Los chiringuitos de playa que crecen hacia abajo
Las reformas en los bares con s¨®tanos de hormig¨®n en Andaluc¨ªa son hoy rechazadas por los responsables de Costas al considerar que da?an los arenales
Lo que se ve en los nuevos chiringuitos
La planta a nivel de mar se utiliza ¨ªntegramente para el servicio a los clientes
Chiringuito
Kala Kalua
(Marbella)
Comedor
(terraza
acristalada)
Terraza
exterior
Barra, cocina y aseos
Escalera,
montacargas
y zona de cocina
Almac¨¦n
de comida
y bebida
Vestuarios
y aseos
Oficina
Lo que no se ve en los nuevos chiringuitos
Fuente: Junta de Andaluc¨ªa y elaboraci¨®n propia.
EL PA?S
Lo que se ve en los nuevos chiringuitos
La planta a nivel de mar se utiliza ¨ªntegramente para el servicio a los clientes
Chiringuito
Kala Kalua
(Marbella,
M¨¢laga)
Comedor
(terraza
acristalada)
Terraza
exterior
junto a la
arena
Barra, cocina y aseos
Escalera,
montacargas
y zona de cocina
Almac¨¦n
de comida
y bebida
Vestuarios
y aseos
Oficina
Lo que no se ve en los nuevos chiringuitos
Fuente: Junta de Andaluc¨ªa y elaboraci¨®n propia.
EL PA?S
Chiringuito Kala Kalua
(Marbella, M¨¢laga)
Lo que se ve en los nuevos chiringuitos
La planta a nivel de mar se utiliza ¨ªntegramente para el servicio a los clientes
Barra, cocina y aseos
Comedor
(terraza acristalada)
Terraza exterior
junto a la arena
Escalera,
montacargas
y zona de
preparaci¨®n
de alimentos
Vestuarios
y aseos
Oficina
Almac¨¦n de
comida y
bebida
Lo que no se ve en los nuevos chiringuitos
Fuente: Junta de Andaluc¨ªa y elaboraci¨®n propia.
EL PA?S
Lo que se ve en los nuevos chiringuitos
Chiringuito Kala Kalua
(Marbella, M¨¢laga)
La planta a nivel de mar se utiliza ¨ªntegramente para el servicio a los clientes
Paseo
mar¨ªtimo
Playa del
Cortijo
Blanco
Barra, cocina y aseos
Comedor
(terraza acristalada)
Terraza exterior
junto a la arena
Escalera,
montacargas
y zona de
preparaci¨®n
de alimentos
Vestuarios
y aseos
Oficina
Almac¨¦n de
comida y
bebida
Lo que no se ve en los nuevos chiringuitos
Fuente: Junta de Andaluc¨ªa y elaboraci¨®n propia.
EL PA?S
La imagen de los merenderos de madera y barcas con espetos de sardinas en la Costa del Sol es cada d¨ªa menos habitual. Los chiringuitos tradicionales han ido dejando paso a proyectos que han crecido en tama?o y precio, ofreciendo hamacas y camas balinesas sobre c¨¦sped artificial. Y en los ¨²ltimos a?os han proliferado, legalmente, los que incluyen grandes s¨®tanos de hormig¨®n, que utilizan a modo de almac¨¦n, bajo la propia arena de la playa. ¡°No se ven, pero son aut¨¦nticos b¨²nkeres¡±, dice Salvador Campos, abogado con una larga trayectoria ecologista y miembro de la asociaci¨®n Malaka, ligada a Ecologistas en Acci¨®n. Y est¨¢n construidos en la franja denominada de Dominio P¨²blico Mar¨ªtimo Terrestre (DPTM), ¨¢rea sujeta a especial protecci¨®n por ley debido a su valor natural, como indica la propia Constituci¨®n. Estas infraestructuras da?an las playas y aumentan su erosi¨®n, seg¨²n afirman desde la Demarcaci¨®n de Costas, dependiente del Gobierno central, que lleva a?os informando desfavorablemente a quienes pretenden construirlas. A pesar de ello, la Junta de Andaluc¨ªa, competente en otorgar las licencias, los desoye. Un estudio de 2019 reflejaba que solo un 26% del litoral andaluz estaba protegido, cifra que ca¨ªa al 2% en el caso de la costa malague?a. ¡°Y la situaci¨®n va a peor¡±, se?ala Campos. M¨¢laga cuenta con 400 chiringuitos legales o en proceso de regularizaci¨®n, la mitad de toda Andaluc¨ªa.
