Ha llegado la hora de sacar los combustibles f¨®siles de nuestros hogares

En Espa?a somos m¨¢s de 47 millones de personas que cada d¨ªa estudiamos, trabajamos y vivimos en edificios que en la actualidad consumen el 30% de la energ¨ªa utilizada en el pa¨ªs, casi tanto como todo el transporte nacional por carretera. Una parte importante de dicho consumo proviene de la quema de combustibles f¨®siles ¡ªcarb¨®n, gas¨®leo y gas¡ª para calefacci¨®n y agua caliente.

La actualidad nos ha demostrado con brusquedad la importancia de reducir nuestra peligrosa sobredependencia de los combustibles f¨®siles y sus importaciones, para proteger a los consumidores de las subidas de precios, lograr la independencia energ¨¦tica y, por supuesto, hacer frente a la crisis clim¨¢tica.

El pasado 8 de marzo la Comisi¨®n Europea presentaba el plan ¡®REPowerEU; Joint European action for more affordable, secure and sustainable energy¡¯, donde se subraya entre otras medidas la necesidad de aumentar la instalaci¨®n de paneles solares en tejados y de bombas de calor, as¨ª como intensificar el ahorro de energ¨ªa. Todo esto con el objetivo de reducir el consumo (y, por ende, dependencia) del gas f¨®sil. Tambi¨¦n la semana pasada, la Agencia Internacional de la Energ¨ªa identificaba ¡°el despliegue acelerado de las bombas de calor¡± como uno de los 10 puntos de su plan para reducir la dependencia europea del gas ruso.

A su vez, numerosos actores empiezan a reclamar alto y claro la metamorfosis del sector de la calefacci¨®n y el agua caliente, uno de los retos claves pendientes en la descarbonizaci¨®n de la sociedad. As¨ª lo demuestra la publicaci¨®n del Manifiesto en favor de la calefacci¨®n renovable para todos, firmado por siete grandes organizaciones de la sociedad civil de toda Europa, que representan a la gran mayor¨ªa de los movimientos ecologistas europeos. Tambi¨¦n Espa?a, hace tan solo unos d¨ªas, se anunciaba la creaci¨®n de una plataforma de empresas, centros de investigaci¨®n, y organizaciones profesionales y medioambientales que abogan por la descarbonizaci¨®n de este sector, que tanto impacto tiene en nuestro d¨ªa a d¨ªa.

El Gobierno de Espa?a no puede deso¨ªr las llamadas que llegan desde dentro y fuera de Europa, pero tambi¨¦n desde las empresas y la sociedad civil en Espa?a. Deber¨ªa impulsar la transici¨®n a trav¨¦s de una ¡°Hoja de Ruta de la Calefacci¨®n Renovable¡±, que trace el camino a seguir para la descarbonizaci¨®n completa del sector de la calefacci¨®n y el agua caliente, acompa?ado del despliegue de energ¨ªas renovables y soluciones de ahorro energ¨¦tico. Necesitamos objetivos claros y un plan a seguir que identifique y d¨¦ respuesta a las necesidades de financiaci¨®n, formaci¨®n, y mano de obra asociadas a la transici¨®n del sector. Esta transformaci¨®n se debe apoyar y retroalimentar de otras transiciones que ya est¨¢n en marcha como la rehabilitaci¨®n profunda de edificios para favorecer la eficiencia energ¨¦tica, el avance hacia un sistema energ¨¦tico 100% renovable, y la promoci¨®n del autoconsumo.

Las soluciones de calefacci¨®n renovable ya existen, son fiables, vers¨¢tiles, promueven la autosuficiencia energ¨¦tica y reducen nuestra dependencia de combustibles f¨®siles. Desmienten adem¨¢s el mito de que el gas f¨®sil es necesario como combustible de transici¨®n, y dejan en evidencia al hidr¨®geno, en el sector residencial, como una falsa soluci¨®n.

Los Fondos ¡®Next Generation EU¡¯ han hecho posible la puesta en marcha de Proyectos Estrat¨¦gicos para la Recuperaci¨®n y la Transici¨®n Econ¨®mica (PERTE) para otros sectores con importante peso en la balanza energ¨¦tica espa?ola, como el veh¨ªculo el¨¦ctrico, o la electricidad renovable. Deber¨ªan, del mismo modo, hacer viable un Programa espec¨ªfico para la Calefacci¨®n Renovable. De hecho, ya se han establecido en los ¨²ltimos meses algunas l¨ªneas de ayuda para la calefacci¨®n renovable con cargo a los fondos europeos.

Realizar un Programa espec¨ªfico de Calefacci¨®n Renovable permitir¨ªa ampliar la cuant¨ªa de dichas ayudas, alargarlas en el tiempo, y estructurarlas de manera que sean coherentes para ciudadanos, administraciones, y empresas. Necesitamos voluntad pol¨ªtica, pero tambi¨¦n la puesta en marcha de procesos reales de participaci¨®n, que permitan la implicaci¨®n de los diferentes sectores de la sociedad que estamos trabajando hacia un futuro de la calefacci¨®n renovable en Espa?a y en Europa. Solo as¨ª conseguiremos que la transici¨®n sea inclusiva y aporte beneficios para todos y todas.

El Gobierno de Espa?a tiene la urgencia de tomar medidas decisivas para contribuir a la reducci¨®n de gases de efecto invernadero, menguar la dependencia de los combustibles f¨®siles del pa¨ªs, reducir las facturas de energ¨ªa de los espa?oles y espa?olas y paliar los efectos de la pobreza energ¨¦tica. Las soluciones existen, la financiaci¨®n est¨¢ disponible, la sociedad civil lo reclama y la coyuntura geopol¨ªtica pr¨¢cticamente nos obliga a ello.

Daniel Sanz, experto en Calefacci¨®n Renovable, Fundaci¨®n Ecolog¨ªa y Desarrollo (ECODES). M¨®nica Vidal, coordinadora de la Campa?a de Calefacci¨®n Renovable de Climate Action Network Europe (CAN-Europe), y Francisco Zuloaga, experto en Pol¨ªtica Energ¨¦tica Europea.

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