?Por qu¨¦ en julio no ha habido tantos fuegos en Espa?a como en otras partes del Mediterr¨¢neo?
Aunque las lluvias del final de primavera han aliviado la situaci¨®n, expertos en extinci¨®n piden cautela y advierten de que el cambio clim¨¢tico alarga cada vez m¨¢s el periodo de riesgo
Es pronto para cantar victoria, pero en lo que llevamos de verano Espa?a se ha librado de los incendios pavorosos que ha habido estos d¨ªas en otros pa¨ªses del Mediterr¨¢neo como Grecia, Italia o Argelia, en medio de un calor extremo. De momento, no se ha producido en el pa¨ªs la debacle del a?o pasado. Aunque la situaci¨®n tampoco es tan buena como puede parecer.
Seg¨²n el ¨²ltimo avance informativo del Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica, en lo que llevamos de a?o (del 1 de enero al 16 de julio) se han quemado en el pa¨ªs 59.834 hect¨¢reas de superficie forestal, casi la mitad de lo ardido en el mismo periodo de tiempo en 2022, que a estas alturas del verano llevaba 111.262 hect¨¢reas te?idas de negro. Sin embargo, esta comparaci¨®n puede resultar enga?osa, pues 2022 fue especialmente malo en incendios. ¡°Este a?o es mejor, claro, pero es que 2022 fue mal¨ªsimo¡±, incide Cristina Sant¨ªn Nu?o, investigadora Ram¨®n y Cajal en el Instituto Mixto de Investigaci¨®n en Biodiversidad (del CSIC, la Universidad de Oviedo y el Principado de Asturias) y experta en fuegos forestales. ¡°El a?o pasado fue el extremo de los extremos, 2022 fue el peor a?o de este siglo XXI, el 40% de lo que se quem¨® en la Uni¨®n Europea estaba en Espa?a¡±, precisa.
De acuerdo a los datos del ministerio, esas 59.834 hect¨¢reas quemadas hasta el momento en 2023 est¨¢n en realidad por encima de la media de la ¨²ltima d¨¦cada, que se sit¨²a en las 40.468 hect¨¢reas. Del mismo modo, en lo que va de a?o, se han producido en el pa¨ªs 16 grandes incendios (aquellos de m¨¢s de 500 hect¨¢reas), m¨¢s que el doble de la media de la ¨²ltima d¨¦cada (siete).
Ferran Dalmau-Rovira, ingeniero forestal y director de la consultora ambiental Medi XXI GSA, destaca que ya ha habido varios ¡°sustos¡±. Las llamas comenzaron este a?o m¨¢s pronto de lo habitual, en marzo, con el incendio de Villanueva de Viver (Castell¨®n), que arras¨® 4.700 hect¨¢reas. Y este mes saltaron las alarmas en la isla canaria de La Palma, donde se quemaron 3.500 hect¨¢reas, 200 de ellas dentro del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, un fuego que volvi¨® a reactivarse el viernes.
Con todo, Dalmau-Rovira reconoce que, ¡°de momento, estamos teniendo situaciones en las que los incendios se est¨¢n dejando apagar¡±. Aunque se muestra muy prudente, pues advierte de que cada vez resulta m¨¢s largo el periodo de riesgo. ¡°El problema es que lo que nos han ense?ado en los ¨²ltimos a?os las tendencias del cambio clim¨¢tico es que los veranos cada vez son m¨¢s largos, empiezan antes las altas temperaturas y tardan m¨¢s tiempo en irse despu¨¦s del verano¡±. De hecho, a estas alturas del a?o en 2022 se hab¨ªan quemado en Espa?a 111.262 hect¨¢reas de superficie forestal, pero luego todav¨ªa fue a peor, llegando el c¨®mputo final a 267.000 hect¨¢reas.