Ecologistas Malaka ha iniciado, junto a Ecologistas en Acci¨®n, una campa?a de denuncias contra chiringuitos que ¡°urbanizan¡± el litoral con infraestructuras fijas y exceden la ocupaci¨®n prevista con grandes terrazas. Han presentado, solo en Marbella, una quincena de escritos y alegaciones a proyectos de establecimientos con habitaci¨®n subterr¨¢nea construida o por construir. La situaci¨®n viene a enredar la mara?a legal existente alrededor de los chiringuitos, regidos por la Ley de Costas, texto que ha sufrido diversas modificaciones desde su publicaci¨®n en verano de 1988. Y volver¨¢ a tenerlas porque el Gobierno tiene previstos nuevos cambios.
Desde abril de 2011, Andaluc¨ªa ¡ªentonces presidida por el socialista Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n¡ª asume las competencias de ordenaci¨®n y gesti¨®n del litoral andaluz, que incluye estas instalaciones. La Administraci¨®n siempre ha cerrado filas con los empresarios del sector, considerados vitales para el turismo, principal motor econ¨®mico de la regi¨®n. En esta d¨¦cada, el modelo de crecimiento subterr¨¢neo se ha asentado. Los ecologistas creen que existe una gran impunidad en el litoral y que las inspecciones p¨²blicas brillan por su ausencia a pesar de que ¡°las irregularidades se repiten¡± y las playas sufren las consecuencias. ¡°Lo que nos preocupa es la urbanizaci¨®n del suelo p¨²blico, que haya edificaciones fijas y sean cada vez m¨¢s en una zona tan delicada, de todos y protegida por ley¡±, insiste Rafael Yus, uno de los responsables de Ecologistas en Acci¨®n en M¨¢laga, que cree adem¨¢s que los s¨®tanos deber¨ªan computar como superficie ocupada en la concesi¨®n ¡ªahora no lo hace¡ª, algo que la Demarcaci¨®n de Costas est¨¢ abierta a estudiar. ¡°?Qu¨¦ pasar¨ªa si plantean cuatro plantas hacia abajo, tampoco se tendr¨ªan en cuenta esos metros?¡±, se preguntan los ecologistas.
La organizaci¨®n ha arrancado su campa?a en Marbella porque considera que es ¡°la zona cero¡± por la acumulaci¨®n de chiringuitos de todas las tipolog¨ªas y tama?os, con unos 60 en su costa. Sin embargo, la asociaci¨®n se?ala que el crecimiento hacia abajo ha proliferado tambi¨¦n en otros puntos de la Costa del Sol, como Estepona ¡ªall¨ª, fuera del domino p¨²blico, seg¨²n explican fuentes del Ayuntamiento¡ª, Torrox, Torremolinos o la capital malague?a, donde existen varios chiringuitos con s¨®tano en las playas de La Caleta y Guadalmar. Tambi¨¦n en otras zonas del litoral andaluz como Granada. Una veintena, como m¨ªnimo, que son la inmensa mayor¨ªa de los que han sido renovados en los ¨²ltimos a?os, lo han construido. Bajo tierra hay c¨¢maras frigor¨ªficas, almacenes, oficinas y vestuarios. Fuentes del sector indican que son espacios b¨¢sicos para su d¨ªa a d¨ªa y que hacen ¡°m¨¢s f¨¢cil¡± su trabajo. La Ley de Costas indica, eso s¨ª, que las edificaciones de servicio de playa se deben ubicar, ¡°preferentemente¡±, fuera de ella. Cuando no sea posible, se podr¨¢n hacer en la arena ¡°en el caso en que la anchura de la playa as¨ª lo permita, a una distancia m¨ªnima de 70 metros desde la l¨ªnea de pleamar, siempre que no se perjudique la integridad del dominio p¨²blico mar¨ªtimo-terrestre ni su uso¡±. Una distancia inexistente en la pr¨¢ctica mayor¨ªa de la costa malague?a, aunque este requisito desaparece cuando los chiringuitos se adosen al l¨ªmite superior del dominio p¨²blico, generalmente un paseo mar¨ªtimo, que es lo que suele ocurrir habitualmente.
