Vivimos en una burbuja
El Sistema Solar se encuentra actualmente en el centro de una burbuja de gas caliente formada por la explosi¨®n de supernovas. Esa burbuja revitalizadora es la responsable de la formaci¨®n de las estrellas a su alrededor
Hace 14 millones de a?os, el Sol estaba a unos 900 a?os luz de distancia de una estrella que explot¨® como supernova. La cantidad de energ¨ªa asociada a esta explosi¨®n dio lugar a la formaci¨®n de una burbuja de gas caliente en el medio interestelar. En ese momento no ¨¦ramos nosotros, en sentido estricto, los que est¨¢bamos en el planeta, sino nuestros parientes, los primeros grandes simios que empezaban a aparecer en ese momento.
Tan solo 9 millones de a?os despu¨¦s, los humanos ya nos est¨¢bamos separando de los chimpanc¨¦s para convertirnos en una rama diferenciada de los b¨ªpedos, y el Sol y todos los planetas del Sistema Solar que lleva a rastras, entramos en esa burbuja. Como nuestra estrella se mueve con una velocidad diferente a la de su entorno inmediato, ahora, 5 millones de a?os despu¨¦s de entrar, estamos en el centro de la burbuja, a unos 150 a?os luz del borde en cada direcci¨®n.
Y menos mal que est¨¢bamos (me refiero a los orangutanes) lejos cuando la primera de las 15 supernovas responsables de la formaci¨®n de la burbuja explot¨®. Esta burbuja, una especie de pompa de jab¨®n explosiva y muy caliente, se conoce como Burbuja Local y es como un ba?o mar¨ªa a una temperatura de un mill¨®n de grados en el que est¨¢ inmerso todo el Sistema Solar. No sabemos si est¨¢ cerrada o se ha roto. Podr¨ªa ser lo que conocemos como una chimenea gal¨¢ctica y que est¨¦ reventada por fuera atravesando unos cuantos cientos de a?os luz por encima y por debajo del plano de nuestra galaxia.
Hace a?os que sabemos de su existencia. Sus bordes se expanden a unos 7 kil¨®metros por segundo, en el tiempo que llevas leyendo ha avanzado 280 kil¨®metros y podr¨ªa haber arrasado el equivalente a muchos de esos campos de remolacha que de repente se han puesto tan de moda. Avanza en un entorno que tiene condiciones muy diferentes: le gana terreno al medio interestelar ¡°normal¡± donde encontramos 1 ¨¢tomo cada 10 cent¨ªmetros c¨²bicos aproximadamente a temperaturas de 6.000-7.000 grados. En la burbuja para encontrar un ¨¢tomo tenemos que aumentar el volumen a 1.000 cent¨ªmetros c¨²bicos y, como emite en rayos X, se me ocurre que la podr¨ªan usar los extraterrestres para mirarnos las maletas al salir del Sistema Solar.
El caso es que recientemente los datos del sat¨¦lite europeo Gaia, que tantas alegr¨ªas nos est¨¢ dando, han permitido hacer un mapa en tres dimensiones del entorno en el que vivimos, revelando importantes claves acerca del efecto de la Burbuja Local y de la energ¨ªa que libera. Para realizar mapas de nuestro entorno Gaia ha de medir las posiciones y velocidades de las estrellas y de las nubes de gas y polvo y reconstruir su movimiento. Es como tener una pista de esas de la feria llena de coches de choque para la que solo podemos hacer una ¡°foto¡± de su velocidad y posici¨®n desde el centro de la pista. Pero nuestras estrellas adem¨¢s se pueden mover arriba y abajo, pueden salir de la pista y viajar por el espacio vertical. Con esas medidas instant¨¢neas tenemos que reconstruir exactamente d¨®nde estaban cuando son¨® la bocina y todo se empez¨® a mover. El problema es complicado. Pero lo que muestra Gaia al reconstruir el movimiento y la posici¨®n de las estrellas es revelador.
La geometr¨ªa y movimientos observados indican que todas las regiones donde se est¨¢ produciendo la formaci¨®n de estrellas a 650 a?os luz de Sol lo han hecho como consecuencia de la expansi¨®n de la Burbuja Local. Fascinante, sobre todo porque las supernovas son como los personajes de ficci¨®n y cuando est¨¢n bien caracterizados son personajes grises: una no sabe si son buenos o malos, dependen de las circunstancias que atraviesan. El debate, que lleva muchos a?os en la literatura cient¨ªfica, trata de descifrar si estas explosiones, de las m¨¢s energ¨¦ticas del universo, destruyen todo a su paso o, por el contrario, son la semilla que necesitan las nubes de gas interestelar para arrancar a formar estrellas.
Pues bien, parece que la burbuja local, que ha requerido la explosi¨®n de aproximadamente 15 supernovas para formarse, ha funcionado como una especie de pist¨®n. La expansi¨®n comprime el gas detonando la formaci¨®n de estrellas en el borde de la burbuja. Las explosiones de supernova forman estrellas. Punto. As¨ª lo vemos en las que est¨¢n cerca gracias a Gaia y al equipo liderado por Catherine Zucker que lo publicaba recientemente.
Eva Villaver es investigadora del Centro de Astrobiolog¨ªa, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas y del Instituto Nacional de T¨¦cnica Aeroespacial (CAB/CSIC-INTA).
Vac¨ªo C¨®smico es una secci¨®n en la que se presenta nuestro conocimiento sobre el universo de una forma cualitativa y cuantitativa. Se pretende explicar la importancia de entender el cosmos no solo desde el punto de vista cient¨ªfico sino tambi¨¦n filos¨®fico, social y econ¨®mico. El nombre ¡°vac¨ªo c¨®smico¡± hace referencia al hecho de que el universo es y est¨¢, en su mayor parte, vac¨ªo, con menos de un ¨¢tomo por metro c¨²bico, a pesar de que en nuestro entorno, parad¨®jicamente, hay quintillones de ¨¢tomos por metro c¨²bico, lo que invita a una reflexi¨®n sobre nuestra existencia y la presencia de vida en el universo. La secci¨®n la integran Pablo G. P¨¦rez Gonz¨¢lez, investigador del Centro de Astrobiolog¨ªa; Patricia S¨¢nchez Bl¨¢zquez, profesora titular en la Universidad Complutense de Madrid (UCM); y Eva Villaver, investigadora del Centro de Astrobiolog¨ªa.
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