Las novelas de detectives y la metodolog¨ªa cient¨ªfica, una buena pareja
En la novela ¡®La verdad sobre el caso Harry Quebert¡¯, el protagonista se mueve sin abandonar el m¨¦todo cient¨ªfico, a partir de las pruebas existentes
Existe una estrecha relaci¨®n entre la novela polic¨ªaca, pongamos de detectives, y el m¨¦todo cient¨ªfico. La b¨²squeda de la causa a partir de los efectos, as¨ª como cada una de las etapas de la investigaci¨®n, son cosas que est¨¢n presentes en toda novela de detectives que se precie.
Desde l...
Existe una estrecha relaci¨®n entre la novela polic¨ªaca, pongamos de detectives, y el m¨¦todo cient¨ªfico. La b¨²squeda de la causa a partir de los efectos, as¨ª como cada una de las etapas de la investigaci¨®n, son cosas que est¨¢n presentes en toda novela de detectives que se precie.
Desde la definici¨®n del problema a la formulaci¨®n de hip¨®tesis para obtener resultados que nos lleven finalmente a la conclusi¨®n del caso, todos y cada uno de los pasos que se dan con el fin de avanzar en el campo cient¨ªfico, son id¨¦nticos a los que dan los detectives de las novelas polic¨ªacas para llegar al asesino. Y esto viene ocurriendo desde que Edgar Allan Poe inaugurara el g¨¦nero en 1841 con su relato The Murders in the Rue Morgue present¨¢ndonos a Auguste Dupin, un detective aficionado que, siguiendo el m¨¦todo cient¨ªfico y sin abandonar la t¨¦cnica de la deducci¨®n, dar¨¢ con la causa del misterio que presenta el relato.
En un apartamento de un barrio de Par¨ªs se produce el asesinato de dos mujeres, madre e hija. A partir de tal efecto, Auguste Dupin dar¨¢ con la causa. Siguiendo este esquema, el joven autor franco-suizo J?el Dicker ha escrito una novela titulada La verdad sobre el caso Harry Quebert (Alfaguara), una historia detectivesca donde el misterio se presenta en forma de cad¨¢ver enterrado en el jard¨ªn de Harry Quebert, antiguo profesor universitario que vive en un peque?o pueblo costero. El encargado en resolver el misterio y demostrar la inocencia de Harry Quebert ser¨¢ su antiguo disc¨ªpulo, el escritor Marcus Goldman que, sin abandonar el m¨¦todo cient¨ªfico, ira deduciendo y modificando hip¨®tesis a partir de las pruebas existentes.
Hay en esta novela, si se permite emplear el t¨¦rmino, un uso diestro de la Navaja de Ockham, es decir, del principio que se utiliza en ciencia para guiar los modelos te¨®ricos y que viene a decir que la explicaci¨®n m¨¢s simple y suficiente siempre es la m¨¢s probable, aunque no necesariamente sea la verdadera. Esta herramienta la afil¨® un monje franciscano llamado Guillermo de Ockham (1285-1347) ¡ªde ah¨ª su nombre¡ª y aplicar su corte es lo que lleva a Goldman a desvelar el misterio que envuelve el complejo caso de su profesor. Aunque todo indica que Harry Quebert es el responsable del crimen, para Goldman las explicaciones son demasiado complejas y chocan contra sus razonamientos. Es entonces cuando tira de navaja cient¨ªfica.
La tendencia a simplificar est¨¢ presente en cada una de las acciones de esta absorbente historia que se ha convertido en todo un ¨¦xito internacional con miles de personas enganchadas a una trama donde Dicker nos invita a jugar a ser detectives, a emplear el m¨¦todo cient¨ªfico para esclarecer las causas de un crimen y con ello encontrar al culpable.
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