Los colores negros de Diego Amador
"Soy un flamenco puro y moderno. Y m¨¢s puro que moderno". El artista publica R¨ªo de los canasteros, que grab¨® en su casa "solo y a oscuras". "Mi piano es una guitarra", afirma
Hace siete a?os, Diego Amador (Sevilla, 1973) invent¨® una forma distinta de tocar jazz y flamenco. Su ¨¢lbum El aire de lo puro supuso entonces la revelaci¨®n de un artista con una huella sonora que nada ten¨ªa que ver con el panorama musical existente. Diego era distinto y lo hab¨ªa sido desde ni?o: frente al contagioso eco bluesero de sus hermanos Raimundo y Rafael, los Pata Negra, ¨¦l se volc¨® en el jazz y, en una familia de guitarristas, eligi¨® el piano como instrumento. Desde entonces, Diego se ha consagrado como un pianista capaz de emocionar a la ¨¦lite jazz¨ªstica americana y de arrancar ol¨¦s como los antiguos. Acaba de publicar su cuarto ¨¢lbum, R¨ªo de los canasteros, la demostraci¨®n definitiva de que es posible ser flamenco puro y, al mismo tiempo, moderno. R¨ªo de los canasteros resuelve adem¨¢s un misterio presente en los otros discos de Diego: el pianista ocultaba a un cantaor.
"Cuando toco no importa lo que busco, sino lo que encuentro: la armon¨ªa, la inspiraci¨®n, el silencio. Dec¨ªa Miles Davis que el silencio es lo m¨¢s bonito"
Desde El aire de lo puro hasta R¨ªo de los canasteros han pasado muchas cosas. Diego ha afianzado su sonido y se ha soltado como cantaor. "Ahora tengo menos verg¨¹enza: canto por derecho y toco por derecho". Se ha convertido en el "artista flamenco total", tal como lo define su productor, el respetado Mario Pacheco. La vida le ha arrebatado a algunos seres queridos, pero le ha regalado una familia. Con ella ha abandonado el barrio donde creci¨®, el pol¨ªgono sevillano de Las Tres Mil Viviendas, para instalarse en un pueblecito de Huelva. Y desde all¨ª ha llevado su m¨²sica hasta Tokio. Diego Amador reconoce su felicidad actual: "El mundo es ahora m¨¢s bonito, me gusta m¨¢s lo que hago e interpreto mejor". Y adem¨¢s tiene un piano de cola Yamaha, el mismo que suena en R¨ªo de los canasteros. ?Y c¨®mo suena!
"Cuando toco no importa lo que busco, sino lo que encuentro: la armon¨ªa, la inspiraci¨®n, el silencio. Dec¨ªa Miles Davis que el silencio es lo m¨¢s bonito, el no correr tanto, el pararse un poco. No todo es t¨¦cnica, lo que vale es el esp¨ªritu: yo soy un flamenco puro y moderno. Y m¨¢s puro que moderno", cuenta Diego. La camisa morada es el ¨²nico toque de color en la indumentaria negra, como negros son sus ojos y su pelo largo y rizado partido a la mitad. Negros son tambi¨¦n los colores que le gusta tocar. "Lo que he vivido hace que el lado oscuro me salga natural. Siempre toco colores negros, tonos menores, cosas m¨¢s tristes: seguiriyas, tarantas, sole¨¢s...".
Perfeccionista hasta la obsesi¨®n, con una memoria y una capacidad de improvisaci¨®n prodigiosas y con un o¨ªdo absolutamente afinado, Diego va trazando un camino nuevo con el coraje, el talento y la excitaci¨®n de los pioneros. "Nunca antes cantaor alguno se hab¨ªa acompa?ado al piano como un Ray Charles gitano", afirma Pacheco. "?Y cu¨¢ndo un artista flamenco hab¨ªa controlado todos los aspectos de su trabajo como si se tratase de Stevie Wonder, Frank Zappa o Prince?". Durante a?o y medio, Diego ha preparado R¨ªo de los canasteros, la m¨²sica sonando siempre en su cabeza. S¨®lo cuando necesitaba descansar acud¨ªa a Camar¨®n y a Bill Evans. "Evans me transmite paz y con Camar¨®n siento algo tan puro que termino llorando".
El menor de ocho hermanos, Diego, se cri¨® entre la guitarra de su padre, Luis Amador, y la m¨²sica de Pata Negra, Camar¨®n, Paco de Luc¨ªa, Chick Corea, BB King, Miles Davis, Weather Report... El barrio se colaba por las ventanas: la charla de sus parientes en el descampado, los gritos de los ni?os, el cante de alguno... Tambi¨¦n el restallido de los disparos, porque Las Tres Mil es el lugar de Espa?a con m¨¢s talento por metro cuadrado, pero tambi¨¦n con m¨¢s desesperaci¨®n. Su padre le regal¨® su primer teclado y tambi¨¦n fue el primero que le dio el visto bueno. "Ven¨ªa a casa con sus amigos, me hac¨ªa tocar y se iba llorando. Me regal¨® un teclado chiquitillo y, m¨¢s tarde, yo me compr¨¦ un Hammond. Me pon¨ªa a tocar encima de Chick Corea o de Art Tatum y alucinaba. Al principio me mosqueaba porque tocan a una velocidad impresionante y, para seguirles, ten¨ªa que poner el tocadiscos a menos revoluciones", recuerda Diego.
El benjam¨ªn de los Amador fue adquiriendo t¨¦cnica a partir de lo que ten¨ªa en torno. Aprendi¨® a tocar el piano, un instrumento de percusi¨®n, como si fuese un instrumento de cuerda. "Mi piano es una guitarra. Yo quer¨ªa tocar jazz y no flamenco, hasta que me di cuenta de que tocaba por sole¨¢ o por buler¨ªas. Con 16 a?os no sal¨ªa de casa: me pasaba horas con el teclado. Me llamaban para comer, tomaba dos cucharadas y segu¨ªa hasta que, a las tres de la ma?ana, ven¨ªa mi madre y me acostaba". Aquel entorno defini¨® su sonido. "Toco de una manera especial, por eso conmigo la guitarra y el piano se llevan bien, a pesar de ser dos instrumentos que siempre parecen estar d¨¢ndose bocados".
Diego Amador ha grabado en su casa, con poquita luz y con su piano Yamaha. "En el estudio nunca consigues el feeling que quiero transmitir. En la casa, solo y a oscuras, me parece estar en otro mundo. Cuando voy a grabar mi mujer calla a todos o se lleva a los ni?os". All¨ª tomaron cuerpo los nueve temas de R¨ªo de los canasteros. Para empezar, seleccion¨® las letras: hermosos textos de Carlos Lencero, de Lorca y de Manzanita. El propio Diego debuta como letrista con unos tientos. Luego eligi¨® a los m¨²sicos: su sobrino Luis Amador, Pira?a, Tino Di Geraldo, Bobote y Torombo como percusionistas y palmeros, la guitarra de Tomatito, el bajo de Carles Benavent, la voz camaronera de La Susi. Y para rematar, las guitarras excepcionales de su hermano Raimundo y de Luis Salinas en Al Latin, una conversaci¨®n en clave de jazz-latino-flamenco.
Como bien dice Mario Pacheco, R¨ªo de los canasteros no deja otra alternativa al oyente que apretar de nuevo el bot¨®n que dice play. O sea: a jugar.
R¨ªo de los canasteros. Diego Amador. Nuevos Medios. www.diegoamador.es
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