AES Andes present¨® el proyecto INNA de manera oficial al Sistema de Evaluaci¨®n Ambiental. Bernardita Ried sinti¨® ¡°una presi¨®n muy grande¡± y decidi¨® contarle a sus colegas de NOIRLab (el principal centro nacional de EE UU para la astronom¨ªa ¨®ptica-infrarroja) lo que estaba pasando. ¡°Este es un problema mundial¡±, insiste. As¨ª que organiz¨® un seminario y luego, public¨® un video en su cuenta de Instagram para difundirlo entre sus 21.000 seguidores.
¡°Les traigo malas noticias¡±, empezaba diciendo en la publicaci¨®n que tiene m¨¢s de 2.400 likes. ESO hizo p¨²blica una declaraci¨®n un d¨ªa despu¨¦s denunciando lo que estaba sucediendo. ¡°He tenido pesadillas esta semana¡±, confiesa la astrof¨ªsica. A Sergio Lavandero, presidente de la Academia Chilena de Ciencias, la noticia tambi¨¦n le lleg¨® por correspondencia. Las cartas de Ruiz y Maza inquietaron al investigador.
¡°Gracias al trabajo conjunto de estos telescopios terrestres y otros que orbitan la Tierra estamos observando el amanecer del universo, incluidos las primeras galaxias y agujeros negros, cuestionando diferentes teor¨ªas que explican su origen¡±, reflexiona por WhatsApp. Los cient¨ªficos, seg¨²n Lavandero, se est¨¢n organizando para que se puedan realizar estos estudios. ¡°Celebro que promovamos las nuevas energ¨ªas limpias como el hidr¨®geno verde y tenemos que ver como compatibilizamos ambos desarrollos¡±, agrega.
Unda-Sanzana insiste en este enfoque: ¡°La discusi¨®n se ha dado sobre c¨®mo el proyecto puede afectar las condiciones de los observatorios de la ESO. Pero nosotros quisi¨¦ramos cambiar el foco. Primero, que no se piense que los astr¨®nomos estamos en contra de los grandes proyectos de energ¨ªa, sino que es un tema sobre la ubicaci¨®n del proyecto. Y, segundo, que el debate no se d¨¦ solo sobre los observatorios de la ESO, sino sobre el efecto sobre los cielos oscuros de Chile¡±.
El Consejo de Rectores y Rectoras de las Universidades Chilenas, que engloba a 30 universidades p¨²blicas y privadas de Chile, tambi¨¦n se ha sumado a esta alerta a trav¨¦s de una declaraci¨®n. ¡°Es evidente que no existe medida de mitigaci¨®n capaz de garantizar la protecci¨®n de los cielos en las condiciones actuales, por lo que resulta imperativo evaluar una reubicaci¨®n del proyecto a una zona m¨¢s distante¡±. Andrea Mej¨ªas, primera vicepresidenta de la Sociedad Chilena de Astronom¨ªa, tambi¨¦n advierte de que se trata de una lucha que va m¨¢s all¨¢ de este lugar: ¡°Estos observatorios han llevado a que Chile tenga un avance e impacto cient¨ªfico gigante. Y claro, estamos dando la pelea por Paranal, pero tambi¨¦n es una lucha por el contexto local y nacional, de seguir manteniendo el cielo m¨¢s oscuro del mundo¡±.
La corriente fr¨ªa que ayuda a los astr¨®nomos
El viento g¨¦lido que rodea al cerro Paranal proviene del oc¨¦ano Pac¨ªfico. Este escenario es ideal para los telescopios de ESO, que son extremadamente sensibles a la turbulencia atmosf¨¦rica. La sola instalaci¨®n de los tres parques e¨®licos que menciona el expediente de INNA tambi¨¦n podr¨ªan afectar las condiciones atmosf¨¦ricas.