El caso de Marbella
En Marbella, epicentro de las cr¨ªticas, el Ayuntamiento obtuvo 25 de estas concesiones entre los a?os 2012 y 2013 tras un largo procedimiento que, en algunos casos, tuvo a los s¨®tanos como protagonistas. La Demarcaci¨®n informaba de que no se pod¨ªan construir, pero tr¨¢mite a tr¨¢mite fue cediendo hasta que, al final, dijo que s¨ª. Las licencias fueron otorgadas luego a empresas privadas mediante concurso p¨²blico, con una duraci¨®n inicial de 10 a?os prorrogable a cinco m¨¢s y un canon de entre 13.000 y 26.000 euros anuales. Buena parte de los proyectos preve¨ªan s¨®tano con hormig¨®n y desde entonces se han levantado una decena en la localidad, seg¨²n fuentes municipales. El actual Dibl¨² Beach fue el primero. M¨¢s tarde han llegado otros como La Milla, Kala Kal¨²a o Sacay. ¡°El modelo era similar en todos los casos, solo pod¨ªamos elegir la distribuci¨®n interior o los tipos de cierre¡±, explican desde este ¨²ltimo chiringuito, donde se?alan que durante las obras que realizaron en 2018 los inspectores municipales ¡°comprobaron la obra much¨ªsimas veces¡±. Otros casos, como Trocadero o Marbella Club, finalmente no han construido el s¨®tano. Y aunque ello podr¨ªa suponer la p¨¦rdida de la concesi¨®n ¡ªpor no actuar seg¨²n el proyecto presentado¡ª en el Ayuntamiento marbell¨ª explican que est¨¢n trabajando en modificar ese t¨ªtulo concesional para mantener las instalaciones tal y como est¨¢n ahora. ¡°Y otros no se han atrevido a construir las instalaciones de cemento porque la concesi¨®n est¨¢ cumplida y se la renuevan a?o a a?o. Con esa inseguridad no se puede invertir el dineral que cuestan¡±, subrayan fuentes del sector. Actualmente hay otros tres chiringuitos con s¨®tano en tr¨¢mites de concesi¨®n en la localidad marbell¨ª, concretamente en las playas del Realejo y la V¨ªbora.
Chiringuitos con s¨®tano en Marbella
Las construcci¨®n de s¨®tanos bajo los chiringuitos
convierte estas edificaciones temporales en
construcciones permanentes. Aqu¨ª se localizan
algunos chiringuitos en la costa de M¨¢laga donde
se han realizado obras de similares caracter¨ªsticas
para la edificaci¨®n bajo la planta existente.
M?LAGA
AP-7
Marbella
San Pedro
de Alc¨¢ntara
Puerto
Banus
A-7
2 km
Chiringuito
Kala
Kalua
Playa del Cortijo Blanco
20 m
Fuente: elaboraci¨®n propia.
EL PA?S
Chiringuitos con s¨®tano en Marbella
Las construcci¨®n de s¨®tanos bajo los chiringuitos convierte
estas edificaciones temporales en construcciones
permanentes. Aqu¨ª se localizan algunos chiringuitos en la
costa de M¨¢laga donde se han realizado obras de similares
caracter¨ªsticas para la edificaci¨®n bajo la planta existente.
M?LAGA
AP-7
Marbella
San Pedro
de Alc¨¢ntara
Puerto
Banus
A-7
2 km
Chiringuito
Kala
Kalua
Playa del Cortijo Blanco
20 m
Fuente: elaboraci¨®n propia.
EL PA?S
Chiringuitos con s¨®tano en Marbella
Las construcci¨®n de s¨®tanos bajo los chiringuitos convierte estas edificaciones temporales en
construcciones permanentes. Aqu¨ª se localizan algunos chiringuitos en la costa de M¨¢laga donde
se han realizado obras de similares caracter¨ªsticas para la edificaci¨®n bajo la planta existente.
