?Hasta qu¨¦ punto puede ayudarnos la ingenier¨ªa gen¨¦tica?
Todo indica que con la manipulaci¨®n de los genes se podr¨¢n tratar enfermedades hereditarias
Hace algunos d¨ªas nos lleg¨® la noticia desde China. Se ha conseguido crear ratones de laboratorio que tienen dos padres machos. Otra vuelta m¨¢s de tuerca de la ingenier¨ªa gen¨¦tica; un giro extremo conseguido a base de manipular c¨¦lulas madre embrionarias.
Como sabemos, la ingenier¨ªa gen¨¦tica es una rama de la biolog¨ªa que ha abierto nuevas posibilidades a la hora de modificar los genes de un organismo. Con su aplicaci¨®n, adem¨¢s de alterar productos agr¨ªcolas y crear animales en los laboratorios, se van a poder tratar enfermedades gen¨¦ticas hereditarias con resultados ¨®ptimos. Por ejemplo, la cient¨ªfica Helen Sang, del Instituto Roslin de Edimburgo ¡ªdonde en 1996 se clon¨® la oveja Dolly¡ª, cre¨® en su d¨ªa una raza de gallinas modificadas gen¨¦ticamente, cuyos huevos contienen prote¨ªnas que podr¨ªan tratar la esclerosis m¨²ltiple, el c¨¢ncer de piel y la artritis.
Con estas cosas, hay que recordar que el escritor Ira Levin anticip¨® las alteraciones gen¨¦ticas de nuestro presente en su novela Los ni?os del Brasil, adelant¨¢ndose a las manipulaciones de fragmentos de ADN de un organismo para recombinarlo con el de otro organismo, prediciendo as¨ª la clonaci¨®n de la oveja Dolly. La historia que cuenta Levin pudo haber sido verdad. Est¨¢ basada en los experimentos del doctor Josef Mengele ¡ªconocido como el ?ngel de la muerte¡ª quien trabaj¨® con seres humanos en los laboratorios de los campos de concentraci¨®n durante la Segunda Guerra Mundial.
En este caso, Ira Levin fabula con las clonaciones de Adolf Hitler, de quien se habr¨ªan producido copias gen¨¦ticamente id¨¦nticas a partir de una de sus c¨¦lulas. El responsable de tal aberraci¨®n no habr¨ªa sido otro que Mengele quien, desde su escondite brasile?o, deseaba crear un nuevo F¨¹hrer. Se trata de un argumento que Ira Levin puso en marcha a partir de las investigaciones de Stanley Cohen y Herbert Boyen, genetistas de la Universidad de Stanford que desarrollaron la tecnolog¨ªa de ADN recombinante, el m¨¦todo que une artificialmente fragmentos de ADN. Corr¨ªa el a?o 1972, y el corta y pega del ADN empezaba a tomar forma.
A partir de aqu¨ª, todo sucedi¨® muy deprisa, pues, un a?o despu¨¦s, investigadores de las universidades de California y de Stanford recombinaron el gen de un sapo del g¨¦nero Xenopus con el ADN de la bacteria Escherichia coli, de tal modo que la bacteria empez¨® a producir una de las prote¨ªnas existentes en el sapo. De aqu¨ª a la primera manipulaci¨®n gen¨¦tica en vegetales hay un paso. Y ese primer paso se dio con tabaco y con petunias, una flor tambi¨¦n conocida como flor del amor.
En 1994 empez¨® a comercializarse en el mercado norteamericano el primer alimento fruto de la ingenier¨ªa gen¨¦tica: el tomate FlavrSavr. Hoy, un buen porcentaje del cultivo que se hace en Estados Unidos es transg¨¦nico. Con ello se abre el debate, la discusi¨®n que trae un nuevo discurso y que nos devuelve a la novela de Ira Levin, donde el destino de la raza aria depende de un experimento de laboratorio.
Se trata de una ficci¨®n, pero paliar el hambre en el mundo es algo que puede hacerse realidad. Y esta es una de las partes de la discusi¨®n. La otra est¨¢ en que los alimentos transg¨¦nicos pueden da?ar la salud y el medio ambiente.
La oveja Dolly muri¨® en el a?o 2003, pero el eco de su balido todav¨ªa sigue originando pol¨¦mica.