Los aparatos poseen un sistema sofisticado para corregir las distorsiones de las observaciones, unos l¨¢seres de ¨²ltima generaci¨®n que permiten obtener im¨¢genes del universo tan n¨ªtidas como si los astr¨®nomos estuvieran en el espacio. Los telescopios miran con esa ayuda hacia las estrellas atravesando toda una capa de gas, en un efecto similar a lo que ocurre cuando miramos el fondo de una piscina.
Los datos de Paranal contribuyen a las investigaciones de planetas m¨¢s j¨®venes en torno a sus estrellas, un ¨¢rea de estudio en la que se ha especializado la astr¨®noma chilena Teresa Paneque, que ayuda a entender c¨®mo funciona el sistema solar y qu¨¦ caracter¨ªsticas condujeron al origen de la vida en la Tierra. ¡°Los mails est¨¢n circulando y la gente sabe lo qu¨¦ est¨¢ pasando¡±, asegura por videollamada.
Paneque estuvo en la conferencia de la Sociedad de Astronom¨ªa Estadounidense, que se celebra en San Diego. Antes de viajar, la divulgadora chilena decidi¨® publicar un video en Instagram para difundir esta situaci¨®n, igual que Bernardita Ried. El tono de Paneque es de suma preocupaci¨®n: ¡°Necesito que veas esto, porque Chile pierde sus estrellas¡±, dice en la publicaci¨®n, que alcanz¨® a cuatro millones de usuarios. ¡°El punto de vista cient¨ªfico est¨¢ puesto sobre c¨®mo va a actuar el Estado de Chile y c¨®mo se van a proteger estos laboratorios naturales que son el ojo del planeta para observar el universo¡±, se?ala.
ESO ha propuesto reubicar las instalaciones de INNA al menos 50 kil¨®metros al sur, una medida que mitigar¨ªa estos efectos y ayudar¨ªa a preservar las condiciones del cielo nocturno. La Reserva E¨®lica de Taltal es un sitio que tiene unas caracter¨ªsticas de viento mucho mejor que la zona donde est¨¢ planeado INNA, asegura la representante de ESO, Itziar de Gregorio. AES Chile asegura que ¡°el impacto lum¨ªnico del proyecto se ha evaluado¡±, que entienden ¡°las inquietudes planteadas por ESO¡± y que est¨¢n ¡°comprometidos a colaborar con todas las partes¡±.
¡°Nosotros consideramos que es muy plausible poder trasladar el proyecto a ese lugar¡±, explica. Lo mismo opina el astrof¨ªsico de la Universidad Complutense de Madrid, Alejandro S¨¢nchez de Miguel, que estuvo hace poco en Chile invitado por la Pontificia Universidad Cat¨®lica de Valpara¨ªso. ¡°Ese proyecto se puede hacer pr¨¢cticamente en cualquier lugar, en cambio, los observatorios no¡±, asegura. Una vez construido el Observatorio, seg¨²n S¨¢nchez de Miguel, lo que hace es tener un impacto negativo. ¡°El astroturismo y la astronom¨ªa en general es una de las pocas (por no decir la ¨²nica actividad humana) que una vez construida protege el medioambiente¡±, dice.
La participaci¨®n ciudadana es clave
El subsecretario de Ciencia, Cristián Cuevas aseguró a EL PAÍS que el proceso de evaluación “cuenta con la consulta y participación activa de diversas comunidades y agentes involucrados”. Sin embargo, la Resolución de la Calificación Ambiental puede tardar meses o incluso años.
En ese intertanto, dicha participación será clave. “Va a ser nuestra mejor oportunidad”, enfatiza de Gregorio. María Teresa Ruiz no duda en afirmar que hay que dar la batalla “por cuidar esos lugares tan únicos”, que recorrió por primera vez a finales de los noventa, cuando acampó junto a un grupo de colegas. Ni siquiera Antu (Sol, en lengua indígena mapuche), uno de los cuatro telescopios que se construirían en la zona, había comenzado sus operaciones.
Esta científica veterana en el campo de la astronomía recuerda ese periodo con nostalgia. Un paisaje esencialmente marciano e inhóspito, a 2.600 metros sobre el nivel del mar, que espera que nuevas generaciones puedan seguir explorando.