El estudio de la filosof¨ªa para la comprensi¨®n cient¨ªfica
La filosof¨ªa no ha de quedarse fuera de los planes de estudio por ser fundamento para desarrollar la vocaci¨®n de un alumnado despierto al inter¨¦s cient¨ªfico
Si encontr¨¢semos sentido a las leyes que rigen el mundo subat¨®mico de la mec¨¢nica cu¨¢ntica ser¨ªa para preocuparse. Tanto como que no entender¨ªamos lo que en realidad nos muestra la mec¨¢nica cu¨¢ntica.
Pero se hace dif¨ªcil, por no decir imposible, comprender esto ¨²ltimo si antes no nos hemos entrenado para la reflexi¨®n, es decir, si antes no nos hemos preparado para desentra?ar las implicaciones filos¨®ficas de la mec¨¢nica cu¨¢ntica. De ah¨ª que resulte tan necesario se?alar que las herramientas de las humanidades son necesarias para completar el conocimiento cient¨ªfico. Sin ellas, dicho conocimiento se quedar¨ªa sin su parte sustantiva, es decir, sin imaginaci¨®n.
Sin ir m¨¢s lejos, en este mismo peri¨®dico, Manuel Vicent argument¨® a favor de la filosof¨ªa en nuestro sistema educativo. Con todo, lejos de la disyuntiva que se plantea entre lo ¨²til o in¨²til de una asignatura como la filosof¨ªa, vamos a tomar la filosof¨ªa como fundamento para desarrollar la vocaci¨®n de un alumnado despierto al inter¨¦s cient¨ªfico. Leibniz nos puede servir de ejemplo para mostrar que, tanto la filosof¨ªa como las matem¨¢ticas, ambas disciplinas son un logro natural de la misma realidad cient¨ªfica.
En el caso del fil¨®sofo alem¨¢n no se podr¨ªa entender una disciplina sin la otra. Porque las leyes f¨ªsicas son fen¨®menos mentales propios de los grados de abstracci¨®n que propone el estudio de la filosof¨ªa. Carl Sagan lo explic¨® mejor que nadie cuando apunt¨® que somos materia estelar que reflexiona sobre las estrellas.
Acaba de salir un libro, un breve ensayo, escrito por el profesor de filosof¨ªa Jeffrey John Kripal donde se habla de estas cosas. El libro se titula El vuelco y ha sido publicado en castellano por Atalanta. En ¨¦l, el profesor Kripal nos va ilustrando con ejemplos acerca de la relaci¨®n de dependencia que existe entre humanidades y materia cient¨ªfica. Es un trabajo muy curioso, pues sin dejar de lado el conocimiento cient¨ªfico, Kripal se adentra en la parte m¨ªstica que todo experimento lleva consigo cuando se desarrolla desde la primera persona.
En uno de sus cap¨ªtulos nos presenta una relaci¨®n de nombres propios que han salido del armario cient¨ªfico y con ello han completado su conocimiento. De entre todos ellos, destaca Hans Berger (1831-1941), quien sufri¨® un accidente al caer de un caballo mientras estaba en el ej¨¦rcito cumpliendo el servicio militar, y desde el suelo pudo ver c¨®mo se acercaba arrollador, a gran velocidad, un carro de combate.
Si el carro no llega a frenar en el ¨²ltimo momento, Berger hubiera muerto aplastado y no hubiese sido el descubridor del encefalograma. Porque cuando Berger cay¨® de su caballo, a muchos kil¨®metros del lugar, su hermana lo vivi¨® en el mismo instante en que el accidente estaba sucediendo. Tuvo la sensaci¨®n de que asist¨ªa a la ca¨ªda de su hermano a pesar de la distancia.
A partir de entonces, Berger empez¨® a estudiar, a investigar la conexi¨®n entre las leyes f¨ªsicas y los fen¨®menos mentales, lo que le llev¨® a curiosear en la energ¨ªa ps¨ªquica, en la electricidad del cerebro humano. Desde la psiquiatr¨ªa se dio cuenta de que la relaci¨®n entre la magnitud de un suceso y la intensidad con la que este es percibido no depende de su cercan¨ªa, sino que hay una relaci¨®n cient¨ªfica que no est¨¢ divorciada de la filosof¨ªa como madre de todas las ciencias.
El de Berger tan solo es un ejemplo que nos sirve para se?alar que el sentido c¨®smico de lo humano, tal y como apunta Manuel Vicent en su art¨ªculo, no puede quedarse fuera de los planes de estudio, pues al hacerlo eliminar¨ªamos todo tipo de inspiraci¨®n cient¨ªfica. Por eso, el estudio de la filosof¨ªa es de vital importancia.
El hacha de piedra es una secci¨®n donde Montero Glez, con voluntad de prosa, ejerce su asedio particular a la realidad cient¨ªfica para manifestar que ciencia y arte son formas complementarias de conocimiento.
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