El agua y las aglomeraciones deslucen la Noche en Blanco
Colas de dos horas para entrar en la Biblioteca Nacional y quejas a gritos en la Bolsa.- La jornada se salda con un detenido y dos heridos
La asistencia masiva a la segunda Noche en Blanco de Madrid ha vuelto a desbordar las previsiones y ha provocado colas de varias horas para acceder a la Biblioteca Nacional y al Teatro Real, entre otros. La lluvia desluci¨® algunos actos hacia las 22.30, como los programados en el Centro Cultural Conde Duque, pero media hora despu¨¦s escamp¨® y la muchedumbre volv¨ªa a inundar las grandes arterias, como la Gran V¨ªa, el Paseo del Prado y la calle de Alcal¨¢ entre Cibeles y la Puerta de Alcal¨¢. La gran cita cultural nocturna de Madrid, con cientos de instalaciones, exposiciones y museos abiertos, ha vuelto a quedar, una a?o m¨¢s, empa?ada por las aglomeraciones masivas y el caos organizativo.
La noche ha terminado con un sabor agridulce, ya que una persona fue detenida y dos resultaron heridas por disturbios ocurridos en el centro de la ciudad.
Una trifulca cuyo origen se desconoce ocurri¨® sobre las cuatro de la madrugada en la Gran V¨ªa, entre las Plazas de Callao y de Espa?a, y concluy¨® con el balance de una persona detenida y dos heridas, una de ellas un ni?o de 9 a?os que sufri¨® un corte en un dedo.
Tambi¨¦n hubo lanzamientos de botellas en la calle Luchana (distrito de Chamber¨ª) y en los alrededores de la Casa del Reloj (distrito de Arganzuela), motivados por el agolpamiento de gente que quer¨ªa acceder a algunas sedes de los eventos.
Largas colas
En la Bolsa, los visitantes se quejaron a gritos hacia las doce y media. Al llegar se hab¨ªan encontrado con el cartel de "no hay entradas", aunque se supon¨ªa que el recinto abr¨ªa hasta la 1.30. Un miembro de la organizaci¨®n intentaba calmar los ¨¢nimos explicando que se hab¨ªan repartido 900 entradas a partir de las 20.00 y que estaban agotadas. Mucha gente se quejaba de que nadie les hab¨ªa avisado. "Esto es un timo. En realidad si sales a las doce no puedes entrar en ninguna parte", exclamaba Francisco, un jubilado que iba con su mujer. Eran varios de los noct¨¢mbulos que no hab¨ªan podido conseguir un programa de actividades. Muchos iban tan s¨®lo con el plano informativo, en el que s¨®lo dice que la Bolsa abre hasta la 1.30.
En la Biblioteca Nacional, donde se expon¨ªa el c¨®dice del Cantar de M¨ªo Cid, los que entraban a la 1.00 llevaban haciendo cola desde las 23.00. Una vez dentro, les esperaban dos paneles informativos y una pantalla de televisi¨®n en la que se presentaba un documental de tres minutos. Unos pasos m¨¢s adelante, una vitrina alojaba el c¨®dice. Fin de la visita. En total, cinco minutos. No era una jornada de puertas abiertas sino que s¨®lo se mostraba el manuscrito. A pesar de eso, Pepa y Lola aseguraban que hab¨ªa valido la pena. "Es una ocasi¨®n ¨²nica, probablemente no volver¨¦ a verlo", dec¨ªa Pepa, acerca del c¨®dice del siglo XIII, la ¨²nica copia original que se conserva del poema y uno de los tesoros de la Biblioteca Nacional.
En el Teatro Real, una cola de decenas de metros rodeaba el recinto por completo y segu¨ªa en la plaza de Oriente. La posibilidad de visitar las entra?as del teatro, normalmente cerradas al p¨²blico, atrajo a una multitud de gente. La aglomeraci¨®n contrastaba con la asistencia fluida al Museo Arqueol¨®gico Nacional, donde a la 1.00 no hab¨ªa cola para entrar aunque las salas estaban llenas a rebosar.
Problemas con el transporte
El transporte p¨²blico tambi¨¦n se resinti¨®. Hacia la 1.30, hora de cierre del Metro, se produjeron aglomeraciones en la estaci¨®n de Banco de Espa?a (direcci¨®n Sol), situada bajo uno de los puntos m¨¢s concurridos, el cruce de la calle de Alcal¨¢ con el Paseo del Prado. El Metro ten¨ªa que recibir a los que volv¨ªan del C¨ªrculo de Bellas Artes, el Centro Blanquerna, la instalaci¨®n Atm¨®sfera en Puerta de Alcal¨¢, Cibeles, la proyecci¨®n del Palacio de Telecomunicaciones y de las exposiciones del Paseo del Prado.
En el Centro Cultural Conde Duque, uno de los dos polos de la Noche en Blanco(el otro es el Matadero de Legazpi), los problemas no los provocaron las aglomeraciones sino un paquete sospechoso. Ante el temor de que se tratase de un objeto peligroso, la organizaci¨®n desaloj¨® el recinto hacia las 23.00. La gente abandon¨® el edificio ordenadamente. Media hora antes, la lluvia oblig¨® a anular la proyecci¨®n de Journey to the moon and nine drawings for projection, una cr¨®nica en dibujos animados sobre la transici¨®n del apartheid a la democracia en Sur¨¢frica del artista William Kentridge (Johanesburgo, 1955).
Pasada la alarma, el centro reabri¨® las puertas y tanto la proyecci¨®n como el resto de actos se retomaron, desde la visita a la muestra de restos arqueol¨®gicos de Pompeya y Herculano procedentes del Museo de N¨¢poles, hasta el montaje con ropa usada del colectivo Basurama, una de las citas m¨¢s populares del centro, con decenas de j¨®venes rebuscando en montones de ropa vieja (y h¨²meda, tras la lluvia). Al lado, la instalaci¨®n Party Manual, del colectivo alem¨¢n Kaskaden Kondensator, ofrec¨ªa una discoteca m¨®vil con bola de espejos incluida, en la que la energ¨ªa de las bombillas proced¨ªa de los pedaleos de los visitantes montados en bicicletas est¨¢ticas. Los artistas pagaban tres euros a cambio de una hora de trabajo al ritmo de Rockafeller Skank, de Fatboy Slim.
Mientras tanto, en la Plaza de Espa?a, una multitud de decenas de observadores se agolpaba ante la fachada del imponente Edificio Espa?a, donde un equipo de voluntarios ejecutaba la instalaci¨®n Family Garden, de Ron Haselden (Kent, Reino Unido, 1944). Cada miembro aplicaba bombillas y gelatinas para colorear las 400 ventanas frontales del inmueble, coordinados a las ¨®rdenes de Radio Circulo. Con rojo, azul, verde y amarillo fosforito ilustraban unos dise?os infantiles recopilados por Haselden.
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