'Tropa de ¨¦lite', o de c¨®mo un torturador se convierte en h¨¦roe
Miles de espa?oles han visto ya esta pel¨ªcula brasile?a que ha alterado el comportamiento de la poblaci¨®n y de la polic¨ªa en Brasil
Un disfraz in¨¦dito tom¨® las calles de R¨ªo de Janeiro el pasado carnaval. Miles de ni?os sonrientes, vestidos de negro, luc¨ªan en sus camisetas un siniestro escudo: una calavera atravesada por un machete y dos pistolas. Los populares trajes de Superman o de princesa cog¨ªan polvo en las tiendas. Este a?o la moda fue sambar vestido como el capit¨¢n Nascimento, y repetir sus sobrecogedoras frases. Nascimiento es el h¨¦roe torturador que protagoniza el filme brasile?o Tropa de ¨¦lite, estrenado hace meses en su pa¨ªs de origen y hace s¨®lo diez d¨ªas en Espa?a. Un ¨¦xito fulgurante que gan¨® el Oso de Oro del Festival de Berl¨ªn y cuyos espectadores espa?oles ya se cuentan por decenas de miles.
La estilizada calavera que saltaba entre los confetis y serpentinas del carnaval es el escudo del Batall¨®n de Operaciones Policiales Especiales (BOPE), cuerpo conocido por sus m¨¦todos para combatir el crimen: tortura, asesinatos y ejecuciones sumarias. ?C¨®mo es posible que estas violaciones sistem¨¢ticas de los derechos humanos hayan sido mimetizados de manera festiva, si no con admiraci¨®n, por buena parte de la poblaci¨®n brasile?a?
La pel¨ªcula trascendi¨® el ¨¢mbito meramente cinematogr¨¢fico desde antes de su estreno. Para entonces m¨¢s de 12 millones de personas ya la hab¨ªan visto en DVD piratas tras filtrarse una copia del filme durante la fase de posproducci¨®n. "Era como si estuvi¨¦semos en los Mundiales, cuando la selecci¨®n de Brasil se convierte en el objeto de todas las conversaciones", se?ala el antrop¨®logo Luiz Eduardo Soares, coautor de Elite de la tropa, libro que inspir¨® la pel¨ªcula. La jerga de los personajes de la cinta se traslad¨® al habla cotidiana. Las frases del filofascista Nascimiento llegaron a ser coreadas por miles de hinchas en el estadio de Maracan?, en R¨ªo. M¨¢s de 250.000 personas descargaron en sus m¨®viles canciones de la banda sonora. Cuando finalmente lleg¨® a las pantallas, la cinta dirigida por Jos¨¦ Padilha se hab¨ªa convertido en la m¨¢s vista en la historia de Brasil.
Una de las claves del ¨¦xito de Tropa de ¨¦lite es que por primera vez los brasile?os vieron en una pel¨ªcula todos los matices y el conjunto de una historia que hasta entonces s¨®lo conoc¨ªan por partes (a trav¨¦s del telediario o por experiencias personales fragmentadas). El filme recrea una operaci¨®n llevada a cabo por el BOPE en 1997. Meses antes de una visita del papa Juan Pablo II, el grupo fue enviado a una violenta favela pr¨®xima al arzobispado de R¨ªo de Janeiro. Su reto era sanear el ¨¢rea, es decir, "limpiarla" de traficantes y delincuentes. La operaci¨®n se cobr¨® m¨¢s de 30 muertos y decenas de detenidos. Con este tel¨®n de fondo, Padilha muestra sin medias tintas una polic¨ªa brutal, deteriorada por la corrupci¨®n y narcotraficantes que siembran el terror. Adem¨¢s, ense?a una clase media consumidora de las drogas que financian a los grupos que dominan las favelas con ramificaciones no s¨®lo en los estamentos policiales, sino tambi¨¦n pol¨ªticos.
La fuerte pol¨¦mica que rodeaba al filme se intensific¨® con su estreno. Mientras parte del p¨²blico se estremec¨ªa en la butaca por la crudeza de las escenas, otros espectadores aplaud¨ªan. Estas reacciones opuestas no sorprenden a los estudiosos de la violencia en Brasil. "Encuestas recientes ya nos alertaban de que la brutalidad policial y la tortura de delincuentes son aprobadas por cerca de un 30% de la poblaci¨®n", a?ade Soares. "Mir¨¢ndose en el espejo de la realidad en la pantalla grande, los espectadores adoptan la posici¨®n que tienen en la sociedad", concluye. El director de Tropa de ¨¦lite, Jos¨¦ Padilha, va m¨¢s all¨¢. Cree que la pel¨ªcula canaliz¨® el sentimiento de impotencia frente al crimen. "Los brasile?os est¨¢n hasta la coronilla de sufrir la violencia, ya sea de una polic¨ªa corrupta o de traficantes armados", explica por tel¨¦fono a ELPA?S.com. "El filme no desencaden¨® esta reacci¨®n del p¨²blico, s¨®lo la canaliz¨® y le dio una medida".
