Trump proh¨ªbe las pajitas de papel y apuesta por recuperar las de pl¨¢stico
Una orden ejecutiva del presidente de EE UU destierra el uso de las biodegradables en los edificios de la Administraci¨®n federal
![El presidente de EE UU, Donald Trump, este martes en el Despacho Oval de la Casa Blanca.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/AE3PZS47E5U47TTG6DZBA6WFCA.jpg?auth=0cf1f9d0a94444d41ca76e6b69f201c9469fb6d53fb1dbd9e5e9270c612229e0&width=414)
![Mar¨ªa Antonia S¨¢nchez-Vallejo](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F0095c6d0-3f01-466b-bf23-54f7dae863ae.png?auth=8b7e790776e1a90353b2dd71c853db2fa8397c8a9b22f122ee03b0b4a1e16bd6&width=100&height=100&smart=true)
Adem¨¢s de perforar sin freno para impulsar la industria del crudo -y de paso los ingresos de algunos de sus ricos donantes, magnates del petr¨®leo-, al presidente de EE UU no se le ha ocurrido mejor idea para contribuir a la contaminaci¨®n ambiental que prohibir el uso de las pajitas de cart¨®n de un solo uso, biodegradables, para recuperar las de pl¨¢stico de toda la vida, como si el pl¨¢stico no fuera el elefante en la habitaci¨®n -y en los oc¨¦anos- del medio ambiente. El ¨¢mbito de aplicaci¨®n de la orden ser¨¢, de momento, la Administraci¨®n federal, algunos de cuyos departamentos, por cierto, tambi¨¦n se quiere cargar en todo (Educaci¨®n) o en parte (Pent¨¢gono).
Junto con su decisi¨®n de cancelar la acu?aci¨®n de monedas de un centavo de d¨®lar por c¨¢lculo material -cuesta m¨¢s hacerlas que su valor facial-, el mandatario republicano obvia en su programa de gobierno la tremenda contaminaci¨®n ambiental que generan las criptomonedas y los centros de datos, que tanto impulsa personalmente, para abrazar las pajitas de pl¨¢stico, porque, dice la orden ejecutiva que firm¨® el lunes, ¡°las de papel no son funcionales, utilizan sustancias qu¨ªmicas que pueden entra?ar riesgos para la salud, son m¨¢s caras de producir que las pajitas de pl¨¢stico y a menudo obligan a los usuarios a utilizar varias¡±.
¡°Una campa?a irracional contra las pajitas de pl¨¢stico ha dado lugar a que las principales ciudades, Estados y empresas [de EE UU] proh¨ªban el uso o la inclusi¨®n autom¨¢tica de pajitas de pl¨¢stico con las bebidas¡± en favor de un suced¨¢neo avieso, las de papel, que, para colmo, ¡°a veces vienen envueltas individualmente en pl¨¢stico, lo que socava el argumento medioambiental a favor de su uso¡±. Por ello, asegura el presidente, ¡°la pol¨ªtica de Estados Unidos es acabar con el uso de las pajitas de papel¡±.
Podr¨ªa parecer que con la que est¨¢ cayendo, y habr¨¢ de caer, en la econom¨ªa y el medio ambiente de EE UU -el efecto de la gripe aviar en la escasez y la carest¨ªa de los huevos; la previsible inflaci¨®n por la salva de aranceles-, estas menudencias suenan a an¨¦cdota para el bienestar com¨²n. Pero en la pr¨¢ctica el decreto de Trump pone fin a una d¨¦cada de concienciaci¨®n social ante la poluci¨®n por pl¨¢stico de las aguas. El v¨ªdeo de una tortuga marina con una pajita de pl¨¢stico en una fosa nasal se hizo viral entonces y provoc¨® una oleada de activismo para reducir la contaminaci¨®n por pl¨¢sticos, con la pajita de pl¨¢stico desechable con icono del movimiento. En decenas de ciudades y Estados del pa¨ªs m¨¢s consumista del mundo -muy especialmente de bebidas carbonatadas, sodas y refrescos azucarados que se beben a sorbos- , el uso de pajitas de pl¨¢stico se prohibi¨® o fue parcialmente restringido, con sus partidarios y detractores incluso dentro los movimientos ecologistas.