M?LAGA
AP-7
Marbella
Puerto
Banus
San Pedro
de Alc¨¢ntara
A-7
2 km
Chiringuito
Kala
Kalua
Playa del Cortijo Blanco
20 m
Fuente: elaboraci¨®n propia.
EL PA?S
Carlos Romero es el propietario de Kala Kal¨²a, que se despliega a 20 metros de la orilla cerca del margen derecho del r¨ªo Guadaiza. Recibi¨® una de las concesiones municipales en 2014 y acometi¨® su nuevo chiringuito en 2018, tras cuatro a?os esperando la licencia de obras. Invirti¨® casi 700.000 euros: una mitad en la obra y la otra, en el equipamiento. Subraya que en el renovado espacio puede cumplir todas las normativas sanitarias y mantener una actividad que ya no es temporal. El incremento del turismo internacional le permite abrir todo el a?o ¡°manteniendo adem¨¢s mucho empleo¡± m¨¢s all¨¢ del verano. ¡°Necesitas espacio de almac¨¦n y es mejor ah¨ª abajo que ocupando m¨¢s playa¡±, dice el empresario, que subraya que la estructura de hormig¨®n le ayuda tambi¨¦n a defenderse en los temporales ante las acometidas del mar ¡°que se ha comido media playa en dos d¨¦cadas y nadie aporta la arena que se pierde¡±, subraya insistiendo en que el suyo es un establecimiento legal.
Consecuencias naturales y econ¨®micas
Para la Demarcaci¨®n de Costas, la p¨¦rdida de arena se ha intensificado, precisamente, por la construcci¨®n de s¨®tanos, ¡°que rigidizan la costa y da?an su din¨¢mica¡±. Es decir, por un lado, al ser una obra fija ¡°dificultan enormemente la regeneraci¨®n del entorno¡±. Por otro, estas construcciones cimentadas son obst¨¢culos para la marea. Y el hormig¨®n termina funcionando como un roque o un acantilado, que multiplica la energ¨ªa del oleaje, y este produce que se pierda m¨¢s arena. ¡°La urbanizaci¨®n de la propia playa produce inevitablemente que aumenten los efectos erosivos de los temporales¡±, insisten desde Costas, donde creen que ello tiene consecuencias naturales y econ¨®micas, pues a largo plazo da?a al turismo. La Administraci¨®n estatal ha cambiado de parecer: si a principios de la d¨¦cada pasada informaba favorablemente, aunque con reticencias, ante las solicitudes de construcci¨®n de estas infraestructuras, ahora ya nunca lo hace y se posiciona contraria a su construcci¨®n. La ley indica que sin un informe positivo o un acuerdo entre administraciones no puede otorgarse concesi¨®n.
Si actualmente se siguen construyendo s¨®tanos se debe a que son relativos a concesiones de principios de la pasada d¨¦cada o porque la Junta de Andaluc¨ªa ¡ªahora presidida por Juan Manuel Moreno Bonilla, del PP, con apoyo de Ciudadanos y Vox¡ª obvia sus informes negativos, a pesar de ser vinculantes. Fuentes de la Administraci¨®n andaluza dicen que han tenido en cuenta los informes, pero que la competencia de las concesiones es suya y la decisi¨®n, tambi¨¦n. ¡°El presidente dice que hace falta una revoluci¨®n verde, pero luego hace lo contrario¡±, a?aden desde Ecologistas Malaka. Carlos Jim¨¦nez, catedr¨¢tico de Ecolog¨ªa de la Universidad de M¨¢laga (UMA), cree que estos chiringuitos pueden tener influencias negativas, pero depender¨¢ de circunstancias como la distancia al mar, la presencia o no de protecciones en la costa o la existencia de arroyos subterr¨¢neos. ¡°No se debe generalizar, habr¨ªa que estudiar cada caso en concreto¡±, a?ade Paco Franco, director de la c¨¢tedra de Ciencias del Litoral de la Costa del Sol.
