M¨¦rida se rinde ante Las Troyanas de Mario Gas
Unanimidad entre el p¨²blico a la hora de elogiar el montaje y el reparto encabezado por una inmensa Gloria Mu?oz
M¨¦rida ha iniciado la 54 edici¨®n de su festival de teatro grecolatino a lo grande con una puesta en escena de Las Troyanas que, tal y como comentaban muchos de sus espectadores la noche de su estreno el pasado jueves, har¨¢ historia. El montaje, dirigido por Mario Gas, puso al p¨²blico en pie tras estar durante 100 minutos en un sobrecogedor silencio, digno de la plaza de toros de la Maestranza. ?l ¨²nico punto negro de la noche quiz¨¢ fue que no hubo esos llenos totales que a veces muestra el magn¨ªfico teatro romano emeritense. Claro, que al estar ante un aforo de tres mil personas, el que s¨®lo hubiera unas mil daba la sensaci¨®n de que aquello no hab¨ªa enganchado a los posibles espectadores. Pero los organizadores de la muestra se mostraban tranquilos en ese aspecto, ya que esta es "una plaza" en la que tradicionalmente siempre ha funcionado el boca a boca y lo que sal¨ªa por los labios de los que estuvieron eran s¨®lo elogios y verdaderamente rotundos.
Las Troyanas de Gas, cuenta con la versi¨®n, bastante retocada, que Ram¨®n Yrigoyen ha hecho del texto de Eur¨ªpides, autor del que el director del montaje sostiene que fue el inventor del drama "porque despoja a los dioses de sacralidad y les confiere aspectos que est¨¢n en cualquier humano". Gas dice que los autores cl¨¢sicos, y sobre todo lo que el llama ir¨®nicamente "los tres tenores" por ser lo m¨¢s importantes poetas griegos (Esquilo, S¨®focles y Eur¨ªpides), no es que sean modernos sino que se han inspirado en ellos todos los grandes que han venido detr¨¢s: "Lo que pasa es que lo que nosotros llamamos grandes del siglo XVI en adelante han cogido esas mismas f¨®rmulas y las han metido en sus obras", dice al tiempo que recuerda que el montaje lo ha puesto en pie con gente c¨®mplice, con la que tiene un c¨®digo com¨²n ante la vida y ante el teatro, "de ah¨ª que funcionemos como un tribu aportando cada uno su sabidur¨ªa", se?ala de su equipo formado por m¨¢s de treinta actores, aunque el cuerpo central del mismo est¨¢ encabezado por Gloria Mu?oz, junto a Antonio Valero, Carles Canut, ?ngel Pavlovsky, Ricardo Moya, el ni?o Luis Jim¨¦nez, M¨ªa Esteve y Clara Sanchis, sin olvidar su vestuarista de cabecera Antonio Belart y todo un coro, al m¨¢s puro estilo griego y un buen pu?ado de soldados, que ayudan con sus ropajes contempor¨¢neos al aggiornamento que Gas ha buscado en este montaje. "Son elementos de nuestro entorno para que todo salga m¨¢s n¨ªtido, que no esquem¨¢tico, son signos que producen sensaci¨®n de veros¨ªmil, es el desider¨¢tum de cualquier puesta en escena", afirma Gas, quien deja claro que ¨¦l, su figurinista y Silvia de Marta, su ayudante de escenograf¨ªa, no s¨®lo pretenden vehicular visualmente el texto sino caminar en la profundizaci¨®n del mismo a trav¨¦s de la libertad, "para que sea limpio, no obstruya y nos remita a tiempos pasados y tiempos presentes, de manera que todo eso tenga una coherencia que posibilite el desarrollo de la obra; lo que hemos buscado es una escenograf¨ªa y un vestuario necesarios, sin elementos superfluos y que sea una reflexi¨®n sobre lo que es la obra", dice en referencia a este texto que narra el d¨ªa despu¨¦s de la guerra, pero centrado en las mujeres, las eternas perdedoras de cada batalla y las que despu¨¦s de perder esposos e hijos se convierten, las m¨¢s de las veces, en bot¨ªn de guerra.