M¨¢s de media docena de estados tienen leyes que establecen que los restaurantes y bares s¨®lo pueden ofrecer pajitas de pl¨¢stico si los clientes las solicitan. Entre ellos est¨¢n Nueva York, California, Oreg¨®n, Washington, Nueva Jersey, Delaware y Rhode Island. Decenas de ciudades y condados tambi¨¦n tienen restricciones en vigor; algunas, como Washington DC, proh¨ªben a los negocios ofrecer las de pl¨¢stico aunque el cliente las pida.
Pero de ah¨ª a llamar ¡°irracional¡± a la campa?a contra las pajitas de pl¨¢stico -precisamente ¨¦l, protagonista del m¨¢s irracional o convulso inicio de mandato presidencial que se recuerda- suena a broma gruesa. Seg¨²n distintos c¨¢lculos, los estadounidenses, colgados a todas horas de descomunales vasos de refresco, utilizan y tiran hasta 500 millones de pajitas al d¨ªa, y de hecho la campa?a La ¨²ltima pajita de pl¨¢stico fue un intento de abordar el insostenible uso de pl¨¢sticos de un solo uso, ¡°una forma de conseguir que la gente actuara al respecto de una manera sencilla y tangible¡±, ha declarado Jackie Nu?ez, fundadora de la campa?a, a la radio p¨²blica NPR. ¡°Nunca fuimos contra la pajita en concreto¡±, dijo este martes la activista, que empez¨® su cruzada en 2009. Pero s¨ª la convirtieron en s¨ªmbolo, en el ojo de la cerradura por el que introducirse en el insondable mundo de la contaminaci¨®n por pl¨¢stico.
¡°Son una cosa rid¨ªcula¡±
La medida de Trump supone un claro retroceso respecto a las medidas adoptadas por la Administraci¨®n de Joe Biden. El a?o pasado, el dem¨®crata se comprometi¨® a empezar a eliminar la compra de pajitas y otros pl¨¢sticos de un solo uso por parte del Gobierno federal en 2027.
¡°Estas cosas no funcionan. Las he tenido muchas veces y, en ocasiones, se rompen, explotan¡±, dijo Trump durante la firma del decreto, transmitida por televisi¨®n. ¡°Si algo est¨¢ caliente, no duran mucho, como cuesti¨®n de minutos, a veces cuesti¨®n de segundos. Es una situaci¨®n rid¨ªcula¡±, cont¨® el hombre m¨¢s poderoso del mundo, con permiso de Elon Musk, sobre sus cuitas con un ofensivo utensilio de papel. Sus palabras recuerdan aquella diatriba de Mariano Rajoy sobre el imposible, a su juicio, uso de las nuevas botellas de pl¨¢stico con tap¨®n incorporado. Aunque el tema dar¨ªa para una investigaci¨®n psicoanal¨ªtica, resulta cuando menos curioso que una pajita de papel y un tap¨®n a rosca de pl¨¢stico puedan entra?ar tama?a dificultad para unos l¨ªderes.
La orden ejecutiva de Trump ordena a las agencias federales que dejen de comprar pajitas de papel, asegur¨¢ndose de que no se ofrezcan en los edificios gubernamentales. Tambi¨¦n pide que se elabore una ¡°estrategia nacional para acabar con el uso de pajitas de papel" en un plazo de 45 d¨ªas. Con la guerra comercial global que ha desatado la primera salva de aranceles, con Gaza a punto de convertirse en un resort tur¨ªstico si prosperan sus planes de limpieza ¨¦tnica para la Franja, con el mundo boquiabierto ante un inicio de mandato que parece el minutero estresado del apocalipsis, todo sea por la causa. La del pl¨¢stico, que es como decir la del petr¨®leo.
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