?Por qu¨¦ existe la idea err¨®nea de que las vacunas provocan autismo?
Esta falsa relaci¨®n surgi¨® en 1998, cuando el cirujano brit¨¢nico Andrew Wakefield public¨® un art¨ªculo al respecto, y ha sido ¡®resucitada¡¯ estos d¨ªas por Donald Trump
No es cierto que las vacunas provoquen autismo. Taxativamente, no. Esa idea err¨®nea surgi¨® en 1998, cuando el cirujano brit¨¢nico, Andrew Wakefield, public¨® un art¨ªculo cient¨ªfico en una de las revistas m¨¦dicas m¨¢s prestigiosas del mundo, The Lancet. En ese art¨ªculo, Wakefield, que hab¨ªa estado investigando la enfermedad inflamatoria intestinal en 12 ni?os, relacionaba la vacuna triple v¨ªrica que protege contra el sarampi¨®n, la rubeola y las paperas, tanto con la aparici¨®n de enfermedad inflamatoria intestinal como con el desarrollo de autismo. La idea ha sido resucitada hace unos d¨ªas por el presidente electo estadounidense, Donald Trump, que expuso sus dudas sobre si algunas vacunas han aumentado el ¨ªndice de autismo entre la poblaci¨®n, despu¨¦s de una cena en la que estuvo presente Robert F. Kennedy Jr., su candidato a secretario de Salud, conocido por su negacionismo.
Aquel art¨ªculo en The Lancet caus¨® una aut¨¦ntica conmoci¨®n porque sus conclusiones se reprodujeron en decenas de medios de comunicaci¨®n de todo el mundo y sobre todo en Gran Breta?a y Estados Unidos. Pero hab¨ªa un enorme problema detr¨¢s: el art¨ªculo de Wakefield era un fraude.
Hubo muchas familias, sobre todo en aquella ¨¦poca, que dejaron de vacunar a sus hijos por miedo a que desarrollaran autismo. Eso produjo un repunte de casos, m¨¢s que nada de sarampi¨®n. El sarampi¨®n puede producir encefalopat¨ªa y afectaciones neurol¨®gicas importantes, as¨ª como en casos muy graves llevar a la muerte, as¨ª que no es algo sin importancia. Es decir, este fraude cient¨ªfico tuvo repercusiones en la salud, y tambi¨¦n de tipo econ¨®mico.
Desde entonces, se ha hecho metaan¨¢lisis, se intent¨® reproducir el estudio de Wakefield en distintos pa¨ªses, por distintos grupos cient¨ªficos, incluso, los mismos investigadores que hab¨ªan colaborado con ¨¦l en el art¨ªculo publicado en The Lancet intentaron reproducir los datos que aportaba y no pudieron. No hab¨ªa ninguna evidencia cient¨ªfica que demostrara lo que este cirujano hab¨ªa publicado.
M¨¢s tarde se descubri¨® que lo que Wakefield buscaba era obtener rentabilidad econ¨®mica. Pretend¨ªa lucrarse con una empresa que hiciera los an¨¢lisis m¨¦dicos a los ni?os autistas cuyas familias decidieran denunciar a las empresas productoras de la vacuna triple v¨ªrica. Es decir, no solo se trat¨® de un fraude cient¨ªfico, sino que hab¨ªa un inter¨¦s econ¨®mico detr¨¢s.
En el a?o 2010, el Consejo M¨¦dico General de Reino Unido le quit¨® a Wakefield su licencia para ejercer la medicina por fraude, mala praxis y falta de honestidad. The Lancet retir¨® el art¨ªculo y public¨® una disculpa en la que explicaba que los datos del art¨ªculo hab¨ªan sido manipulados.
Pero aquel art¨ªculo y la falta de escr¨²pulos de Andrew Wakefield han supuesto un da?o tremendo a la credibilidad y al desarrollo de vacunas. Se ha tenido que invertir much¨ªsimo dinero para descartar la afirmaci¨®n que hizo. Se han hecho muchos estudios para demostrar que aquel art¨ªculo no era cierto. Y aunque parezca imposible, todav¨ªa algunas personas siguen repitiendo esto; como el propio Donald Trump. Esa afirmaci¨®n demuestra el enorme desconocimiento que existe de la situaci¨®n, porque desde el a?o 1998 se han hecho decenas de estudios epidemiol¨®gicos en distintos pa¨ªses incluyendo a cientos de miles de ni?os; por ejemplo, se hizo uno en Dinamarca con medio mill¨®n de ni?os u otro con m¨¢s de 90.000 en Estados Unidos. Tambi¨¦n en Jap¨®n, Canad¨¢, Inglaterra, y la conclusi¨®n de todos ellos: no hay ninguna correlaci¨®n o asociaci¨®n del autismo con la vacuna triple v¨ªrica. No hay incremento de autismo en ni?os vacunados con la triple v¨ªrica.
Fue un art¨ªculo falso que provoc¨® una bola de nieve con consecuencias terribles. La gente piensa que los pat¨®genos ya no circulan, pero no es as¨ª, seguimos teniendo a nuestro alrededor muchos virus como el que produce sarampi¨®n, o la polio; bacterias que producen enfermedades muy graves como difteria, t¨¦tanos, meningitis, etc.
Lo que ocurre es que como la mayor¨ªa de los ni?os est¨¢n vacunados, se ha logrado casi eliminar por completo algunas de las enfermedades que producen y da la falsa sensaci¨®n de que los pat¨®genos no est¨¢n ah¨ª; pero s¨ª lo est¨¢n. Y tambi¨¦n si viajamos, podemos volver con microbios de las zonas donde hemos estado. Si dejamos de vacunar a los ni?os, y lo hemos visto cuando bajan las tasas de vacunaci¨®n, hay enfermedades a las que ya no est¨¢bamos acostumbrados, que vuelven. El no vacunar a los ni?os afecta no solo a los que no est¨¢n vacunados, sino tambi¨¦n a personas que por tener un sistema inmunitario debilitado (ni?os muy peque?os, con alg¨²n defecto de su inmunidad, o personas mayores), pueden infectarse y enfermar. Las vacunas son la mejor arma para prevenir la enfermedad, las secuelas y las muertes producidas por agentes infecciosos, y ojal¨¢ que tuvi¨¦ramos m¨¢s vacunas para protegernos de ellos.
Hay una frase de M¨¦dicos sin Fronteras que dice: ¡°Lo que m¨¢s miedo da es no tener vacunas¡±. La vacunaci¨®n es una herramienta clave que salva anualmente millones de vidas.
?frica Gonz¨¢lez-Fern¨¢ndez es doctora en Medicina y especialista en Inmunolog¨ªa. Catedr¨¢tica de Inmunolog¨ªa de la Universidad de Vigo y Acad¨¦mica de la Real Academia de Farmacia de Galicia.
Pregunta enviada v¨ªa email por Omar Carrillo.
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