Profundo conocedor de la sociedad local, el antrop¨®logo Roberto da Matta resalta la importancia de analizar el efecto Tropa de ¨¦lite teniendo en cuenta el contexto. "Si el espectador no conoce el entorno en el que ocurre la historia, cree que los brasile?os est¨¢n locos al apoyar la acci¨®n brutal de la polic¨ªa", dice. "Pero R¨ªo es una ciudad contaminada por el tr¨¢fico de drogas y el 90% de las personas han sufrido atracos. Yo mismo he tenido en dos ocasiones un rev¨®lver del 38 contra el pecho", revela Da Matta.
Con explicaci¨®n o sin ella, el hecho es que Tropa de ¨¦lite ha sido recibida con entusiasmo fuera de Brasil. El Oso de Oro le ha abierto a esta pel¨ªcula el camino que ya recorriera Ciudad de Dios, de Fernando Meireles, que consigui¨® cuatro nominaciones al Oscar. 45.000 espectadores espa?oles la han visto en los 10 d¨ªas que lleva en cartel: 12.000 de ellos en el ¨²ltimo fin de semana. Las dos pel¨ªculas presentan una violencia cruda, con un montaje que no da respiro y un gui¨®n ¨¢gil (ambas han sido escritas por Br¨¢ulio Mantovani). "Los dos filmes, adem¨¢s, hacen una fuerte cr¨ªtica social", a?ade Padilha. Estas caracter¨ªsticas est¨¢n definiendo los rasgos de lo que en Brasil ya se conoce como cine de retomada.
La jerga y los disfraces que llevaban los ni?os en carnaval tampoco deber¨ªan parecer preocupantes, concluye Da Matta, quien apunta el car¨¢cter ambivalente del carioca: mofarse de cualquier cosa, incluso de las m¨¢s graves. No es casualidad que en anteriores carnavales cientos de Bin Ladens bailaran por las calles.
Licencia para torturar
Parte de la polic¨ªa brasile?a ha interpretado el ¨¦xito de la pel¨ªcula Tropa de ¨¦lite como una especie de luz verde para hablar menos y maltratar m¨¢s. El caso m¨¢s extremo ocurri¨® en diciembre pasado en el estado de Rio Grande do Sul. Para vengar el asesinato de un agente, unos 10 polic¨ªas torturaron a cuatro j¨®venes: tres hijos del homicida y un amigo de 16 a?os. A uno de ellos le introdujeron el palo de una escoba por el recto; a todos les golpearon durante una hora y les privaron de ox¨ªgeno cubri¨¦ndoles la cabeza con bolsas de pl¨¢stico. Seg¨²n las v¨ªctimas, los torturadores citaban al filme mientras les daban la paliza. "Tristemente, algunos polic¨ªas creen que ahora cuentan con una especie de aprobaci¨®n popular para actuar como en la pel¨ªcula", reconoce el coronel Luiz Fernando Puhl, encargado de controlar los abusos policiales en el Estado. En febrero, 15 agentes fueron procesados por tortura. Todos han sido suspendidos de sus funciones hasta que se conozca la sentencia. La pena prevista es de dos a ocho a?os de prisi¨®n.
Aunque ¨¦ste sea el que m¨¢s claramente demuestra la influencia de Tropa de ¨¦lite en la polic¨ªa, no se trata de un caso aislado. En mayo, un periodista, un fot¨®grafo y un ch¨®fer del diario carioca O D¨ªa que investigaban para un reportaje en una favela de R¨ªo fueron secuestrados y torturados durante siete horas y media por milicias paramilitares vinculadas con la polic¨ªa. El fiscal baraja que los autores eran polic¨ªas que operan en la zona y se disputan las barriadas con las bandas de narcotraficantes. Al ser descubiertos en su investigaci¨®n, los periodistas recibieron descargas el¨¦ctricas, patadas y pu?etazos, pero lograron salir vivos. S¨®lo en los tres primeros meses de 2008, la polic¨ªa de R¨ªo mato a m¨¢s de medio millar de presuntos delincuentes, un 12% m¨¢s que en el mismo per¨ªodo de 2007. Se trata de la cifra m¨¢s elevada de los ¨²ltimos 10 a?os, seg¨²n las estad¨ªsticas del Instituto de Seguridad P¨²blica de R¨ªo.
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