Hamlet ilumina a Juan Diego Botto
El actor y director, junto a Jos¨¦ Coronado y Nieve de Medina, pone en pie al p¨²blico en el Festival de Almagro con un pr¨ªncipe de Dinamarca airado y cabreado
El Hamlet espa?ol del siglo XXI ha nacido. Ya no es el joven rom¨¢ntico y atormentado (a veces interpretado por sexagenarios actores) que se arrastra por los rincones de palacio llorando el asesinato de su padre a manos de su propio hermano. Ahora es un joven profundamente cabreado, airado, que no est¨¢ dispuesto a permitir que el culpable se vaya de rositas y que responde a actitudes psicol¨®gicas del hombre rabiosamente actual. Ese pr¨ªncipe de Dinamarca ha llegado al teatro contempor¨¢neo marcando una nueva era de la mano del actor y director Juan Diego Botto, quien el pasado martes cosech¨® el ¨¦xito m¨¢s importante de su carrera profesional con el estreno de Hamlet, de William Shakespeare en el Festival de Teatro Cl¨¢sico de Almagro, junto a otros actores como Jos¨¦ Coronado, Nieve de Medina, Marta Etura, Luis Hostalot y Juan Carlos Vellido, entre otros.
El montaje estar¨¢ en la Antigua Universidad Renacentista hasta el s¨¢bado d¨ªa 19, horas antes de la clausura de esta muestra cuya recta final ha estado marcada rotundamente por la presencia de Shakespeare, autor que suele competir en los festivales de teatro cl¨¢sico con Lope de Vega. Adem¨¢s del Hamlet de Botto, se ha visto esta semana el de Jaroslaw Bielski, quien tambi¨¦n ha apostado por un pr¨ªncipe de Dinamarca joven y alejado de los estereotipos de gal¨¢n. Y tras los Shakespeares que se vieron la semana pasada del siempre impecable Declan Donnellan (hoy estrena en Madrid su impresionante Troilo y Cr¨¦sida) han desfilado hasta ayer los de los directores Helena Pimenta, Mariano de Paco y Vanessa Mart¨ªnez, todos ellos muy bien recibidos por un p¨²blico que en esta muestra, y al menos entre semana, es muy exigente.
El Hamlet de Botto es muy distinto a todos los que se recuerdan en escena e incluso en cine. No es un joven rom¨¢ntico y atormentado que sufre por las esquinas, calavera en mano. Su pr¨ªncipe est¨¢ cabreado, indignado y no quiere venganza, quiere que se sepa la verdad: "He afrontado un Hamlet as¨ª porque su actitud creo que tiene que ver con esa sensaci¨®n que provoca la postergaci¨®n de la justicia", dice al tiempo que recuerda que una de las primeras im¨¢genes del espect¨¢culo es la de una gran tela sobre la que hay un padre inmenso junto a un Hamlet peque?o. "Es un padre al que siente que nunca va a alcanzar, frente al que Hamlet se siente indefenso mientras a su alrededor todo es caos y dolor, pero tambi¨¦n un Hamlet que sobre todo no oculta su profundo cabreo ante la postergaci¨®n de la justicia, no hay que olvidar que cuando ¨¦sta llega es tras cinco actos y de manera accidental, personalmente creo que es algo as¨ª como el sentimiento que uno debe tener cuando nunca termina de conseguir que se meta en la c¨¢rcel al responsable de la muerte de su padre, que encima es el que le ha robado el trono". Y llegados a este punto es inevitable sacar a colaci¨®n que en la vida real Juan Diego Botto esta es la hora que no ha encontrado a los asesinos de su padre ni el cad¨¢ver de este, el actor Diego Fernando Botto, desaparecido en Argentina en 1977, dos a?os despu¨¦s de que naciera el tambi¨¦n hijo de la directora y actriz Cristina Rota.
