Sampredro reivindica el ansia de vivir en su ¨²ltimo libro
'Escribir es vivir' recopila las conferencias magistrales que dict¨® el escritor en la Universidad Men¨¦ndez Pelayo
"El mundo es una hoguera y yo soy una chispa infinitesimal de esa hoguera. La vida es arder, lo que no arde, no vive". Jos¨¦ Luis Sampedro (Barcelona, 1917) ha resumido as¨ª su particular teor¨ªa de la vida durante la presentaci¨®n de Escribir es vivir (Aret¨¦), un libro en el que recupera su infancia en T¨¢nger, su juventud en Madrid y los a?os duros de la guerra civil y la posguerra, con un rico anecdotario de situaciones personales.
El libro naci¨® de las conferencias magistrales que dict¨® Sampedro el verano de 2003 en la Universidad Men¨¦ndez Pelayo de Santander, donde emocion¨® al auditorio con palabras como estas: "No he venido aqu¨ª a hacer ret¨®rica, ni literatura... he venido aqu¨ª a vivir, a vivir cuando se me est¨¢ acabando la vida y, por tanto, a disfrutarla m¨¢s".
Las cintas donde quedaron grabados sus discursos sirvieron de armaz¨®n para construir este libro. Y fue su mujer, Olga Lucas, quien se encarg¨® de verterlas en p¨¢ginas en blanco: "Cuento mi vida, pero narrada con las palabras de Olga, que son m¨ªas, aun siendo suyas", ha explicado hoy el escritor.
Los t¨ªtulos de las conferencias, que son ahora los cap¨ªtulos del libro, sugieren ya el car¨¢cter po¨¦tico del texto: Por la boca vive el pez, Los r¨ªos que nos llevan, Un mundo en el desv¨¢n, M¨¢s adentro en la espesura, Viaje a la libertad...
En contra de las nuevas tecnolog¨ªas
Sampedro tambi¨¦n ha aprovechado la presentaci¨®n de Escribir es vivir para reflexionar en voz alta sobre la memoria. "La memoria no es fiel en el sentido literal, recordamos s¨®lo lo que creemos que ocurri¨®. En el libro he cultivado la evoluci¨®n viva de los recuerdos", ha explicado. Al hilo de estos pensamientos, ha recordado su infancia en Marruecos y su temprana adolescencia en Aranjuez y aquel pa¨ªs en el que ¨¦l vivi¨®, "una Espa?a que fue asesinada en 1936".
Aunque su visi¨®n de la existencia derrocha vitalismo, su mirada se torna gris cuando reflexiona sobre el futuro del hombre: "El destino final del hombre es convertirse en un perif¨¦rico de la m¨¢quina. Es m¨¢s, me imagino a las m¨¢quinas hablando de sus perif¨¦ricos humanos, como lo hacen ahora las madres de sus hijos", ha dicho
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