Eur¨ªpides, que analiza la guerra con ojos de mujer, sit¨²a la acci¨®n en el ¨²ltimo d¨ªa de la guerra de Troya. Lo m¨¢s fascinante es que el desarrollo de la pieza es en tiempo real y que el autor muestra como los vencedores, no lo son tanto, lo que invita a una profunda reflexi¨®n de gran calado con tintes antibelicistas.
El director record¨® que ya se hab¨ªa enfrentado a estas piedras del teatro romano, a las que nunca falta el respeto: en el 85 con Salom¨¦, en el 93 con Golfus de Roma, hace tres a?os con Orestiada. Obras en las que ha comprobado el poder de los grecolatinos: "Los cl¨¢sicos siempre te sorprenden, es fascinante ver c¨®mo nos siguen hablando con contundencia de aspectos oscuros de nuestro mundo actual; porque al margen de aspectos museol¨®gicos o filol¨®gicos, y de que el teatro es otra cosa, el asombro y el pasmo es que est¨¢n hablando de cosas que no hemos resuelto aqu¨ª y ahora", se?ala el director a la hora de hablar de esa historia a la que se ha enfrentado "llena de oprimidos, dominantes, dominados, donde queda claro que cualquier persona puede cambiar de bando en cualquier momento". De hecho los personajes, sobre todo los femeninos, en esta lectura que ¨¦l ha hecho ofrecen una vuelta de tuerca. "H¨¦cuba es una perdedora, pero no una v¨ªctima, es una vengativa", dice Mu?oz de su personaje; mientras Sanchis afirma: "Helena no es la mala de la pel¨ªcula, ella tiene sus razones, es s¨®lo una superviviente", mientras Ycobalzeta defiende a su Casandra: "No es una loca, hay un gran lucidez dentro de ella y la hemos encontrado en nuestra lectura".
Por su parte el director incide en que han concebido Las Troyanas en com¨²n con todos los componentes de su equipo, en donde no faltan caras casi desconocidas en el teatro, "me gusta estar atento a gentes nuevas y observar a actores de otras compa?¨ªas", y otras que son aut¨¦nticos puntales de la escena espa?ola "son profesionales con los que quer¨ªa trabajar hace tiempo o con los que ya he coincidido otras veces y que persigo hasta que les cazo". Y es que Gas tiene claro que "la virtud o desvirtud del reparto es esa, la de trabajar con gente brillante y potente conjuntamente, de manera que cuando salgan a estrenar ya se hayan convertido en una tribu que tratar¨¢ de explicar este doloroso y bell¨ªsimo poema del que estoy muy orgulloso", dice este hombre que est¨¢ convencido de que el teatro hay que entenderlo como algo colectivo: "Un actor que trabaja solo, no es un actor, es un eg¨®latra que habla, y si no trabajas con los dem¨¢s no est¨¢s haciendo nada", sostiene. En ese sentido, implica tambi¨¦n a ese coro de troyanas que tanta presencia tiene en el montaje: "Un coro que parte de dos conceptos, por un lado la recuperaci¨®n del coro hist¨®rico, sin que por ello se haya tratado de hacer una reposici¨®n hist¨®rica, sino algo que aporta la doble dualidad de colectivo e individualidad, pero tambi¨¦n se trata de una tribu que tiene una gran formaci¨®n ya que estas troyanas tienen experiencia en g¨¦neros esc¨¦nicos muy distintos como teatro, m¨²sica y danza...", apunta Gas quien a la hora de trabajar recuerda a todos sus actores que estamos en una sociedad en la que la gente cada vez tiene m¨¢s prisa, "el p¨²blico llega al teatro y a los dos minutos quiere irse, nuestro objetivo es engancharle".