Pero Botto deja claro que nunca ha necesitado vengarse de los asesinos de su padre, que a¨²n hoy, si viven, est¨¢n sueltos. "Nunca hablo de venganza, sino de justicia; no hay que olvidar que nadie soporta la opresi¨®n de los tiranos, la lentitud de la justicia". No tiene claro que su historia personal sea la que ha empujado a los brazos de Hamlet: "Puede que haya algo hay en el fondo, pero lo que me ha empujado es que es un texto soberbio, infinito, salpicado de temas profundos sobre los que el espectador debe reflexionar; otra cosa es que a lo mejor en lo m¨¢s intimo hay algo en Hamlet que est¨¢ en m¨ª y que a lo largo de mi vida muchas veces he pensado 'esto es como en Hamlet", adem¨¢s los que hemos pasado por terapias largas no paramos de hacer asociaciones con un mont¨®n de cosas y por supuesto Hamlet sale m¨¢s de una vez".
Pero lo cierto es que este Hamlet s¨ª le ha provocado una obsesi¨®n: "Que se entienda, que se entienda, que se entienda....., adem¨¢s la primera obligaci¨®n del arte es no aburrir y que provoque una reflexi¨®n".
Juan Diego Botto se subi¨® a un escenario por primera vez en el Centro Dram¨¢tico Nacional, que dirig¨ªa Lluis Pasqual, para trabajar como actor en Alesio, de Garc¨ªa May y bajo la direcci¨®n de Pere Planella. Ten¨ªa 12 a?os y una carita que aparentaba ocho. Desde entonces no ha parado de trabajar, unas veces como una hormiguita, d¨¢ndole que te pego, sin parar, y afrontando su trabajo d¨ªa a d¨ªa, laboriosamente; otras como un minero, con jornadas duras, largas y en condiciones de tremenda precariedad; y otras como una mosca cojonera, movi¨¦ndose incansablemente y dando el turre, sobre todo a s¨ª mismo, hasta que alcanza su objetivo tal y como lo ha imaginado y deseado. Y adem¨¢s no se ha limitado a ejercer la profesi¨®n de actor tanto en teatro, su aut¨¦ntico man¨¢, como en cine o televisi¨®n; sino que tambi¨¦n se ha sumergido en el trabajo de guionista, director, dramaturgo y autor teatral. Y, por ahora, no le va mal.
Con esta metodolog¨ªa ha afrontado su mayor reto profesional. Un Hamlet que ha tenido el valor, y el insin¨²a que quiz¨¢ la inconsciencia, de afrontar como dramaturgo, junto a Borja Ortiz de Gondra, como director y como actor en el papel de pr¨ªncipe de Dinamarca, aunque en su montaje este ¨²ltimo cometido lo alterna con su primo Alejandro Botto y los espectadores puede optar por ver un trabajo u otro. Juan Diego Botto, encarnado en este personaje universal se enfrent¨® por primera vez al p¨²blico la noche del pasado martes en el prestigiado festival manchego.
Su Hamlet fue recibido y acogido como pocas veces se ha visto en este festival. El p¨²blico, puesto en pie, agradec¨ªa calurosamente el trabajo visto en absoluto silencio y recogimiento, tanto a ¨¦l como al resto de su equipo. Y ¨¦l sab¨ªa que hab¨ªa gustado porque eso los del oficio lo notan: "Estoy tan contento...., como director la reacci¨®n que uno tiene ante la respuesta del p¨²blico es m¨¢s racional, pero como actor es m¨¢s emotivo, lo vives desde las entra?as porque cuando sientes un silencio tan concentrado notas que eso es lo que m¨¢s te alimenta; adem¨¢s, despu¨¦s de tanta entrega en escena, se est¨¢ muy desnudo y unos aplausos as¨ª son muy de agradecer". Como tambi¨¦n agradeci¨® la incorporaci¨®n al montaje de unos espont¨¢neos murci¨¦lagos que revolotearon alrededor de la tumba de Ofelia en la escena del cementerio: "Cuando les vi pasar pens¨¦ ?qu¨¦ maravilla!", dice el actor quien d¨ªas atr¨¢s tambi¨¦n se congratul¨® de que mientras ensayaba en el escenario una paloma evacu¨® su excremento encima de ¨¦l, algo que interpret¨® como un s¨ªmbolo de buena suerte; quiz¨¢ debido al famoso ?mierda! que se le dice a la gente de teatro frente a un estreno, cuya costumbre viene de desear que haya muchos excrementos en la puerta del teatro la noche del estreno, porque significaba que hab¨ªan acudido muchos coches de caballos al mismo y eso siempre era mucho p¨²blico y de much¨ªsimo post¨ªn.
