La 'Lis¨ªstrata' de Mediero cosecha aplausos en el Festival de M¨¦rida

La nueva versi¨®n de "Lis¨ªstrata" de Manuel Mart¨ªnez Mediero, que se estren¨® esta noche en el Festival de Teatro Cl¨¢sico de M¨¦rida, recibi¨® el aplauso de un p¨²blico que llen¨® casi por completo el Teatro Romano, donde se representaron las vicisitudes que sufren las mujeres de todas las ¨¦pocas.

El montaje que, despu¨¦s de 27 a?os, ha vuelto a dirigir Antonio Corencia en este festival, consigui¨® reflejar los obst¨¢culos con los que el "sexo d¨¦bil" se ha encontrado a lo largo de la historia cuando el hombre se le impone y hace y deshace a su antojo.

La obra se sit¨²a en una guerra de la Grecia cl¨¢sica, motivada por el poder que los hombres "b¨¢rbaros" de Esparta, liderados por el rey Florip¨®n (Vicente Cuesta), quieren conseguir sobre los dem¨®cratas e intelectuales atenienses, a quienes consideran menos hombres por buscar el conocimiento y no los conflictos.

Lis¨ªstrata (Miriam D¨ªaz Aroca) es la reina de Esparta, una mujer fuerte que mira hacia Atenas y promueve una huelga de sexo para hacer que los hombres abandonen las armas y, de esta forma, dejen de tratar a las mujeres como objetos que abandonan cuando van al campo de batalla.

La superioridad de los hombres sobre las mujeres se muestra de manera ir¨®nica, ya que ellos consideran que est¨¢n por encima y apuestan por la guerra y el poder mientras ellas se burlan de sus prop¨®sitos, se revelan e ignoran sus ¨®rdenes.

No es una obra feminista

Puede parecerlo, pero no es una obra feminista, sino un montaje que representa la lucha por la igualdad de sexos frente al machismo, los t¨®picos y la violencia de g¨¦nero. La pieza refleja dos maneras de ver la vida, el hombre apuesta por ganar batallas, con la excusa de tener m¨¢s recursos y defender el pa¨ªs, mientras las mujeres muestran la sensibilidad del ser humano y apuestan por la paz.

As¨ª, la reina y la prostituta oficial de Esparta, Furitis (Maria Kosty) se unen para concienciar a las mujeres del pa¨ªs de que tienen que dar un cambio a sus vidas para ser respetadas por sus maridos y lograr la igualdad de sexos. En las escenas, perfectamente encajadas en el marco del teatro, estas mujeres ponen de manifiesto la importancia de la raz¨®n y se?alan que los hombres no piensan con la cabeza, sino en funci¨®n de sus instintos, sobre todo sexuales, lo que da lugar a burlas y chistes sobre ellos para ridiculizarlos.

El espect¨¢culo cuenta con la actuaci¨®n de m¨¢s de 70 actores entre guerreros, mujeres y cultos atenienses, adem¨¢s de un coro de lechuzas que, cuando sal¨ªa a escena, defend¨ªa la tradicional figura de la mujer, subyugada al hombre, y advert¨ªa a Lis¨ªstrata de que su revoluci¨®n tendr¨ªa un final tr¨¢gico. Adem¨¢s de hacer una ligera cr¨ªtica a la hipocres¨ªa pol¨ªtica de los que defienden la guerra como puente hacia el progreso, la obra refleja actos de violencia de g¨¦nero con su cara m¨¢s cruel.

"Los hombres son como son y las mujeres son como son" dice Lis¨ªstrata en uno de sus mon¨®logos, pero cada unos busca una libertad diferente y eso es lo que da lugar a la violencia, como se refleja en el tramo final del montaje. El espect¨¢culo, que dur¨® m¨¢s de dos horas entre risas y expectaci¨®n, recibi¨® los aplausos de las m¨¢s de 2.500 personas que fueron a ver el estreno de este montaje en M¨¦rida.

Al acabar la obra, los actores principales, el director y el dramaturgo extreme?o se?alaron que las piedras les hab¨ªan "querido". Corencia asegur¨® que es una obra propia del teatro "de toda la vida" y destac¨® que el argumento muestra que "a¨²n queda mucho por hacer por las mujeres porque todav¨ªa las matan". Mediero, quien recibi¨® un homenaje antes del comienzo del espect¨¢culo en reconocimiento a su trayectoria profesional y a su labor en Extremadura, se?al¨® que el espect¨¢culo "ha sido posible gracias a la calidad de los actores, que han hecho una representaci¨®n prodigiosa".

Adem¨¢s, el dramaturgo extreme?o anunci¨® que la pr¨®xima obra suya que se represente en M¨¦rida ser¨¢ "Edipo en las Olimpiadas". Miriam D¨ªaz Aroca dio las gracias a la ciudad de M¨¦rida por el "regalo" que, seg¨²n dijo, recibi¨® esta noche, sobre todo por la generosidad del p¨²blico y el reconocimiento al trabajo de la compa?¨ªa. Cuesta confes¨® que le sorprendi¨® la reacci¨®n del p¨²blico porque, aunque esperaba que la obra gustara, "no esperaba unos aplausos con tanta fuerza".