Dave Langlois, ornit¨®logo: ¡°El mirlo es como Bach y el ruise?or como Beethoven¡±
El autor del libro ¡®Los cantos de las aves. El orfe¨®n olvidado¡¯ considera que estas dos especies son las mejores cantoras de Espa?a
A los observadores de aves se les llama en ingl¨¦s ¡°birdwatcher¡±; el brit¨¢nico Dave Langlois (Londres, 73 a?os), antiguo guarda de naturaleza en el Reino Unido, se autodenomina ¡°birdlistener¡±, una persona que escucha a los p¨¢jaros. Autor del libro Los cantos de las aves. El orfe¨®n olvidado (Editorial Tundra), este ornit¨®logo vive hoy entre Asturias y Extremadura justamente para estar m¨¢s cerca de estos virtuosos de la m¨²sica de la naturaleza.
Pregunta. En su libro incluye una clasificaci¨®n de las 20 mejores aves cantoras de Espa?a en la que coloca en las dos primeras posiciones al mirlo y al ruise?or. ?Por qu¨¦?
Respuesta. Para m¨ª, el mirlo es como Bach y el ruise?or como Beethoven. El mirlo son las melod¨ªas sinuosas de oboe de una cantata o una misa de Bach, una ejecuci¨®n perfecta. Y luego est¨¢ la furia del ruise?or, que es como uno de los ¨²ltimos cuartetos de Beethoven.
P. En el caso del ruise?or, asegura que tiene de 150 a 230 tipos de canto diferentes. ?No es as¨ª?
R. El ruise?or tiene m¨¢s de mil notas, m¨¢s de mil s¨ªlabas en su canto. Y no se repite. En abril o mayo, puedes escuchar una hora entera al ruise?or que no se repite, su canto siempre es un poco diferente. El ruise?or es un ave con infinidad de frases y el mirlo es un p¨¢jaro con una frase que var¨ªa sin l¨ªmite.
P. ?Los humanos se han olvidado de escuchar a las aves?
R. A m¨ª tener que explicar por qu¨¦ escuchar el canto de las aves me parece contraintuitivo. Si fueran matem¨¢ticas puras o f¨ªsicas de part¨ªculas, que son muy bellas pero complejas, lo entender¨ªa. Pero esto es facil¨ªsimo, lo ¨²nico que se requiere es escuchar durante cuatro meses del a?o. La gente no lo hace hoy en d¨ªa, no lo hace. Es como si colgasen en la calle los cuadros de genios de la pintura, como Vermeer, por ejemplo, y la gente no se detuviera a mirarlos. Esto resulta importante, porque no se protege lo que no se sabe apreciar.
P. ?Por qu¨¦ cantan las aves?
R. Aunque hay excepciones, por lo general son los machos los que cantan para impresionar a las hembras. Es una forma de decir: mira c¨®mo yo he aprendido la m¨²sica de la especie, tambi¨¦n soy listo para encontrar comida o defender el territorio. La hembra espera un macho con destreza cognitiva y el canto es una prueba.
P. ?Y qu¨¦ tiene que ver esto con la infidelidad?
R. Resulta primordial, se puede entender el canto como una lucha constante contra la infidelidad, pues hoy sabemos que en los nidos hay muchos huevos que son de machos diferentes. Cuando un macho tiene un canto perfecto, no va a haber huevos de otros en su nido. Pero si afloja, la hembra va a buscar a otro para tener m¨¢s posibilidades de pasar sus genes.
P. ?Qu¨¦ es el efecto Beau Geste?
R. Beau Geste es un soldado de un cuento de P. C. Wren que se queda solo en un fuerte, con todos sus compa?eros muertos. Est¨¢ rodeado por combatientes enemigos, pero coloca los cuerpos de los otros soldados por la muralla y dispara sus rifles por turnos para que parezca que son muchos. De esta forma, consigue que no le ataquen y sobrevive. Si un ave se mueve por su territorio realizando cantos con variaciones, un intruso tambi¨¦n va a creer que hay muchos m¨¢s y se van a ir a otro lado. Pero luego hay otros machos que son tan listos que llegan al territorio, escuchan el canto de un vecino conocido y tolerado, y son capaces de imitarlo para infiltrarse. La complejidad entre todas estas relaciones en el canto es incre¨ªble.
P. Cuenta el caso de un colirrojo real en Badajoz que en una hora de canto imit¨® 51 especies diferentes.
R. S¨ª, lo estudiamos. En algunas especies como el colirrojo real, el zorzal com¨²n, el estornino a la hembra tambi¨¦n le impresiona que el macho sea capaz de imitar los cantos de todo el vecindario.