Por eso, tambi¨¦n, pide prudencia Elsa Enr¨ªquez, subdirectora general de pol¨ªtica forestal del Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica. Considera que ¡°las lluvias de finales de primavera est¨¢n contribuyendo a que el inicio del verano no haya sido desfavorable en cuanto a afectaci¨®n en hect¨¢reas de los siniestros, pero queda mucho verano por delante y no hay que olvidar que Espa?a arrastra un periodo de sequ¨ªa¡±.
A este respecto, la Agencia Estatal de Meteorolog¨ªa (Aemet) estima que s¨ª es probable que las condiciones climatol¨®gicas hayan influido para que Espa?a no est¨¦ sufriendo ahora mismo la feroz ola de incendios que se ve en otros pa¨ªses del Mediterr¨¢neo. Como se?ala Rub¨¦n del Campo, portavoz de Aemet, ¡°desde mediados de mayo hasta mediados de junio tuvimos en Espa?a un episodio inusualmente lluvioso, con muchas precipitaciones y tormentas en amplias zonas de nuestro pa¨ªs¡±. Seg¨²n el meteor¨®logo, si bien no es raro que se registren tormentas a finales de primavera y comienzos de verano, lo inusual fue la persistencia de la situaci¨®n, que hizo que junio de 2023 fuese el segundo m¨¢s lluvioso del siglo actual, con m¨¢s del doble de la precipitaci¨®n normal para ese mes. ¡°Estas lluvias, sin duda, humedecieron los suelos y redujeron el estr¨¦s h¨ªdrico de la vegetaci¨®n, ayudando a que hubiese menos materia org¨¢nica seca en el momento en el que cesaron las lluvias y lleg¨® el calor¡±, comenta.
Por otro lado, seg¨²n datos de Transici¨®n Ecol¨®gica, en el desastroso 2022 se produjeron 57 grandes incendios en el total del a?o, de los que 47 tuvieron lugar justamente durante alguna de las tres olas de calor registradas. Este a?o tambi¨¦n ha habido ya tres episodios con temperaturas extremas en el pa¨ªs (el 18 de julio se alcanzaron 45,4¡ã en Figueres, en Girona), pero no fueron tan brutales. ¡°El verano de 2022 se caracteriz¨® por la persistencia de las situaciones extremadamente c¨¢lidas y muy secas, que exacerbaron el riesgo de incendios y lo mantuvieron en niveles extremos¡±, detalla Del Campo. ¡°Este a?o, aunque tambi¨¦n estamos experimentando episodios de calor notables, lo cierto es que son m¨¢s breves y son interrumpidos por per¨ªodos m¨¢s frescos y, en algunas zonas, con tormentas, que ayudan a humedecer los suelos¡±.
Est¨¢ clara la relaci¨®n de las condiciones climatol¨®gicas con los monstruos de fuego. Si bien el calor ¡ªal igual que la sequedad de la vegetaci¨®n o la falta de lluvias¡ª no provoca los incendios, las temperaturas s¨ª pueden espolear las llamas como se ha vuelto a ver estos d¨ªas en Grecia, Italia o el norte de ?frica. De ah¨ª la preocupaci¨®n por el cambio clim¨¢tico y el aumento de las temperaturas o las sequ¨ªas en el planeta. Sin embargo, como subraya Sant¨ªn Nu?o, en los fuegos de la cuenca Mediterr¨¢nea resulta tambi¨¦n muy importante el factor humano. ¡°Las olas de calor influyen mucho, pero tambi¨¦n los factores antr¨®picos; en sitios como el Canad¨¢ boreal, que est¨¢ teniendo ahora enormes fuegos, los incendios tienen m¨¢s relaci¨®n con las variables meteorol¨®gicas que en el Mediterr¨¢neo, pero aqu¨ª hay mucha poblaci¨®n, lo que resulta clave¡±, incide la investigadora. ¡°Por ejemplo, en Espa?a, la mayor¨ªa de las igniciones [origen de los fuegos] son por humanos, bien de forma accidental o provocada. As¨ª pues, puede estar influyendo tambi¨¦n que este a?o la gente est¨¦ teniendo m¨¢s cuidado despu¨¦s de lo vivido en 2022¡å.
