?Por qu¨¦ funciona?
El t¨®pico sobre Am¨¦rica Latina, y M¨¦xico la simboliza, es que la Feria Internacional del Libro de Guadalajara tendr¨ªa que haber sido, desde su origen, un completo desastre.
?Y qu¨¦ ha pasado? La idea fue de Ra¨²l Padilla, su presidente; agarr¨® la experiencia de juntar a gente vendiendo libros por las casas, e insistiendo. Un d¨ªa tuvo una visi¨®n: no hab¨ªa en Am¨¦rica Latina ning¨²n acontecimiento sobre el que pudieran caer los focos de los medios y que sirviera para animar a la gente a leer. Pero con el deseo s¨®lo no iba a hacer nada.
?l es un hombre convincente y tranquilo, muy trabajador; primero trabaj¨® sobre las instituciones p¨²blicas de Jalisco, y despu¨¦s sobre la Universidad, y en la Universidad encontr¨® un eco extra?o, porque no es com¨²n que algo que se le ocurre a otro prospere en o¨ªdos acad¨¦micos.
La cuesti¨®n pendiente de Am¨¦rica Latina |
La Feria naci¨® entre el entusiasmo tapat¨ªo y la indiferencia mundial; hasta que a Ra¨²l Padilla se le ocurri¨® involucrar al mundo entero en su aventura; cre¨® unos premios, fundamentales para salir en los medios, y se le ocurri¨® que Juan Rulfo era el mejor reclamo, el m¨¢s universal, para atraer a la gente a su importancia. Pero sin dotaci¨®n no iba a convencer ni a los escritores cuya vanidad acaba en el nombre, y no en el bolsillo, y de esos hay pocos. De modo que consigui¨® una dotaci¨®n grandiosa (primero 100.000 d¨®lares, luego 150.000 d¨®lares), la m¨¢s grande con el premio Cervantes, y situ¨® el galard¨®n en el s¨ªmbolo mayor de la feria.
Aparte de ello, concibi¨® unos premios al m¨¦rito editorial, y ello hizo que las miradas siempre mezquinas sobre los editores hallaran aqu¨ª un alivio; el sector editorial en espa?ol siempre ha sido el patito feo de las industrias culturales porque corre el t¨®pico de que es oro todo lo que reluce; y Padilla sab¨ªa que estimular a ese sector iba a atraer a la capital tapat¨ªa a los premiados, a los que aspiraban a serlo, y a los que sent¨ªan curiosidad por saber sin era o no un lugar com¨²n eso de que esta es la feria m¨¢s importante de la lengua espa?ola...
Lo es. Ya funciona. Anoche me dec¨ªa una antigua asistente a esa feria que "ya nada la puede tumbar"; en los nueve d¨ªas que dura, entre premios, discursos tediosos, o improvisados, desplantes de ministros o de escritores, entre excesos de seguridad y en medio del caf¨¦ bueno o malo que te dan si compras un libro, hay m¨¢s de trescientos mil visitantes que pagan euro y medio por entrar a ver a Fernando Savater, a Juan Villoro, a Carlos Monsivais, a Carlos Fuentes o a Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, y adem¨¢s a ¨¦ste s¨®lo lo ven porque ¨¦l no habla.
?El ¨¦xito es s¨®lo medi¨¢tico? Es fundamentalmente medi¨¢tico; a la gente le sigue gustando ver a aquellos a los que lee, o aquellos a los que ya ha visto en la tele; pero aqu¨ª hay algo m¨¢s. Esos lectores (muchas veces son estudiantes, universitarios o de segunda ense?anza) intervienen, preguntan, y a veces abuchean. En la sesi¨®n inaugural a la ministra de Educaci¨®n mexicana una espectadora la llam¨® "?burra!", acaso porque la ministra confundi¨® el otro d¨ªa el t¨ªtulo emblem¨¢tico de Fuentes, La regi¨®n m¨¢s transparente, y llam¨® a la novela que ahora reeditan las Academias La ciudad m¨¢s transparente. Y al gobernador de Jalisco, que se apellida Gonz¨¢lez M¨¢rquez, le dijeron de todo menos bonito.
Pero esos son los accidentes de la Feria, prueba de su vitalidad y de que se celebra en Am¨¦rica Latina. Lleva veintid¨®s a?os de vida. Pas¨® por un trago raro hace unos a?os, cuando la familia de Rulfo decidi¨® que no quer¨ªa que el escritor de Jalisco personalizara ese premio tan importante, y la feria lo llam¨® FIL, que es tautol¨®gico, porque son las iniciales del certamen. Y no pas¨® nada. Ahora todo el mundo habla del premio FIL como si se hubiera llamado siempre as¨ª.
Eso forma parte de la naturalidad con la que evoluciona el acontecimiento. Vi¨¦ndola trabajar, y vi¨¦ndola resolver incidentes que a otro le volver¨ªan loca la cabeza, cabe atribuir parte de ese ¨¦xito, y de la naturalidad con la que se toma el ¨¦xito, a Nubia Mac¨ªas, una periodista que fue m¨¢ster de EL PA?S y que dirige la Feria como si le pusiera un guante.
Y ocurre en Am¨¦rica Latina, el territorio sobre el que caen tantos t¨®picos como tormentas.
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