Vecinos contra el derribo de la presa de la central nuclear inacabada de Valdecaballeros: ¡°Es nuestro sitio de paz, que no nos lo quiten¡±
La Junta de Extremadura presentar¨¢ un recurso al Estado para evitar que desaparezca el ecosistema que ha creado el embalse, mientras que los ecologistas defienden que es el mejor camino para recuperar el r¨ªo


Ni la central nuclear de Valdecaballeros (Badajoz) ni la presa, que deb¨ªa enfriar los dos reactores de la instalaci¨®n, funcionaron nunca. Unos imponentes bloques de hormig¨®n gris, abandonados entre jaras y retamas, son el ¨²nico vestigio de la instalaci¨®n autorizada en 1979, que se top¨® en el camino con la parada at¨®mica decretada por el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez. Del embalse queda el inmenso dique (de 400 metros de largo) y una masa de agua de la que se abastecen dos pueblos aleda?os, y que aprovechan los vecinos para pescar o pasar el d¨ªa. Con el transcurso de los a?os, el nuevo ecosistema y paisaje se han afianzado y la decisi¨®n del Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica de demoler el dique y devolver los terrenos a su estado original, tras la renuncia de Endesa e Iberdrola a la concesi¨®n hace tres a?os, ha ca¨ªdo como un jarro de agua fr¨ªa en la comarca. Los grupos conservacionistas abogan, sin embargo, por derruir el muro y que el r¨ªo Guadalupejo, afluente del Guadiana, vuelva a correr libre en un ecosistema natural al que regresar¨ªan las especies aut¨®ctonas.











El ministerio ha dictado la resoluci¨®n despu¨¦s de concluir la tramitaci¨®n habitual. Cuando estos permisos llegan a su fin, la instalaci¨®n revierte al Estado y este resuelve si se queda con su gesti¨®n, la vuelve a sacar a licitaci¨®n p¨²blica o se derriba. En ese ¨²ltimo caso, surge otro problema: ?qui¨¦n se hace cargo del coste de las obras? La ley obliga a ello a los concesionarios, mantiene el Estado, pero ellos no est¨¢n dispuestos. Se trata de una cuesti¨®n muy importante, puntualizan los ecologistas, porque esta pol¨¦mica se va a repetir en grandes instalaciones de energ¨ªa nuclear y t¨¦rmica cuya eliminaci¨®n est¨¢ en tramitaci¨®n o pr¨®xima como Santa Mar¨ªa de Garo?a, Vandell¨®s, As Pontes, Andorra, Compostilla y Zorita, entre otras.
En una de las orillas de la presa de la pol¨¦mica, cuatro j¨®venes pasan la tarde del lunes. ¡°Nos divertimos pescando, es nuestro rato de paz. Que no nos lo quiten¡±, responden. Un pez acaba de picar el anzuelo. ¡°Es una carpa royal. ?Ves? No tiene casi escamas. Tambi¨¦n hay black bass [perca americana]¡±, y Amalia R¨ªos muestra el trofeo que acaba de capturar su amigo Ra¨²l Migu¨¦lez, parapetado bajo una sombrilla. Ambos tienen 22 a?os y no les afecta que enfrente se alcen los restos de la central paralizada de forma definitiva en 1994, como tambi¨¦n ocurri¨® con las nucleares de Lem¨®niz I y II (Vizcaya) y Trillo II (Guadalajara). Esas edificaciones forman parte del paisaje con el que crecieron y, adem¨¢s, nunca han funcionado, ¡°as¨ª que no hacen ning¨²n da?o, no hay problema de contaminaci¨®n¡±. Los cuatro viven en Madrid y pasan las vacaciones en Castilblanco, el pueblo de sus padres, situado a 10 minutos en coche del pantano. Regresar¨ªan a vivir all¨ª, pero ¡°a jubilarse¡±, porque los j¨®venes no tienen muchas salidas. ¡°Vacas, ovejas y ya est¨¢¡±, apuntan.