La mayor parte de los establecimientos que cuentan con un almac¨¦n de hormig¨®n bajo tierra son chiringuitos que llevaban a?os en la arena construidos con madera u otros materiales temporales. Poco a poco han ido presentando proyectos para cambiar su formato, de acuerdo con la legalidad, al hormig¨®n. Seg¨²n la web de la Junta de Andaluc¨ªa, la ¨²ltima concesi¨®n con s¨®tano se dio en febrero de 2020, en Torremolinos, pero desde entonces hay nuevas peticiones en tr¨¢mite, como denuncia Ecologistas Malaka constantemente a trav¨¦s de sus redes sociales. La organizaci¨®n teme que la cifra aumente y la situaci¨®n vaya a peor. ¡°No tenemos absolutamente nada en contra de los chiringuitos tradicionales. S¨ª frente a quienes abusan de la ocupaci¨®n del dominio p¨²blico y se lucran a partir de algo que es de todos¡±, explica Salvador Campos, que destaca que esta ¡°es la primera vez que se plantea poner en duda el procedimiento de las concesiones porque nadie est¨¢ controlando lo que se hace, ni siquiera la propia Administraci¨®n competente, la Junta de Andaluc¨ªa, que cuenta con inspectores espec¨ªficos para ello¡±, insiste el letrado. Por su parte, la Junta no facilita los datos sobre cu¨¢ntos vigilantes, expedientes o multas ha impuesto.
Distribuci¨®n de espacios
Tanto la planta baja como el s¨®tano ocupan una
superficie aproximada de 150 m2 cada uno. Tras la
cimentaci¨®n de la planta baja se levanta la construcci¨®n
permanente de la nueva planta del chiringuito. Cada
establecimiento adapta la disposici¨®n de las estancias
interiores a su conveniencia.
S¨®tano
Escalera de acceso
Montacargas
Congelador
?rea de preparaci¨®n
de alimentos
Oficina
Aseos
Aseos
Vestuarios
Almacenes de productos
Planta baja
Escalera de acceso
Montacargas
Aseos
Cocina
Aseos
Bar
Aseos
Comedor
Aseos
Acceso
p¨²blico
a los aseos
Terraza
cubierta
Fuente: Junta de Andaluc¨ªa y elaboraci¨®n propia.
EL PA?S
Distribuci¨®n de espacios
Tanto la planta baja como el s¨®tano ocupan una
superficie aproximada de 150 m2 cada uno. Tras la
cimentaci¨®n de la planta baja se levanta la construcci¨®n
permanente de la nueva planta del chiringuito. Cada
establecimiento adapta la disposici¨®n de las estancias
interiores a su conveniencia.
S¨®tano
Escalera de acceso
Montacargas
Congelador
?rea de preparaci¨®n
de alimentos
Oficina
Aseos
Aseos
Vestuarios
Almacenes de productos
Planta baja
Escalera de acceso
Montacargas
Aseos
Cocina
Aseos
Bar
Aseos
Comedor
Aseos
Acceso
p¨²blico
a los aseos
Terraza
cubierta
Fuente: Junta de Andaluc¨ªa y elaboraci¨®n propia.
EL PA?S
Distribuci¨®n de espacios
Tanto la planta baja como el s¨®tano ocupan una superficie aproximada de 150 m2 cada uno. Tras la
cimentaci¨®n de la planta baja se levanta la construcci¨®n permanente de la nueva planta del chiringuito.
Cada establecimiento adapta la disposici¨®n de las estancias interiores a su conveniencia.
S¨®tano
Escalera de
acceso
Montacargas
Congelador
?rea de
preparaci¨®n
de alimentos
Planta s¨®tano
Vestuario
Oficina
Aseos
Aseos
Vestuarios
Almacenes de productos
Planta baja
Acceso al
s¨®tano
Montacargas
Aseos
Aseos
Cocina
Aseos
Bar
Comedor
Acceso a los aseos
Acceso
p¨²blico
a los aseos
Planta baja
Terraza
cubierta
Fuente: Junta de Andaluc¨ªa y elaboraci¨®n propia.