Y lo hace con un brillante reparto. Pavlovsky, convertida en Palas Atenea con aires de gran dama francesa, juega con un humanizado Poseid¨®n interpretado por Canut al que arrastra a la verdadera tragedia, ya que aunque se diga que la guerra de Troya es una consecuencia de que Paris haya secuestrado a la bella Helena y su marido quiere vengarse, est¨¢ claro que se trata de una guerra por intereses econ¨®micos y territoriales, como todas. La confederaci¨®n griega quer¨ªa cargarse esa ciudad situada estrat¨¦gicamente en una embocadura. En este sentido incide Clara Sanchis, quien defiende a su Helena: "Ella es humana, ni mala ni buena, pero est¨¢ claro que es una excusa, las guerras es un asunto masculino y aqu¨ª hay un mont¨®n de mujeres v¨ªctimas de esa situaci¨®n".
Claro que Gloria Mu?oz, la gran triunfadora de la noche, piensa que las verdaderas v¨ªctimas son las otras mujeres y sobre todo los ni?os y no la H¨¦cuba que interpreta: "Es una derrotada, pero ella ser¨ªa brutal si su marido hubiera ganado la guerra, otra cosa es que sea una madre que sufre mucho con la p¨¦rdida de sus hijos y de su marido, pero es una mujer d¨¦spota y es una simplicidad pensar que son los hombres los que destruyen todo, ella y muchas mujeres en la historia no son personajes inocentes, no hay m¨¢s que ver como Condolenza Rice es tan bestia como sus amigos", dice esta mujer que est¨¢ viviendo un momento dulce en su carrera con trabajos en los que se la reconoce su gran val¨ªa como actriz.
Por su parte Ricardo Moya es Taltibio, un militarote griego que demuestra sentimientos cuando tiene que matar al nieto de H¨¦cuba, interpretado por el ni?o, muy ni?o, Luis Jim¨¦nez, quien preguntado por los periodistas, al terminar la funci¨®n, sobre si sab¨ªa d¨®nde estaba Troya respondi¨® sin titubear: "En el sureste de Turqu¨ªa", lo que arranc¨® los aplausos de la prensa. Su personaje es el hijo de Andr¨®maca, la viuda de H¨¦ctor, hijo de H¨¦cuba y que interpreta una sobrecogedora M¨ªa Esteve, cuya interpretaci¨®n llena de fuerza sorprendi¨®, al igual que la de Anna Ycobalzeta quien aborda el personaje de Casandra, hija trastornada de H¨¦cuba y a la que ha dado un punto de l¨²cida cordura. Tanto l¨ªo familiar y enga?o amoroso es el que ha llevado al actor Antonio Valero, (Agamen¨®n, el marido enga?ado de Helena), a afirmar que estas historias griegas tienen algo de culebr¨®n folletinesco: "Parecen telenovelas pero de otra ¨¦poca, donde todos est¨¢n entrelazados por parentescos, camas y batallas", se?al¨® en actor, buen conocedor del g¨¦nero, sobre todo tras pasar una larga temporada dentro de la telenovela Amar en tiempos revueltos, de la sobremesa de TVE1.
Gas, que reconoce con humor que en los ensayos es "muy desagradable" y por lo tanto su gente es "muy estoica" parafrase¨® a Samuel Fuller y afirm¨® que ¨¦l tambi¨¦n cuando era joven quer¨ªa cambiar el mundo, luego, a medida que se echaba a?os quer¨ªa cambiar el teatro y concluy¨®: "Ahora, a mis 61 a?os, s¨®lo pretendo que el mundo y el teatro no me cambien a m¨ª", coment¨® este hombre que no s¨®lo se ha enfrentado al teatro grecolatino en M¨¦rida, sino tambi¨¦n en el Teatro Romano de Siracusa donde ha puesto en escena Orestiada y tambi¨¦n Las Troyanas, aunque con actores italianos y una puesta en escena muy distinta a esta. Pero a¨²n quiere m¨¢s y sue?a con hacer un Edipo en Colona o Tiestes, de S¨¦neca.
Como va a suceder en todas las noches de estreno de esta edici¨®n del festival, el grupo extreme?o Samarkanda, que ya ha cosechado otros ¨¦xitos en M¨¦rida, realiz¨® una especie de pasacalles, acompa?ando al p¨²blico hasta la puerta del teatro, en el que aportaba una mirada personal y provocadora sobre el mundo de Las Troyanas.
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