El festival S¨®nar llega al final de su octava edici¨®n con un r¨¦cord de asistencia

M¨¢s de 250 actividades: 50 conciertos, actuaciones de 70 Dj's, 90 t¨ªtulos proyectados en las sesiones de S¨®narCinema y cerca de 60 trabajos en todos los formatos de multimedia han protagonizado los tres d¨ªas y tres noches en contacto con las ¨²ltimas tendencias y los artistas m¨¢s relevantes del panorama nacional e internacional.

El Centre de Cultura Contempor¨¤nia de Barcelona (CCCB), el Museu d'Art Contemporani de Barcelona (MACBA) y la Capella dels ?ngels y Montju?c 2 han sido los recintos habilitados para la fiesta.

Durante todo el d¨ªa de ayer, el CCB, el MACBA o el Convent dels Angels vivieron un trasiego constante de personas, que la organizaci¨®n cuantific¨® en un total de 9.643, con lo que el S¨®nar de d¨ªa se acerc¨® a la hace a?os impensable barrera de los 10.000 asistentes.

Por la noche, la segunda jornada del certamen vivi¨® uno de sus momentos m¨¢s gloriosos con la actuaci¨®n del d¨²o Master At-work, integrado por Kenny Dope Gonz¨¢lez y Little Louie Vega, que ejerci¨® de aquello para lo que hab¨ªa sido contratado, es decir, cabezas de cartel de la octava edici¨®n del S¨®nar, con una sesi¨®n de latin house que pocos olvidar¨¢n y que casi llen¨® el S¨®narClub.

Una chica negra, con el pelo de rosa y una falda de tul del mismo color, danzaba en trance junto a una amiga que luc¨ªa sombrero vaquero y est¨¦tica Madonna, indiferente a los requerimientos de un ciudadano que se agitaba fren¨¦ticamente mientras los focos resaltaban su camiseta del Real Madrid, con el n¨²mero 19 de Anelka.

Poca gente inger¨ªa l¨ªquido en abundancia, para compensar todo lo sudado y casi nadie reparaba en unas enfermeras que transitaban por los diferentes espacios, azafatas contratadas por una marca de refrescos que patrocina el certamen.

El finland¨¦s Luomo revent¨® el espacio exterior, el S¨®narPub, mientras Andrew Weatherall dejaba claro que es un artista que supera su faceta de remezclador de Primal Scream, y Frankie Knuckles fue la traca final para dejar rendido al personal, como confesaba un exhausto Miqui Puig, cantante de Los Sencillos.