Su sentir es compartido por alcaldes y vecinos de los tres peque?os municipios en los que se encuentra la nuclear abandonada y el pantano: Valdecaballeros (1.100 habitantes), Castilblanco (870) y Al¨ªa (760). La Junta de Extremadura apoya sus protestas y ha anunciado que recurrir¨¢ la decisi¨®n del Estado de demoler la presa. El presidente regional, Guillermo Fern¨¢ndez Vara (PSOE), declar¨® incluso que el desmantelamiento ¡°no va a ocurrir¡±. Les ha molestado el fondo, pero tambi¨¦n las formas, porque no se les ha consultado, a pesar de que la comunidad aut¨®noma es parte interesada.
El proceso comenz¨® en febrero de 2019, cuando Iberdrola y Endesa solicitaron a la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Guadiana (dependiente del Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica) la extinci¨®n de la concesi¨®n de la presa, que conservaban a pesar de que nunca refriger¨® ning¨²n reactor. El Gobierno aprob¨® la petici¨®n, pero exigiendo a las el¨¦ctricas la demolici¨®n y restituci¨®n del terreno a su estado natural. Algo a lo que no est¨¢n dispuestas las compa?¨ªas, que se encuentran estudiando la resoluci¨®n antes de decidir si recurren o no. Pedro Brufau, profesor titular de Derecho Administrativo en la Universidad de Extremadura, afirma que la ley obliga a que estos trabajos corran a cargo del concesionario ¡°como ha corroborado la jurisprudencia y el Consejo de Estado¡±.
R¨ªo libre o embalsado
El alcalde de Valdecaballeros, Gregorio Rodr¨ªguez (PSOE), relata en su despacho del Ayuntamiento que no dieron importancia a la decisi¨®n de las empresas de marcharse, porque no les afectaba. Lo que les pill¨® ¡°con el pie cambiado¡± fue la posibilidad de que se tire el dique. ¡°Es un disparate¡±, porque el pantano es de utilidad p¨²blica. ¡°Reporta beneficios ambientales, abastece de aguas de calidad a su pueblo y a Castilblanco (llega desde la sierra de Guadalupe), adem¨¢s de ayudar a la econom¨ªa de la comarca con el turismo de pesca que atrae. ¡°Nunca ha habido restricciones de agua y eso aqu¨ª, en el sur de Extremadura, es un valor¡±, puntualiza. Cuando no exist¨ªa el dique, el Guadalupejo era un arroyo con ¨¦pocas de ¡°crecidas enormes, pero que se vaciaba en verano¡±, recuerda. Y teme que esa situaci¨®n se repita en caso de continuar adelante con los planes.
¡°Podr¨ªa ser que eso ocurriera, pero supondr¨ªa la recuperaci¨®n del funcionamiento natural del ecosistema¡±, replica C¨¦sar Rodr¨ªguez, de la Asociaci¨®n R¨ªos con Vida. La eliminaci¨®n de la presa ¡°beneficiar¨¢ a la biodiversidad del ¨¢rea e incrementar¨¢ su valor ambiental¡±, asegura. A la vez, puede contribuir a la mejora del corredor ecol¨®gico del r¨ªo Guadalupejo desde su nacimiento a la altura de Guadalupe (C¨¢ceres) hasta su desembocadura en el embalse de Valdecaballeros. Estas medidas facilitar¨ªan la reconexi¨®n ecol¨®gica con el embalse de Garc¨ªa Sola (situado bajo la presa) permitiendo que especies aut¨®ctonas que habitan all¨ª como la colmilleja, la pardilla, la bermejuela o el barbo comizo, entre otros, suban.

A la puerta de su vivienda, Ernesto Belmonte, de 63 a?os, propietario de una peque?a empresa de construcci¨®n, trabaj¨® con su padre en la obra de los edificios auxiliares de la central nuclear. Tambi¨¦n evoca el r¨ªo Guadalupejo de entonces, con menos agua en verano, y considera una ¡°locura¡± tirar la presa actual. ¡°En aquella ¨¦poca no ten¨ªamos mucha informaci¨®n y no me preocupaba vivir tan cerca de una nuclear, hab¨ªa muchas funcionando ya como Almaraz, Zorita¡¡±, comenta. Belmonte particip¨® en manifestaciones en Madrid y en M¨¦rida para que no pararan las obras, porque el pueblo revivi¨®. Tambi¨¦n se celebraron muchas en contra. ¡°Hab¨ªa 5.000 personas trabajando y cuando se cerr¨® nos prometieron inversiones, que se quedaron en agua de borrajas¡±, dice echando un vistazo a las calles vac¨ªas. Los vecinos temen que la historia se repita, que cuando tiren la presa los pol¨ªticos prometan mejoras que nunca lleguen.
Paula de Arma, de 74 a?os, tiene clavado a fuego la inversi¨®n que realizaron ella y su marido cuando se empez¨® a construir la central. ¡°Que no nos quiten la presa, porque ya nos han quitado bastante¡±, protesta refiri¨¦ndose a la nuclear, de la que es una ferviente defensora. Ella y su marido regresaron de Inglaterra, donde residieron tres a?os y medio, a la llamada de la construcci¨®n de la planta at¨®mica. ¡°Parec¨ªa imposible que nos fu¨¦ramos a quedar otra vez cuatro gatos, pero eso es lo que ocurri¨® por una decisi¨®n pol¨ªtica¡±, comenta mientras toma el aperitivo en el bar de la plaza. Y ah¨ª se qued¨® el pueblo, ¡°entrampado, cada uno a su nivel, y la central no se sustituy¨® por nada, nos dejaron abandonados¡±.
En este ambiente cargado, a escasos metros del dique de la pol¨¦mica, al que solo se puede acceder con permiso, la naturaleza sigue el curso que le ha marcado el hombre, de momento con agua represada. Los gal¨¢pagos disfrutan del sol, mientras una cig¨¹e?a negra (especie catalogada en peligro) remonta el vuelo y varias garzas reales se posan en sus nidos sin mostrar gran preocupaci¨®n por los acontecimientos venideros.
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