Tim Robbins: "No existe un 'gulag' ideol¨®gico en Estados Unidos"
Isabel Coixet presenta 'La vida secreta de las palabras', pel¨ªcula que habla del peso del pasado
Tim Robbins, el actor m¨¢s comprometido de Hollywood y una fuerte voz contra la pol¨ªtica de Bush, no cree que exista "un gulag ideol¨®gico" en EE UU. "No hay una lista negra, pero s¨ª se margina a quien se opone a su visi¨®n del mundo". Robbins ha presentado esta tarde en Madrid La vida secreta de las palabras, la ¨²ltima obra de Isabel Coixet, rodada en ingl¨¦s y que se estrena el viernes. El actor afirma haber aceptado el papel protagonista por ser "el ant¨ªdoto" tras Mystic River, por el que logr¨® el oscar. Completan el reparto Sarah Polley, Javier C¨¢mara y Julie Christie.
"Mi personaje tiene algo de herido pero, a la vez, algo esperanzador, y eso era lo que necesitaba", apunta este actor, director, dramaturgo y autor de canciones que, en el filme, encarna a un ingeniero de una planta petrol¨ªfera, que, tras un accidente, queda temporalmente ciego y recibe los cuidados de una silenciosa y enigm¨¢tica joven. Entre el enfermo y su cuidadora se ir¨¢ diluyendo el muro que los separa, lo que les llevar¨¢ a revelarse los mutuos secretos que les atormentan. Nacido en California hace 46 a?os, Robbins no s¨®lo es uno de los mejores int¨¦rpretes de su generaci¨®n, ganador entre otros del premio al mejor actor en Cannes por El juego de Hollywood. Tambi¨¦n un excelente director, con filmes como Pena de muerte, por el que su mujer, Susan Sarandon gan¨® el oscar.
Robbins ha desarrollado una comprometida carrera a pesar de las duras cr¨ªticas, entre ellas la de antipatriota por su activa lucha en contra de la ocupaci¨®n iraqu¨ª: "No puedo decir que mi postura contra la guerra me haya facilitado la vida. No s¨¦ si he perdido trabajos por ello, pero soy libre de decir lo que pienso. El problema es que la derecha ha marginado a quien se opone a su visi¨®n del mundo y lo aplica a todo el que tenga una voz p¨²blica". Sin embargo, Robbins no cree que se ejerza una censura expl¨ªcita en su pa¨ªs: "Vivo en Nueva York y no lo percibo, pero s¨ª lo han sentido otras personas. Se trata, m¨¢s bien, de una ilusi¨®n creada por ciertos medios para limitar nuestra voz y hacer creer que somos una minor¨ªa. Pero el enfrentamiento a la pol¨ªtica del Gobierno ha ido en aumento, aunque la gente ha tardado un tiempo en encontrar su voz".
"Un cuento de hadas"
Por eso niega sentirse v¨ªctima del sistema, pero tampoco acepta entrar en la espiral del silencio: "La alternativa es decir 'prefiero no responder a este tipo de preguntas' pero eso ser¨ªa esconderme, algo que nunca he hecho ni debo hacer", a?ade, para, a continuaci¨®n, puntualizar: "No soy una persona pol¨ªtica. Soy un narrador y un actor". Antes del 11 S, Robbins afirmaba que el mayor enemigo era la autocensura. Hoy no ha cambiado de opini¨®n: "Ahora los gobernantes se inspiran en el miedo y eso se aplica a ambos lados de la batalla ideol¨®gica, de ese juego de ajedrez que se juega. Y limitar por ley los derechos individuales es el mejor caldo de cultivo del extremismo, tanto islamista como cristiano".
En cuanto a la pel¨ªcula, Coixet habla del peso del pasado, de las heridas que se arrastran por no poder olvidarlo y del amor como redenci¨®n. El t¨ªtulo de su quinta pel¨ªcula hace referencia "al arma de doble filo que son las palabras y al silencio como refugio", explica la cineasta catalana, que siempre acierta al elegir t¨ªtulos po¨¦ticos y evocadores. Por su parte, la actriz canadiense Sarah Polley, protagonista del anterior filme de Coixet, Mi vida sin m¨ª, encarna a la cuidadora, que ha sobrevivido a la Guerra de los Balcanes pero no la ha superado. Para preparar el personaje, viaj¨® a Copenhague, donde tiene su sede la asociaci¨®n IRCT que lucha por la erradicaci¨®n de la tortura en el mundo; "All¨ª trabaj¨¦ con los psiquiatras que tratan con esas mujeres. Luego, Isabel me dio una serie de libros sobre el tema".
Coixet explica que quer¨ªa contar "c¨®mo se sobrevive a la tortura, si es que se puede sobrevivir, ?Qu¨¦ pasa despu¨¦s?". "Desde ni?a estaba obsesionada con los campos de concentraci¨®n y a¨²n tengo vivo el recuerdo de cuando, a los diez a?os, mi padre me cont¨® que cuando los prisioneros de los campos salieron nadie les esperaba con medallas. Empezaba para ellos otro tipo de dolor, tortura y maltrato", subraya la directora. "S¨ª, es mi mejor pel¨ªcula", sentencia Coixet, quien se refiere a su filme como "un cuento de hadas" por su carga de esperanza: "La ¨²nica forma de superar el horror de ese pasado es la justicia pero si ¨¦sta no existe, una forma de sobrevivir es el amor".
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