P. ?C¨®mo se aprende a identificar el canto de las aves?
R. Para aprender hay tres claves. Primera: hace falta mucho esfuerzo, con las app [de identificaci¨®n] del tel¨¦fono m¨®vil no se aprende, porque lo hace todo el dispositivo. Segunda: escucha al amanecer, cuando es m¨¢s f¨¢cil distinguir los cantos, pues las especies van cantando en orden. Y tercera: mejor no empezar en primavera, que hay demasiadas, sino ahora en oto?o, cuando cantan solo unas pocas, el petirrojo, la totov¨ªa y pocas m¨¢s. As¨ª vas dominando cantos, antes de que vayan sum¨¢ndose otras aves residentes a finales del invierno, como el mirlo, el choch¨ªn, el zorzal com¨²n, y lleguen luego las migrantes en primavera, que es una explosi¨®n. Los cantos siguen en verano, pero se van apagando poco a poco.
P. ?La m¨²sica de los humanos debe mucho a las aves?
R. Desde luego. Hay un ejemplo que me gusta de forma especial. Ta ta ta taaaa. Tres notas cortas que caen una tercera mayor. Este famoso tema de la quinta sinfon¨ªa de Beethoven se parece mucho al canto del herrerillo com¨²n. ?Copia? ?Casualidad? No s¨¦, pero me parece imposible que personas con una agudeza auditiva como la de Beethoven, Bach o Malher vivieran rodeados de estos otros maestros del canto sin inspirarse en ellos para sus obras. Imposible. Beethoven escribi¨®: ¡°Cuando voy caminando por el campo, los escribanos cerillos, los ruise?ores, las codornices y los cucos van componiendo conmigo¡±.
P. ?M¨¢s all¨¢ de la m¨²sica cl¨¢sica, en el libro das algunos ejemplos de canciones m¨¢s modernas que meten directamente cantos de aves en la m¨²sica, como Grantchester Meadows de Pink Floyd, donde se escucha una alondra? ?Hay alguna m¨²sica actual que se siga inspirando en las aves?
R. Esto no se hace hoy en d¨ªa. Me gusta la m¨²sica pop actual, pero es muy urbana.
P. ?Por qu¨¦ empieza a escuchar a las aves?
R. Empec¨¦ con 10 a?os en Reino Unido, saliendo al campo con amigos mayores. Yo era el m¨¢s peque?o, pero ya mostraba una especial habilidad para distinguir aves. Supongo que es un don. Por otro lado, me encanta la m¨²sica humana, me encanta la m¨²sica aviar y me encantan las relaciones entre las dos. Curiosamente, empec¨¦ pronto en Londres, pero tard¨¦ 11 a?os en escuchar mi primer ruise?or, a los 21. En todo Gran Breta?a, donde hay una gran tradici¨®n de aves, de m¨²sica y de poes¨ªa, hay unas 6.000 parejas de ruise?ores. Sin embargo, solo la comarca de la Vera [en Extremadura] donde vivo parte del a?o tiene unas 50.000 parejas.
P. ?Cu¨¢l es su m¨¦todo para escuchar a las aves?
R. Soy ornitociclista, hago todo en bici. Salgo a las 5,30 de la ma?ana y es una maravilla. Cuando estoy aqu¨ª en Asturias, vivo a pie de uno de los puertos ic¨®nicos de la Vuelta Ciclista, en Arriondas. Empiezo a subir en la bici en oscuridad total, en silencio total, en todo caso se escucha solo a veces alg¨²n ave nocturna como el chotacabras. Y poco a poco la luz y el sonido van en crescendo, empieza el petirrojo, subo un poco m¨¢s, y se oye el mirlo, el zorzal com¨²n, el choch¨ªn, las currucas. Sigo subiendo, crece la luz y se van uniendo m¨¢s y m¨¢s cantos a la fiesta.
P. ?Qu¨¦ siente cuando los cantos se van apagando en verano y ya no volver¨¢n hasta la siguiente primavera?
R. Para m¨ª es siempre un poco triste.
P. ?Qu¨¦ le sigue asombrando m¨¢s del canto de las aves?
R. Cuando las aves empezaron a cantar hace 60 millones de a?os emit¨ªan un simple graznido. Para defender su territorio un perro hace guau guau y ya est¨¢, de d¨®nde viene est¨¢ incre¨ªble complejidad del canto de las aves de hoy en d¨ªa, esto me fascina. La belleza del canto es un misterio.
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