EL PA?S refuerza su oferta cultural
Jordi Amat asume la coordinaci¨®n del suplemento ¡®Babelia¡¯ y Carlota Rubio se pone al frente de ¡®Quadern¡¯
Tras el lanzamiento de la nueva etapa de la revista de cultura y pensamiento TintaLibre, coeditada por EL PA?S e Infolibre bajo la direcci¨®n de Jordi Gracia y Jes¨²s Mara?a, el peri¨®dico renueva a los responsables de los suplementos culturales Babelia y Quadern. Jordi Amat, ensayista y columnista de este peri¨®dico, y responsable del suplemento catal¨¢n en los ¨²ltimos dos a?os, pasa a coordinar Babelia mientras la periodista Carlota Rubio se har¨¢ cargo de Quadern tras haber sido responsable de la secci¨®n de Libros de N¨²vol. Hasta ahora, la coordinaci¨®n de Babelia corr¨ªa a cargo de Javier Rodr¨ªguez Marcos, en la actualidad subdirector de Opini¨®n del peri¨®dico.
La suma de los nuevos proyectos traslada la voluntad de reforzar desde EL PA?S la relevancia de la cultura contempor¨¢nea con un enfoque conectado con la actualidad en sus m¨²ltiples facetas ¡ªla cr¨ªtica literaria, la prescripci¨®n solvente, el reportaje cultural, la m¨²sica, las series, el cine¡ª y sin dejar de explotar las herramientas que las nuevas tecnolog¨ªas ponen en manos de los medios. Tanto la renovaci¨®n de firmas y de temas como la conexi¨®n con los intereses de la nueva sociedad explican estos cambios, y as¨ª definen sus objetivos sus nuevos responsables.
Los semiconductores
Si el mundo se quedaba sin semiconductores, todo iba a dejar de funcionar. Las potencias globales lo proclamaban. Los necesitaban ya. Muchos semiconductores: esos elementos que permiten el paso de la corriente eléctrica o que actúan como aislantes para impedir el paso de la electricidad. Sin ellos, no hay chips; sin chips, colapsamos. Ese chispazo lo crea también el equipo de? Babelia junto a una red de colaboradores en Europa y América. Hace años que somos el transmisor que conecta con profundidad al lector de EL PAÍS con el tipo de conocimiento humano que es el propio de la cultura. El suplemento quiere seguir funcionando como uno de los más eficientes semiconductores de la cultura en lengua española, una función que le ha sido reconocida gracias al trabajo de diversas generaciones de críticos y periodistas. Un semiconductor del hispanismo global que, como proclama su nombre, es puerta de entrada de voces de otras tradiciones para intentar comprender, además del aquí, también el cambiante ahora. Un espacio que dialoga con los clásicos e incorpora con valentía y más pluralidad la nueva sensibilidad. Y que también se atreve a aislar sin miedo lo malo que funde los plomos de los lectores. El Babelia de siempre donde todo cambia.
Un lector com¨²n
Uno de mis descubrimientos del año ha sido la Virginia Woolf crítica literaria. Tituló el compendio de su obra ensayística?The common reader?con toda la intención del mundo: no le interesaban las lecturas academicistas, sino un lector común exigente con sus contemporáneos. “Los criterios que planteamos y las variaciones que formulamos pasan a formar parte del ambiente y se convierten en parte de la atmósfera que los escritores respiran cuando trabajan”, decía. Eso es lo que es y tiene que continuar siendo Quadern: la garantía de que la maquinaria se mantiene bien lustrada para que el escritor (o el artista o el músico o el cocinero o el escenógrafo) no sea autocomplaciente y para que el lector común sepa detectar y acoger la calidad cuando aparezca.
Entre el ruido de la novedad, la prescripción sin argumento, y el olor a moho de algunos circuitos, Quadern ha sabido colocarse en el centro del debate, y el objetivo es que, gracias a ello, pasen cosas. Un reportaje no tiene que dar testimonio a una tendencia, sino obligar a un escritor a revisar un capítulo de su manuscrito bajo una nueva óptica; una entrevista tiene que provocar una nueva colaboración en un museo; una crítica frenar un éxito deshonesto; y una columna inducir un instante de incomodidad productiva. Trabajaremos para que todo esto salga de Quadern, con una aproximación flexible a los géneros, los soportes y la definición de eso a lo que llamamos cultura. Y lo continuaremos haciendo en catalán, que no es solo una lengua, sino también una tradición y una mirada concreta sobre el presente.
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