Botto, antes de esta experiencia hamletiana, se ha acercado antes a Shakespeare una vez y media. Una con Coriolano, bajo la direcci¨®n de Eusebio L¨¢zaro y media con Rosencrantz y Guilderstein han muerto, obra de Tom Stoppard que transitaba por territorios hamletianos.
Ahora su responsabilidad en el montaje es mucha y lo sabe: "Hemos pretendido hacer una versi¨®n din¨¢mica, concisa, tratando en todo momento de que el espect¨¢culo se comprenda con facilidad y rescatando todo lo que de humor tiene", dice el actor-director quien tambi¨¦n destaca que en la dramaturgia realizada han querido subrayar dos aspectos: "el poder y la familia, dos temas que est¨¢n en todas las obras de este autor, pero de manera muy notable en esta donde se ve desde el primer acto como la corrupci¨®n llega a todos", y a?ade sobre su trabajo, "no he tenido nunca la sensaci¨®n de hacer un cl¨¢sico, toda la modernidad est¨¢ en el trabajo de los actores y apoyada en su talento; todos claboran a que en el escenario no haya algo apolillado sino algo vivo", dice este actor obsesionado con Hamlet desde que ley¨® el texto con 15 a?os y comprendi¨® que hab¨ªa muchas v¨ªctimas en esta funci¨®n: "El propio Hamlet y todos los dem¨¢s van siendo triturados por esta rueda del poder, aunque los personajes femeninos son v¨ªctimas especiales, algo que hemos subrayado m¨¢s en esta versi¨®n, porque ellas son espejos del propio Hamlet".
Para Jos¨¦ Coronado, que siempre regresa al teatro, le vaya como le vaya en cine o televisi¨®n, este ha sido un viaje maravilloso: "Aparte de la belleza de la dramaturgia, que no tiene desperdicio, y del ritmo con que Juan ha montado la obra, la puesta en escena involucra al espectador y todo el que entra se siente s¨²bdito del reino de Dinamarca, sin olvidar que para nosotros ha sido importante que el director sea un actor, ya que se nota, sabe donde hay que tocar y nos toca muy bien", dice mientras todos se r¨ªen ante el comentario de Coronado al que a?ade Nieve de Medina: "Ha sido un regalo que me llamaran para este trabajo del que quiero la valent¨ªa, porque hay que tenerla para montar un Hamlet y haber hecho esa adaptaci¨®n con Ortiz de Gondra; es la hora de los valientes, son unos ganadores".
Tanto Botto como el dramaturgo Ortiz de Gondra, que han contado con el escen¨®grafo Llorens Corbell¨¢ y el iluminador Felipe Gallego, estuvieron de acuerdo en utilizar la versi¨®n de Leandro Fern¨¢ndez de Morat¨ªn, la primera traducci¨®n que se hizo en espa?ol directamente desde el ingl¨¦s en 1802 y que muchos consideran a¨²n hoy no superada. Despu¨¦s de muchas discusiones, no han optado por el "existir o no existir" de este traductor, sino por el tradicional "ser o no ser" que siempre se espera de Hamlet.
El montaje m¨¢s ambicioso del Centro de Nuevos Creadores que dirige Cristina Rota, inicia ahora una larga gira que pasar¨¢ por el Teatro Mar¨ªa Guerrero de Madrid a partir del 4 de diciembre.
Babelia
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