EL PA?S
Los ecologistas buscan que se abandone el modelo de hormig¨®n bajo tierra y se sancione a quien incumpla, ¡°pero nadie se atreve a abrir el mel¨®n de comprobar qu¨¦ se est¨¢ haciendo bien o mal¡±, asegura Campos, de ah¨ª que hayan solicitado que sea Costas quien tenga de nuevo la capacidad de otorgar o revocar licencias. E insiste en que tambi¨¦n los ayuntamientos, como el de Marbella, tienen personal y competencias ¡ªseg¨²n reflejan los pliegos de condiciones de las concesiones¡ª para vigilar situaciones como el exceso de ocupaci¨®n, algo que desde el municipio niegan, diciendo que ese control ¡°corresponde a la Junta de Andaluc¨ªa¡±.
Exceso de ocupaci¨®n
En ese sentido, basta que un establecimiento supere el 10% de ocupaci¨®n que refleja su concesi¨®n para que esta le pueda ser revocada, adem¨¢s de recibir una sanci¨®n. ¡°Pero hay muchos casos que parecen imperios sobre la arena y son una clara competencia desleal¡±, critican algunos responsables de chiringuitos, que se?alan la ausencia total de controles que vigilen o sancionen tanto por parte municipal como auton¨®mica. Ecologistas en Acci¨®n tambi¨¦n ha entrado a cuestionar esa circunstancia. Y, de hecho, es f¨¢cil comprobar in situ o a trav¨¦s de fotos en Instagram o Facebook el despliegue de mesas con comensales, camas balinesas y un sinf¨ªn de macetas y otros elementos sobre la arena ocupando mucho m¨¢s espacio ¡ªincluso en pandemia¡ª, masificando la arena ¡°y poniendo precios injustificados¡±.
La organizaci¨®n ha declarado que Macao Beach triplica, con 450 metros de ocupaci¨®n, el permiso de 150 con el que cuenta. Que las instalaciones de Mistral tienen unos 700 metros cuadrados cuando disponen de licencia para 225 o que Trocadero Playa tiene autorizados otros 225 metros, pero ¡°ocupa una superficie de, como m¨ªnimo, 1.000 metros cuadrados de Dominio P¨²blico Mar¨ªtimo Terrestre. Tambi¨¦n que Trocadero Arena multiplica por seis su concesi¨®n. ¡°Tiene permiso para 132 metros y supera los 750 de ocupaci¨®n¡±, afirman en la entidad verde, que tambi¨¦n dice que el chiringuito Guayaba ocupa 550 metros cuando tiene permiso para 155 y denuncian su proyecto de renovaci¨®n ¡ªtirar el actual y levantar uno nuevo¡ª porque afecta a una zona arqueol¨®gica donde existe un bien de inter¨¦s cultural y una necr¨®polis. Algunas de estas denuncias tienen fecha de octubre de 2020 en el registro de entrada de la Junta de Andaluc¨ªa y a¨²n no han sido contestadas.
Especulaci¨®n a pesar de la inseguridad jur¨ªdica
Los constantes cambios en la normativa, as¨ª como las diferentes normativas estatales, auton¨®micas y locales, hacen que el sector de los chiringuitos viva siempre en el alambre, con una inseguridad jur¨ªdica denunciada desde hace a?os. En la ¨²ltima d¨¦cada, eso s¨ª, la Junta de Andaluc¨ªa y los municipios han ido regularizando un amplio n¨²mero de este tipo restaurantes, aunque quedan muchos pendientes (por ejemplo, de los 22 de Estepona, tres a¨²n esperan la luz verde). El ritmo es cada vez mayor: un centenar de ellos han pasado a ser legales solo en los dos ¨²ltimos a?os, seg¨²n anunci¨® en oto?o el portavoz del Gobierno andaluz, El¨ªas Bendodo, en Fuengirola. A pesar de las permanentes dudas legales, el sector tambi¨¦n denuncia la existencia de grupos empresariales que optan constantemente a las concesiones y que, cuando consiguen alguna, no ejecutan el proyecto, sino que terminan realizando un traspaso millonario de los derechos de concesi¨®n (algo legal dos a?os despu¨¦s de recibir la licencia). En internet es f¨¢cil encontrar establecimientos a la venta por precios de entre uno y dos millones de euros en la Costa del Sol. ¡°Hay mucha especulaci¨®n¡±, denuncian desde Ecologistas en Acci¨®n y confirman fuentes de la Asociaci¨®n de Empresarios de Playas de M¨¢laga.
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