Dalmau tambi¨¦n se refiere al factor humano, pero no tanto al que provoca las llamas como al que intenta apagarlas. ¡°Cuando decimos que en Espa?a tenemos uno de los mejores operativos contra el fuego del mundo, no lo decimos por nada. Aqu¨ª se ha hecho un gran esfuerzo en profesionalizar los servicios p¨²blicos de extinci¨®n de incendios, y si bien a¨²n hay comunidades aut¨®nomas con muchas carencias, desde el punto de vista de la media tenemos un operativo muy muy potente¡±, destaca. Este experto en extinci¨®n que considera que no ocurre lo mismo en algunos de los pa¨ªses que luchan ahora mismo contra las llamas: ¡°Grecia es una zona de vegetaci¨®n mediterr¨¢nea muy expuesta a la sequ¨ªa, pero tambi¨¦n tiene muchos problemas desde el punto de vista del operativo contra incendios, all¨ª muchos de los bomberos son voluntarios¡±, asegura el ingeniero forestal. ¡°En Grecia ha coincidido la sequ¨ªa previa con vientos muy fuertes y con una gran cantidad de igniciones al mismo tiempo, estamos en el t¨ªpico episodio de simultaneidad [muchos fuegos a la vez]. Si a un sistema de extinci¨®n como el nuestro la simultaneidad ya nos pone al l¨ªmite, en otro m¨¢s vulnerable como es el griego lo desborda completamente, lo que estamos viendo es el desbordamiento de un sistema de extinci¨®n¡±.
En el caso de Espa?a, para Dalmau, el problema estructural es la propia situaci¨®n de la superficie forestal, por la expansi¨®n y acumulaci¨®n de vegetaci¨®n. ¡°El problema lo seguimos teniendo en la cantidad de combustible, la cantidad de energ¨ªa, que hay en el monte, y mientras no le metamos mano a eso, vamos a ver incendios que no vamos a poder apagar. Estamos poniendo el foco todo el rato en el s¨ªntoma, pero no en la causa de la enfermedad¡±, incide el ingeniero forestal, que reivindica como soluci¨®n la reciente Declaraci¨®n sobre la gesti¨®n de los grandes incendios forestales en Espa?a impulsada por la Fundaci¨®n Pau Costa. Seg¨²n explica, este documento pide a las autoridades 1.000 millones de inversi¨®n anual para gestionar el paisaje forestal a escala nacional y poder intervenir en al menos un 1% del territorio al a?o. ¡°Necesitamos invertir en hect¨¢reas gestionadas y proteger lo que nos queda de ganader¨ªa extensiva a toda costa¡±, comenta Dalmau. ¡°Tiene que ser una ganader¨ªa que cumpla unos est¨¢ndares de calidad, pero necesitamos rumiantes en el territorio, necesitamos vacas, ovejas, cabras, animales consumiendo biomasa vegetal¡±.
Previsi¨®n para los pr¨®ximos meses
Los pronósticos de la Aemet señalan que el trimestre compuesto por agosto-septiembre-octubre será, con mucha probabilidad, muy cálido con respecto a lo normal. Aunque también indican que podría haber lluvias superiores a la media. Según Rubén del Campo, "es muy probable que continúe el riesgo de incendios en niveles muy altos o extremos en buena parte de nuestro país durante el último mes del verano, sobre todo en las zonas donde las precipitaciones no lleguen o sean escasas". "Hay que tener en cuenta que julio está siendo un mes muy cálido y, en general, con pocas lluvias pese a que ha habido tormentas en algunas zonas, y que el aporte de humedad de las abundantes lluvias de mayo/junio ya ha desaparecido por la alta evaporación que se produce en los meses de verano", señala el portavoz de la Aemet.
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